Yu-Gi-Oh El retorno de los dioses egipcios

Oportunidad

Crowler recorría la ciudad, observaba en todas direcciones en busca de un duelo o el asalto a una gran cantidad de comida que acabara en desastre. Entra a restaurantes, callejones oscuros, tiendas de cartas, camina cerca de lugares que emanan aromas vomitivos. Su desesperada búsqueda de Deyner se pausa cuando ve nubes de tormenta, pensó que iba a comenzar a llover, hasta que ocurre la aparición de Slifer.

—Ay, no. —Comienza a dirigirse al lugar donde ha aparecido el temible dios egipcio—. Por favor, que no sea Deyner el que se enfrenta a esa carta, no tiene oportunidad.

Crowler recuerda cuando las bestias sagradas aparecieron en su vida, los macabros duelos contra los que deseaban llegar a esas cartas fueron terribles. Dios, ojalá que no haya otra loca mujer vampira que transforma a los duelistas en muñecos de tela. Al final tuvo que presenciar el poder de Uria, Hamon y Raviel en un duelo en el que Jaden Yuki tomó el protagonismo por un patético error de Chazz Princeton.

Esto no es diferente. Podría ser peor.

Y el dolor de su cuerpo no ayuda a la situación. Ninguna persona de su edad debería correr tales distancias en desesperación. Su espalda hace «crack», y sus rodillas tiemblan.

Crowler llama la atención de un taxi y sube a este para no forzar más su gran y maravilloso cuerpo. En el momento en que iba a subir a los asientos traseros del vehículo, se percata de la presencia de un chico de cabello bicolor, que viste la casaca del dormitorio «Ra amarillo», junto a otra persona. Ambos están observando a Slifer.

—Agradece que no puedo atacar, por el efecto del Intercambio de almas —anuncia Lyra.

«Demonios, me dio un gran susto, qué bueno que no podía atacar con Slifer», pensó Deyner.

—Vamos, es un turno de robar.

«Ella tiene la desventaja de que Slifer tiene mil puntos de ataque, hay oportunidad», se dice a sí mismo Deyner, y roba la carta Rayo del big bang.

Mira, enana extraña, podré no ser un buen duelista, pero no me detendré hasta tener cero puntos de vida. Además, tú cometiste un error al no tener suficientes cartas en tu mano.

—En mi baraja aún se encuentra Olla de la codicia, y cartas para resucitar monstruos, así que, aunque destruyas a Slifer puedo traerlo de nuevo al campo. Sin contar, claro, las cartas de soporte de Slifer.

Deyner frunce su ceño y aprieta sus dientes, el hormigueo en sus mandíbulas lo hace detenerse. Su enfado remite la vergüenza por desear que su hermano o el chico dragón salvaran el día. Piensa en lavarse la boca luego, decir que aguantará hasta los cero puntos de vida le causó un sabor amargo, debe ser culpa del chico dragón.

Es hora de dejar de pensar en ellos. Recuperar a Slifer depende de él.

—¡Invocaré al Doctor Genex!

La máquina surge con sus herramientas médicas, un cirujano de metal platinado y púrpura.

Doctor Genex es un monstruo es un monstruo de efecto tipo lanzador de conjuros de nivel tres. Sus puntos de ataque son de mil quinientos y mil puntos de defensa. Su efecto es sacrificar un Controlador genex para destruir una carta del adversario.

—Le equiparé la carta mágica Rayo del big bang, aumentando su poder a mil novecientos. Ahora mi doctor tendrá que enviar a su paciente al cementerio, ¡ataca!

—¡Idiota! La segunda habilidad de Slifer es reducir el poder de tus monstruos, Doctor genex tiene menos de dos mil puntos de ataque, así que despídete de él.

Doctor genex ataca, pero, Slifer abre su segunda boca, y una llamarada púrpura sale despedida. Los puntos de ataque del Doctor genex se reducen a cero y es destruido.

—Maldición… —«Ni siquiera la carta de Rayo del big bang lo salvó».

Lyra aplaude.

—Felicidades, acabas de cometer la peor jugada posible hasta ahora. —Roba una carta—. Cambiaré mis cinco fichas cañoneras a modo de defensa y terminaré mi turno.

El poder de Slifer el dragón del cielo, aumenta a dos mil.

Deyner roba a Genex undine. «No tengo una sola carta que me permita equilibrar el duelo». Monstruo renacido le vendría bien, podría resucitar a Genex de repuesto, o a Genex molino. No. No serían de ayuda. No mientras Slifer posea esa habilidad de reducir poder y eliminar…, solo se activa cuando son monstruos en posición de ataque, ¡claro!

—¡Invocaré a Genex undine en modo de defensa!

Una máquina emerge de un gran charco de agua cristalina. Un ser de mangueras, unas con tonos verdosos, y metal azul. La forma de su cuerpo es como una pera.

Genex undine es un monstruo de efecto tipo aqua de nivel tres. Su fuerza es de mil doscientos, y posee seiscientos de defensa. Su habilidad es mandar al cementerio un monstruo de atributo agua desde la baraja al cementerio para robar un controlador genex.

—¿Es tu plan? Colocar monstruos en posición defensiva no te posibilitará un milagro.

—Cállate, si no soy capaz de luchar, hago lo obvio. Además, hago tiempo para que mi hermano o el tonto de los dragones te detenga si pierdo.

Lyra bufa y roba, luego arquea una ceja.

—Hum, no es la carta que deseaba, y ni siquiera me molestaré en colocarla. Slifer, deshazte de ese monstruo.



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En el texto hay: fanfic, aventura, yugioh

Editado: 16.04.2025

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