Kael observa sus cartas. El avión vuela a Ciudad Domino, su mirada está fija en Dragón sólido de ojos azules, Dragón negro de ojos rojos, Caballero dracónico, Dragón arca valiente y el Dragón tirano. No cuenta a sus cartas de la baraja extra.
—Mis dragones más poderosos, sin excluir a los demás. Será un duelo interesante. Será divertido. —Mira el paisaje a través de la ventana—. Luchar contra el inigualable Dragón blanco de ojos azules…
—Llegaremos en unos minutos —informa Roland, desde su asiento.
—Tengo suficiente paciencia. —Kael practica sus robos de cartas. Cinco cartas, barajar, cinco cartas de nuevo, otra vez barajar.
Suspira.
Su maestro solía decir que, aunque un duelo parezca emocionante, hay que mantener el control… Rayos. Armó su baraja, pero no se aseguró de que estuviese equilibrada. La probó, sí, pero no reparó en aquel detalle.
Comenzó a revisar cada carta.
—¿Creen que fue buena idea que Kael vaya con Seto Kaiba? —Deyner come bolitas de queso cubiertas de salsa de tomate.
—No. —Pegasus permanecía de brazos cruzados, sentado mientras espera informes sobre las otras dos cartas de dioses egipcios—. El joven Kaiba será despiadado, lo ha sido a la hora de conseguir a los dragones blancos de ojos azules, o como la ocasión en que tomó a Dragón brillante de ojos azules. Nos regresará al joven Kael derrotado.
—Me sorprende que te preocupe Kael, hermano. —Aelric permanece al lado de Pegasus, recostado en su espalda, imitando al hombre al cruzarse de brazos—. ¿No deseabas vengarte?
Deyner balbucea y termina frunciendo el ceño a su hermano.
—Aunque el chico dragón es un dolor en el culo, es parte de nuestro equipo, si es que podemos decirle así. La carta que posee es Dragón sólido de ojos azules, ¿no? ¿Qué hace ese monstruo?
—Es un monstruo del arquetipo «ojos azules», su efecto es negar las habilidades de un monstruo enemigo, además de enviarse a sí mismo a la baraja e intercambiarse por el Dragón blanco de ojos azules original.
Deyner nota un tic en el ojo de Aelric.
—Lo mejor para nosotros es que no pierda, ese monstruo nos beneficiaría.
El avión aterriza en un aeropuerto. El lugar está vacío, es probable que sea privado.
Kael baja por las escaleras, el sol de la tarde le obliga a cubrir sus ojos con una mano. Es guiado hacia otra limusina. En el segundo viaje, con tal de no aburrirse, ve por la ventana, logra percatarse de varios alumnos de la academia, incluso logró ver a Nova con sus amigas.
Desea que ella estuviera con él, como apoyo moral. Sus manos sudan de los nervios, incluso siente un ardor estomacal. ¿Es emoción o miedo?
En veinte minutos el vehículo se detiene en la entrada principal de Kaiba Corp.
—Así que aquí estoy…, Kaiba Corporation.
Kael contempla el enorme edificio tras bajar de la limusina. Primero, las escaleras que llevan a la entrada; a cada lado hay dos estatuas del Dragón blanco de ojos azules con el isotipo de la compañía. El techo exterior del primer piso es amarillo, aunque aparenta el dorado, al igual que varias columnas. Más arriba hay una pared cuadrada y roja que también posee el isotipo.
El edificio es como una botella. La mitad inferior es ancha, la superior es reducida, y la cima tiene forma circular con cuatro partes sobresalientes, ¿la tapa?
«Cómo me fascinaría tomarme fotografías junto a una de esas estatuas».
—Sígame, lo llevaré con el señor Kaiba. —Roland guía el camino por el interior de Kaiba Corp.
Ambos se adentran en una gran recepción, al fondo hay escaleras y ascensores. Aunque, hay hombres de bata blanca cargando un nuevo disco de duelos, escaleras arriba. Varios empleados prestan atención a Kael, debe ser extraño ver a un estudiante de la academia ahí. Debe ser eso. Aun así, Kael siente pena por todas esas miradas.
Kael avanza, cerca de Roland, al interior de un ascensor. Maldición, esperar es la peor parte, está seguro de que podría haber llegado más rápido escalando. Viajar más de cuatro veces en vehículos en un solo día es un martirio, después de este día no viajará por un largo tiempo.
Kael tarareaba para sí mismo hasta que por fin llega al piso más alto. O eso piensa él.
Las puertas se abren, y frente a él está el imponente Seto Kaiba en su brillante traje blanco y negro con cintas en brazos y piernas que porta desde los sucesos de Ciudad Batallas, como no, con la frente arrugada. Y su hermano menor, Mokuba Kaiba, de traje blanco con púrpura y corbata. Solo ellos están ahí, Kael se siente un poco decepcionado, creía que vería a Kaiba en medio de una reunión, o haciendo algo impresionante.
—Así que este es el duelista que tiene la carta, eh. —Mokuba analiza a Kael de pies a cabeza, sostiene con ambas manos un pequeño portafolio. Kael piensa que su traje que le queda bien, aunque nunca se pondría uno similar.
—Quiero que me muestres la carta —demanda Seto, que se mantenía de brazos cruzados, con la barbilla en alto, como si observara a Kael desde la cima de un obelisco.
Kael toma del interior de la baraja al Dragón sólido de ojos azules, alza la carta en frente a Seto Kaiba. El famoso duelista mantiene fija la mirada en la carta. Nota cómo los ojos del duelista multimillonario se iluminan.
Editado: 16.04.2025