You Said Forever

Capítulo 14: Las máscaras de la nobleza

Todos pensaban que Rowan Alderwick era un hombre demasiado noble para el mundo en el que se movía.
Decían que era paciente.
Educado.
Un aristócrata impecable que, aún siendo el primogénito de una de las casas más poderosas, se había mantenido con la cabeza fría y el corazón puro.

La gente lo admiraba por ello. Por su diplomacia, por su sonrisa elegante que nunca revelaba demasiado.
Por esa imagen de bondad innata que lo envolvía... como si su sola presencia ennobleciera cualquier salón.

Y Rowan lo sabía.
No era ingenuo. Jamás lo había sido.

Ese aura no era más que la herencia de generaciones de entrenamiento en las reglas no escritas de la alta sociedad. Había aprendido desde niño cómo debía sentarse, sonreír, hasta cuánto inclinar la cabeza para parecer amable sin ser sumiso.
Cada palabra, cada gesto, estaba calculado.
Era una máscara tan bien confeccionada que incluso quienes lo conocían desde la infancia la creían natural.

Pero detrás de esa máscara había algo más:
Un orgullo devastador. Un instinto cruel que, de quererlo, podría arruinar la vida de cualquiera con una sola palabra en la sala adecuada.

A veces se preguntaba si todos realmente creían que era tan bueno.
Incluso Adler, cuando aún eran amigos íntimos, le había dicho alguna vez con una carcajada:
—Eres demasiado blando, Rowan.

Rowan nunca le corrigió. No lo necesitaba.
Blando... qué concepto más inútil.
Él era el lobo vestido de cordero, paciente, porque sabía que el tiempo desmorona a los impulsivos.

Mirah... era distinto.
Mirah era una criatura hecha de pasiones y vicios, impaciente y explosivo.
Y Rowan... Rowan se entretenía con él.

Era divertido verlo esforzarse por mostrarse digno a sus ojos.
Porque sí, Rowan sabía perfectamente cada truco, cada maniobra.
Veía cuando Mirah gritaba a un subordinado a espaldas de todos, para luego recibirlo a él con una sonrisa sedosa y un vaso de vino ya servido.
Veía cómo sobornaba discretamente para ocultar los escándalos que provocaba con sus celos o su mal humor.

Veía cómo limpiaba el camino, cómo tapaba sus vergüenzas, solo para que Rowan siguiera viéndolo como un amante decoroso.
Pero Rowan veía cada grieta en esa máscara... y se limitaba a sonreír.
Porque observar el esfuerzo de Mirah por conservar su favor le resultaba estimulante. Era el juego perfecto.

—No sé qué me divierte más... si tu desesperación por parecer alguien que no eres, o la ingenuidad con la que crees que no me doy cuenta — murmuraba Rowan en su cabeza mientras lo observaba dormir, con el ceño aún fruncido incluso en sueños.

Era irónico que todos consideraran a Rowan el ingenuo.
Cuando era él quien permitía que Mirah continuara en su teatro, solo por placer.
Porque, en el fondo, Rowan no era el hombre bueno que todos querían ver.
Era el hombre que te permitía destruirte solo... mientras él observaba con paciencia.

Y aunque una parte de sí sabía que con el tiempo eso solo traería el derrumbe de Mirah, aún no era suficiente.
Todavía no.
Aún quería verlo esforzarse un poco más.
Tal vez de verdad me enamore



#334 en Joven Adulto

En el texto hay: obsesion, alfa, omega

Editado: 20.07.2025

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