• Your Eyes Tell •

Capítulo único 

Mírame un momento más, déjame ver lo que tienes que decir para mí, calla, déjame ver la galaxia en tus ojos. Tus ojos dicen que me amas, tus ojos dicen que me anhelas tanto como yo a ti.

Aquel invierno en que te conocí, era el más frío de todos, había perdido todo lo que tenía; cuando tus orbes oscuros se fijaron en los míos, aquel frío que envolvía a mi cuerpo se desvaneció, un calor abrasador apareció en mí, aquella luz de luna que pensé no volver a ver, regresaba.

Siete años a tu lado, siete años en que me has enseñado lo que es el amor, tus ojos puestos en mis labios, estos últimos rogando porque los beses. 

Posicionas tus manos en mi cintura, tus ojos cambian de dirección siendo ahora mis ojos el blanco de tu mirada, tus labios rozan los míos y tu mirada sigue fija; me besas y tus ojos se cierran, creando ese parsimonioso movimiento entre nuestros labios, anhelo ver tus ojos de nuevo, cierro los míos, esperando que al abrirlos los tuyos estén diciéndome que me amas. Tu mano pasa a enredarse en mis castaños cabellos, pidiendo profundizar más el beso, la calidez que tu boca le entrega a la mía es única, mis manos pican deseando tocar tu corazón, sentir el golpeteo que, según tus palabras, es producido por mi. 

Mis brazos se aferran a tu cuello, uniéndonos en un abrazo, me aferro a tu cuerpo, intentando estar siempre junto a ti, intentando que este momento dure para siempre, separó mi cabeza de tu torso y nuevamente me encuentro con tus ojos, tus ojos dicen que me amas, tus ojos dicen más que mil palabras, solo mírame así un momento más, ansío volver a ver tus ojos. 

Tus labios vuelven a amoldar los míos, tus manos recorren mi piel acanelada, mis manos tocan tu torso, cada caricia proporcionada susurra un te amo, nuestras pieles queman, se funden en el calor del amor, se funden para reencarnar como una misma, dos almas uniéndose en cada toque. Tus labios succionan los míos, a falta de aire nos separamos, tus ojos puestos en mí, mientras de tu boca salen incontables halagos hacia mi persona. 

"Te amo, Kim Taehyung" 

Mi corazón palpita fuertemente, queriendo unirse al tuyo como la primera vez, camino a paso lento, estás en el mismo lugar de la habitación, cuando llego me uno a ti en un abrazo, por la diferencia de altura, te agachas, y de esta forma podemos unir nuestros tórax, un sólo latido retumba por la habitación, besos son repartidos por mi cara, mientras mis manos acarician tus azabaches cabellos, me tomas por los hombros y me observas, tus brillantes orbes oscuros vuelven a enamorarme, me entregan la paz que desde hace meses me abandono. 
Bajo la luz de la luna, dos almas se unen en una misma, dos almas se profesan su amor incondicional, dos jóvenes amándose hasta el fin de la eternidad, dos jóvenes enamorados se unen hasta que la muerte los separe; un juramento de amor puro, un amor inocente y leal, fiel y verdadero. El hilo rojo nos une por algo más fuerte que el destino, un sentimiento llamado amor. 

"Te amo, Jeon Jungkook"

Una luz se cuela por la ventana, obligándome a abrir los ojos, no estás, tus ojos no me están viendo, no me dicen que me amas, todo fue un sueño, una ilusión mía. Tus labios ya no besan los míos, solo me aferro a hermosos recuerdos, memorias que en mi cabeza yacen. Mi respiración se vuelve entrecortada, mi corazón late con fuerza, duele, un sollozo lastimero se escapa de mi boca, la primera lagrima aparece y con ella un millar más. La oscuridad de la habitación me indica que la noche aún permanece, pero aunque sea de día, el sol jamás sale para mí. 

Dime Jungkook, ¿por qué me dejaste? Prometiste amarme siempre, prometiste quedarte a mi lado, pero ahora... ahora te has ido, me dejaste, dime ¿eres feliz?, ¿me extrañas al menos? 

Salgo al balcón, donde muchas veces me profesaste tu amor, veo el cielo, imagino que aquella estrella junto a la luna, aquella esferita de gas a millones de kilómetros, esa estrella brillante eres tú, imagino que algún día aparecerá otra justo al lado de ella, por fin volveremos a estar juntos. 

Me siento en la barda del balcón, mis pies cuelgan a la nada, mi vista vuelve al cielo, cumpliste tu juramento, me amaste hasta que la muerte nos separó, lágrimas recorren mis mejillas, gotas de agua comienzan a mojarme, el cielo acompaña mi llanto, la lluvia me empapa y debería correr dentro y evitar mojarme más, pero da igual, es imposible correr de algo inevitable. Mi celular, abandonado en la mesa de centro, comienza a sonar, se escucha tu voz cantando para mi, desde mi posición puedo leer Jiminie en la pantalla, no contestaré. 

Dan las 12:00 am, 04 de Septiembre, la lluvia sigue acompañándome, observó el vacío que hay debajo de mis pies, otro día paso y con ello el primer año que no estas a mi lado, el primer cumpleaños que no podré celebrarte, hoy cumplirías 28 años amor, felicidades cariño.

–TE AMO, CONEJITO– gritó a la nada, el cielo se oscurece y unos tortuosos truenos aparecen, más lágrimas corren de mis ojos.

Mi destino sigue debajo de mis pies, observó la caída de nuevo, cuidadosamente me coloco de pie, mis ojos cafés cuál castaño en otoño posan su vista en el cielo nuevamente, perdoname Kook, pero no aguanto un minuto más sin ti. Mis ojos dicen que te aman, tus ojos dicen que me amas, mis ojos te ven y te extrañan, mis sueños son lo único que me deja verte de nuevo, mis ojos anhelan ver los tuyos de nuevo. Vuelve a decir con tus ojos que me amas.

Tus ojos dicen que me amas, tus ojos dicen más que mil palabras, solo mírame así un momento más,  ansío volver a ver tus ojos.

Me lance a la nada, aceptando mi destino, me sentí volar, jamás caí, solo fui a tu lado. Mi cuerpo impactando el suelo, un dolor potencial se extiende por todo mi ser, solo espero que el final de esta triste pero hermosa historia termine.

–T-te a... amo, Kookie– un susurro que dolió como el infierno, salió de mi boca y con ello mis ojos se cerraron, anhelando ver los tuyos.