You Said Forever

Capítulo 8: La sombra que nace

Adler no había podido dormir desde que la humillación pública se sumó al eco de las noticias difamatorias. Cada día, cada hora, los rumores seguían ensuciando su nombre. Proyectos cancelados, socios retirando apoyo, incluso las visitas a su oficina eran cada vez más frías. Sus padres, antaño orgullosos de su dedicación social, apenas le dirigían palabra.

—Si al menos hubieras sido discreto —le reprochó su padre una última vez—. Pero permitiste que te usaran como un payaso.

El golpe más profundo no vino de la sociedad, ni siquiera de su familia, sino de Rowan. Adler había recurrido a su viejo amigo para desahogarse, pero lo que encontró fue duda. Rowan lo escuchó, sí, pero sus ojos ya no transmitían la misma confianza de antes.

—No sé, Adler... Las noticias dicen cosas muy graves. Y tú me hablaste de cómo Mirah te humilló, sim embargo el dice otra cosa y ahora parece que todo el mundo cree que estafaste a esas familias... —le había dicho Rowan, con una mezcla de incomodidad y tristeza.

Adler se quedó helado. La distancia entre ambos crecía, no solo por culpa de Mirah, sino también por la semilla de sospecha plantada en Rowan. Fue en ese momento cuando lo comprendió.

—Si quieres acabar con el mal, debes convertirte en él —se repitió en voz baja, mirando el reflejo sombrío de su rostro en la ventana.

Si quería destruir a Mirah, debía jugar sucio. Debía convertirse en alguien tan despiadado, tan persuasivo, que ni siquiera Rowan pudiera ignorar la verdad. El primer paso era infiltrarse, ganar terreno emocional. Y eso solo podía hacerlo desde la cercanía.

Habían sido amigos por años. Adler conocía a Rowan, sabía lo que lo conmovía, lo que le preocupaba. Sabía que aunque ahora existía una barrera de desconfianza, una parte de Rowan aún lo apreciaba, aún quería creer que todo era un malentendido.

Con un suspiro profundo, Adler escribió un mensaje sencillo pero cargado de nostalgia.

"Rowan, sé que ahora todo parece confuso. Solo quiero verte, aunque sea para que me digas en la cara que ya no confías en mí. Me haría bien verte, como antes."

No tuvo que esperar mucho. La respuesta llegó en menos de una hora.

"Te espero mañana en la cafetería de siempre."

Adler sonrió, pero no con alegría. Era una sonrisa torcida, endurecida por la rabia y el resentimiento. Ya no era solo el Adler idealista que había querido construir un mundo mejor. Ahora era alguien más: una sombra que se extendía paciente y sigilosamente, buscando la grieta perfecta para derrumbar el mundo de Mirah.

—Te sacaré de su hechizo, Rowan —murmuró, mientras la oscuridad de su plan tomaba forma en su mente—. Te lo prometo.

Y cuando terminara, ni Mirah ni sus mentiras podrían mantenerse en pie.



#417 en Joven Adulto

En el texto hay: obsesion, alfa, omega

Editado: 20.07.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.