You Said Forever

Capítulo 31: No lo recuerdo

Rowan abrió los ojos lentamente, sintiendo un leve peso en el pecho y el olor inconfundible de Mirah tan cerca que parecía envolverlo. Sus párpados aún pesaban, y por un momento no supo dónde estaba.

A su lado, Mirah se removió, soltando un suave murmullo antes de abrir los ojos y, al verlo despierto, esbozar una sonrisa luminosa.

—Buenos días… —susurró, acercándose para darle un beso en los labios.

Rowan frunció el ceño y se apartó de inmediato.
Mirah parpadeó, desconcertado.

—¿Qué pasa? —preguntó con un tono de preocupación.

Rowan se incorporó un poco, mirándolo fijamente.
—¿Qué… pasó? ¿Qué haces aquí? —su voz sonaba tensa, como si estuviera intentando juntar piezas que no encajaban.

Mirah sonrió nervioso, acariciando suavemente el brazo de Rowan antes de inclinarse para besarlo otra vez.
—Estuvimos juntos… —dijo con voz suave—. Fue maravilloso.

El ceño de Rowan se frunció aún más.
—No lo recuerdo.

Mirah tragó saliva, sintiendo un vacío helado en el estómago, pero intentó mantener la calma.
—Claro que sí… viniste, hablamos… tomamos un poco de vino, nos besamos… y luego… bueno… —sonrió forzadamente— lo demás es historia.

Se inclinó y le dio un beso en la mejilla, intentando sonar ligero.
—Ahora estamos bien… ¿verdad?

Rowan lo miró en silencio unos segundos, sin responder. Luego se levantó, tomó una camisa y empezó a ponérsela.

—No lo recuerdo —repitió, esta vez más serio.

Mirah se sentó en la cama, siguiendo cada uno de sus movimientos con ansiedad.
—¿A dónde vas?

—Quiero estar solo.

—Podrías quedarte… —insistió Mirah, estirando una mano hacia él—. Solo un rato más…

Pero Rowan ya estaba en la puerta. Sin mirarlo, salió, cerrando la puerta tras de sí, dejándolo solo con el silencio y la creciente sensación de que algo se estaba rompiendo irremediablemente.

Mirah permanecía recostado, con la mirada fija en el techo, aunque sus pensamientos estaban en cualquier parte menos ahí. Sentía ese leve cosquilleo de ansiedad en el pecho, como si su cuerpo no supiera decidir entre la inquietud y la euforia.

Por un momento, se imaginó a Rowan regresando, mirándolo con esos ojos que, aunque intentaran fingir frialdad, siempre dejaban escapar algo más. Quizá… quizá esta vez no habría más discusiones, ni evasivas, ni silencios incómodos. Tal vez Rowan simplemente aceptaría lo que había pasado.

La idea lo hizo exhalar lentamente, dejando que una calma tibia le recorriese el cuerpo. Después de todo, su plan se había cumplido. Si sus cálculos eran correctos y Mirah rara vez se equivocaba, Rowan ya debía estar embarazado. Un vínculo que ningún orgullo ni capricho podría romper. Un lazo que lo mantendría a su lado, siempre.

Una sonrisa lenta, satisfecha, apareció en sus labios. Imaginó la mirada de Rowan al comprenderlo… y más aún, la certeza de que ya no podría apartarse de él.

Se giró en la cama, acomodándose mejor sobre las sábanas. Quizá lo dejaría un rato más a solas, darle espacio para que pensara, para que el peso de la situación se asentara. Y luego… luego iría por él. Y entonces, nada volvería a separarlos.

Mientras tanto, su sonrisa seguía ahí, dibujada con paciencia, como quien ya saborea un futuro que considera inevitable.



#514 en Joven Adulto

En el texto hay: obsesion, alfa, omega

Editado: 09.08.2025

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