Nuestros ojos se conectaron justo ahí en el lugar que parecía el más imposible en todos los casos, sus ojos en los míos como si nunca nos hubiéramos visto, mis movimiento cada vez con menos velocidad a medida que mi mente captaba que sus ojos miraban a los míos en medio de la multitud enloquecida por el ritmo de la música y la voz que salía de su hermosa boca, su hermoso rostro lleno de sudor y enrojecido por los movimientos durante horas, al igual que su ropa, pero sus brazos estaban cada vez más energéticos, sus venas se veían por todo su contorno de ellos, haciendo que su vista se hiciera casi erótica, pero para mí era más que eso, vuelo a sus ojos, esos ojos cafés casi claros, viéndome como disfruto el momento, ojos color café que me desvisten, que me hacen sentir débil, esos ojos cafés que había soñado ver por más de 10 años y que ahora tengo el placer de conocer.