CAPITULO XX
POV. EMMA
Uff... Este día fue súper largo, estoy muy agotada y hambrienta. Nos pasamos casi toda la tarde en el supermercado y recién salimos de la inmensa cola que había para pagar todo lo que compramos.
-Emma, dame las bolsas para llevarlos al auto. Ayuda a Lauren - dice Chris a mi lado y solo hago un asentimiento con la cabeza y le entregó las enormes bolsas. Me sonríe de manera rara y se va, al parecer también está cansado.
Me doy media vuelta para ir por Lauren pero de inmediato me quedo como piedra. No me muevo. No emito ningún sonido. Lo único que hago es abrir los ojos y la boca de sorpresa.
Trago saliva con dificultad sintiendo mi cuerpo tensarse. Estoy a unos pocos metros del súper pero él está demasiado cerca. Estamos cara a cara. Intento recordar si ya me eh topado con este hombre, pero no, no recuerdo nada. Lo único que sé es que es el mismo que vi parado en medio de mi patio trasero y al parecer no fue mi imaginación, pero puede que mi mente esté jugándome una mala broma, aunque es imposible que la persona que veo sea irreal.
Retrocedo un paso sin dejar de mirar sus ojos verdes, más oscuros que los míos, con un sentimiento de odio en ellos. No entiendo porque me mira con odio, yo no le hice nada. Frunzo el ceño sintiendo molestia. Creo que es hora de saber quién es este tipo.
-¿quién eres?- mi voz no suena temblorosa, en cambio sale demasiado fría haciendo que el chico saque de nuevo esa sonrisa siniestra.
Observo cada detalle del él que pueda ayudarme a recordar algo. Ojos como ya lo dije, verdes. Una barba de unos tres días. Al parecer es un hombre de treinta años o algo así. Es atractivo, es más podría decir que debajo de ese suéter se oculta un cuerpo muy bien trabajado. Bajo la mirada a sus manos, sus nudillos con costras. Piel un poco morena...
Elevo los ojos cuando le escucho hablar.
-soy la persona que te hará gritar, hermosa- responde con una voz demasiada ronca y con aliento a alcohol encogiéndose de hombros como si lo que acabara de decir fuera lo más normal del mundo.
Entrecierro los ojos antes de contestar.
- no te acerques a mí. Si lo haces de nuevo te meterás en problemas- doy por terminada este imprevisto y le señalo con el dedo. Él me mira divertido y alza las manos en modo de " paz".
Lo esquivo mirándolo sobre mi hombro y sigo caminando hacia la tienda.
Mi cuerpo se estremece al sentir sus uñas clavándose en mi muñeca. Oh no. Jamás debiste hacer eso.
-no eh terminado contigo- susurra demasiado cerca de mí oído con voz... ¿dulce? Maldita sea, tenía que ser un enfermo mental.
-¿enserio? - imito su tono de voz pero la mía sale demasiada fingida. Asiente con la cabeza y me sonríe - pues no me importa- digo entre dientes y suelto mi muñeca de su agarre.
Esta vez camino más rápido y al intentar abrir la puerta choco con la misma ya que alguien más intentaba abrir desde dentro.
-auch- Sobo mi nariz y hago una mueca.
-ohh, perdón- abro los ojos y veo a una chica pelirroja con cara apenada y se acerca a mí.
Ella es... La chica del restaurante, estoy segura. Soy buena recordando caras.
-yo iba distraída, no hay problema - hablo sin soltar mi nariz. Creo que empezará a salir sangre. Rayos.
-toma- me entrega un pañuelo de tela con iniciales que no me tomo la molestia de leer. Lo coloco en mi nariz y digo gracias.
- yo te conozco- camino hacia un banco cerca de los carritos del súper y ella me sigue.
Miro adelante donde hace unos segundos estaba parado el chico pero este ya no está.
-mm... Es cierto - sonríe y se sienta a mi lado- soy Lana, ¿estuviste en el restaurante, cierto? con tu novio...
La miro sorprendida, pero no se percata porque está mirando hacia al frente pensativa.
-Christopher... n-no es mi nov...
-¡allí esta! - grita. Llevo mi mirada al frente y efectivamente Cristopher estaba caminando hacia nosotras.- parece un modelo. Hacen una linda pareja- me sonríe enternecida y solo le dedico una sonrisa nerviosa.
Veo a Christopher y parece un poco fastidiado y molesto, no sé cómo no lo note antes. Está enojado porque rompí nuestro beso bruscamente y sin decirle nada me fui y después de unos segundos me arrepentí ya que quería seguir probando sus suaves labios, ¡dios, que indecisa me eh vuelto!. Sus ojos conectan con los míos y su expresión cambia por una preocupada. Se acerca más rápido, casi corriendo.
Dios, que vergüenza. No debí de besarle, soy muy estúpida.
-Emma, ¿qué sucedió?- habla con su voz ronca. Se acerca más y se agacha poniendo sus manos en mis piernas para verme mejor. Me sorprendo por ese contacto aunque no demasiado, visto que ya nos hemos besado varias veces...
- no es nada, solo me salió un poco de sangre- hago un ademán con la mano libre. El me sigue mirando sin decir nada y empiezo a ponerme nerviosa. Quito la mirada por un segundo y cuando vuelvo a la suya veo que solo asiente con la cabeza y se levanta.
-vamos, se hace tarde y ya tengo hambre.- dice sin mirarme y sin decir nada más, se va por donde vino.
aghh... no debería sentirme mal por esto pero, me siento mal y no puedo evitarlo. ¡Tendré que detener esos impulsos de querer besarle! solo me trae problemas esos malditos impulsos...