You Just Tolerate It.

10: Aurora Ward.

He recibido comentarios de lectores que desean haya un cambio en el final de “ Just Tolerate It” ya que dicen que Kai no merecía acabar de ese modo y también lo creo, es por ello que ahora les doy este pequeño regalo por su amor para con mis libros y por todo su apoyo, la verdad para mí estos meses han sido difíciles y he pasado por situaciones que me han marcado y herido, ustedes siempre están ahí con su apoyo, con sus comentarios, de corazón se los agradezco.❤️‍🩹🫀

Bueno ahora sí, espero que este final alternativo cumpla con sus expectativas.

Valen:)

Ha acabado el verano y con ello mis cortas pero memorables vacaciones con George llega a su final, debemos regresar a nuestra casa a preparar todo para su regreso a clases y mi regreso a la boutique.

—¿Estás emocionado por ver a tu profesora y amiguitos? —. Lo observo desde el espejo retrovisor de mi coche.

—¡Si y Anaís! —. Las regordetas mejillas de mi George se encienden en rojo bermellón haciendo que mi hijo se vea tremendamente tierno.

Anaís es una compañera de mi gordo que ingresó este lapso a su salón luego de varios inconvenientes que tuvo su madre con la profesora del otra aula. George es tan buen niño que el primer día ella estaba solita desayunando y él abandonó a sus amiguitos para ir con ella y hacerle compañía, la profesora admiró mucho la amabilidad y compañerismo de George.

—Vale, bebé, portaos bien con la profesora ¿Vale? —. Él asiente regocijándose en risas.

—¡Vale mami!

Detengo mi coche en la cochera de mi casa notando que delante había un auto aparcado, con algo de curiosidad saco a George del coche junto con su equipaje para adentrarlo a la casa por la puertilla que había dentro de mi garaje. Lo dejo en el sofá viendo la televisión para ir a mirar por el ventanal de la sala de estar, encontrando en mi porche a Kai.

—¿Kai? —. Susurré para mí misma yendo de inmediato abrir la puerta.— ¿Qué haces en mi casa?

Él de inmediato se giró a mi y me escaneó con aquella mirada que me hacía derretirme cuando aún era una chica ingenua e inocente.

—Vengo porque deseo hablar contigo.

Yo me cruzo de brazos viéndole con una ceja alzada.

—¿Qué debemos hablar tu y yo? Nada nos une, Kai. —. Y cuando estuve por cerrar la puerta él vuelve hablar interrumpiendo mi acción.

—Es a cerca de George —. Bajé mi guardia y le invité a qué siguiera hablando.— Quiero conocerlo y reconocerlo como mi hijo.

De mi garganta salió una carcajada carente de gracia, él me vio estupefacto.

—¿Te has golpeado la cabeza o que? Tu no quisiste tenerlo Kai, no me vengas ahora con estas cosas a querer actuar como un papá para mí hijo.

—Se lo que dije en ese momento y me arrepiento como no tienes una idea, Aurora. —. Kai me miró suplicante y yo había dejado caer mi barrera al hacerme a un lado dejándolo entrar a mi hogar.— Gracias.

—Espera. —. Termino de cerrarla y lo detengo antes de que vaya a la habitación donde me espera mi hijo.— Deberías dejarme hablar a mi primero con George y que no se sienta atacado por tu presencia. ¿No crees? Es que no se cómo vaya a tomar la noticia de que tiene papá.

Kai comprendió y me cedió a mi el paso para entrar e iniciar el tema con mi George.

Dócilmente apago la televisión y voy a su lado en el sofá, haciendo que me vea.

—Quiero hablar contigo un momentito hijo.

George me ve interesado

—¿Recuerdas que hace poco me preguntaste por qué todos tienen papás excepto… tú? —. No sé cómo vaya a tomar el tema y me aterra, yo permito que me ocurra de todo a mí menos a mi hijo.

—Habías dicho que mi abuelito es mi papá… —. Ladea su cabecita viéndome y yo asiento con una sonrisa en mis labios.

—Y lo es George pero también hay otra personita al que puedes llamar papá…

En eso Kai ingresa a la habitación haciendo que mi George deposite su inquisitiva mirada sobre aquel hombre del cual heredó toda su genética. Ver a George y a Kai juntos es como visualizar a dos gotas de agua, son tan iguales y a la vez desiguales.

—Hola amiguito. —. Musitó un Kai tierno acercándose al sofá donde se encuentra mi pequeño.

George de inmediato me mira como diciendo: “¿Quién es él mamá?”

—George, él es tu papá Kai.

Palabras que nunca creí que diría,

Algo que jure más nunca pensar o decir.

Kai sostuve la diminuta mano de George entre las suyas.

—¿Cómo estás George?

Incrédula miraba todo y no podía creerlo,

¿Si lo quería por qué cuando supo que estaba embarazada no lo aceptó?

La historia fuera distinta.

La tarde se definió en forjar una relación entre Kai y mi hijo, básicamente George ahora lo quería y llevaba a su cuarto para que Kai juegue con él con todos sus peluches. Yo seguía en la cocina procesando todo lo que está ocurriendo, debe de haber algo mal ya que no puedo creerlo.

Kai aparece de la nada luego de nuestro acuerdo para conocer a su único hijo al que rechazó cuando a penas se estaba formando dentro de mi, a aquel niño que solo le mandaba detalles y cosas como si fuera a llenar la ausencia de un padre, como si todo lo material que él le daba lo sanaría de su sentencia con la vida.

Kai vuelve por arrepentimiento, vuelve porque sabe que está enfermo y que en cualquier momento morirá y no podrá salvar su alma al dejar a su hijo desamparado. Hago puño mis manos conteniendo la sarta de malas palabras que se ha ganado mi ex esposo.

—¿A qué has venido? —. Fue lo primero que dije al verlo bajar de las escaleras.

—Conocer a mi hijo, Aurora. Tengo derechos, es un Masen.

Me giré molesta, con mis ojos llenos de lágrimas.

—Es un Ward, es parte de mi familia no de la tuya. Perdiste todo derecho sobre George cuando lo negaste.

Kai suspira y desvía su mirada hacia un portarretratos que había encima de mi isla.




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