Nova recorría el crucero en busca de Kael. No lo ha visto desde que desembarcaron en Ciudad Domino y los dividieron en grupos distintos. Ella sostenía una diminuta bolsa de mano que contenía diez sobres de cartas que compró para él.
Visitó las habitaciones bajo la cubierta, revisó en tres ocasiones el comedor y buscó entre los grupos de chicos de «Ra amarillo». Ni un solo rastro, como si hubiera desaparecido. ¿Estará evitándola porque lo ignoró durante el día? ¿Se habrá quedado en la ciudad, olvidado y solo? Desea que no sea el caso.
La isla está al frente de la embarcación, en unos minutos podrá bajar a tierra firme y esperar en el muelle.
Nova suspira, permanece en la cubierta junto a varios otros estudiantes que no se encontraban durmiendo, entre ellos la mitad de los profesores. Ahora que se percata, no ha visto al profesor Vellian Crowler.
Ella es la primera en abandonar el navío y se sienta en el suelo del muelle, abrazando la mochila que llevó y observa a cada persona que camina por la rampa, en dirección a los dormitorios. Es consciente de que podría permanecer ahí cerca de una hora en caso de que Kael sea de los últimos en bajar. Si está dormido, su sueño es pesado como ballena. Él odia viajar, así que debería de ser de los primeros si está despierto. Una de sus amigas se ofreció a acompañarla, pero se negó.
Ninguna de ambas opciones ocurrió.
Permaneció ahí hasta que todos bajaron. La ausencia de su amigo solo causó desilusión, un trago muy amargo para su corazón. Se encaminó al dormitorio azul al no haber rastro de él.
A medida que avanza hasta la intersección entre el camino que lleva al dormitorio rojo y el dormitorio de los «Ra amarillo», unos ruidos se hacen cada vez más presentes e intensos. Alza la mirada observando a una gran cantidad de monstruos de duelo luchando por gran parte del bosque de la isla. No, casi toda la zona, por el camino en dirección a la academia, hay estudiantes luchando.
En un extremo observó al monstruo Hoja oscura de Wilart ser invocado, más lejos al monstruo Kaiser volador de una amiga suya. Cada vez que uno de esos monstruos desaparecía —posiblemente por el ataque del monstruo rival—, oía gritos agónicos.
Nova acelera su paso, necesita saber qué ocurre. Acaba encontrándose de cerca con un trío de estudiantes de «Slifer rojo» luchando contra tres personas, aunque, sus pieles son marrón pálido, en su cuerpo hay partes plateadas, ella divisa tornillos, y sus ojos brillaban de un pálido color amarillo, vestían de negro y carecen de cabello.
Todos estaban en medio de un duelo contra esas personas que no se diferenciaban en nada, como si se tratara de clones. Presencia como uno de esos chicos de «Slifer rojo» pierde el duelo, y uno dispositivo que se encontraba adherido a su disco de duelos libera una explosión eléctrica que lo hace chillar y desmayarse, además de inutilizar el disco de duelos. Pronto no es el único que sucumbe ante la derrota.
Nova retrocede ante esto. «Kael…», piensa. Corre en dirección a la academia, puede ser que en realidad no lo observara, o que le bloquearan la vista. Como sea, Kael debe encontrarse en uno de esos duelos que acaban de iniciar. Mantiene su baraja en la mano. No quiere imaginar a Kael perdiendo y siendo dañado, menos que se haga realidad.
Logra llegar al camino de adoquines que se encuentra frente a la academia. Está despejado, los extraños evitan que los estudiantes y la mayoría de los profesores estorben en el camino mientras realizan los duelos. Un hombre, enorme, fuerte, de cabello largo y rojo, se adentra al edificio. Los clones evitaban que se le acercaran.
El disco de duelos de Nova se activa por sí solo cuando uno de esos dispositivos extraños se le adhiere. Uno de esos desconocidos acaba de poner en marcha un duelo contra ella.
Kael y compañía subieron al avión y se dirigían a la academia de duelos.
—¿Qué son los duelbots?
—Son robots que se fabricaron para trabajar en el sector de seguridad, encargándose de crímenes relacionados con duelos de velocidad. Aporia logró tomar la fábrica que los producía para crear sus propios duelbots en beneficio de su plan. Magni debió hacer lo mismo. —Lyra aprieta sus manos contra sus piernas—. No estaba enterada de eso, él nos lo ocultó.
Crowler gruñe.
—Sheppard me avisó que esos robots comenzaron a tener duelos con los estudiantes y profesores. Varios de ellos reciben descargas eléctricas cada que pierden puntos de vida. La situación es mala.
«Nova…», piensa Kael.
—¿En cuánto tiempo llegaremos?
—Le preguntaré al piloto —avisa Deyner, que se dirige a la cabina del piloto.
—¿Cómo se derrota a un duelbot? —Kael mira a Lyra.
—Como a todo duelista, reduce sus puntos de vida a cero.
Kael observa su baraja. Tras el duelo con Lyra hizo otro pequeño cambio a su baraja. Se deshizo de los monstruos cantante y de sincronía, como los llama Lyra. Depender de dos cantantes sería tedioso, así que centrará su baraja en las fusiones e invocaciones especiales. Además, mezcló entre sus cartas las de Slifer. Un ajuste temporal.
Practica robos en lo que el viaje prosigue, necesita aprender a utilizar a ese dios egipcio con el arquetipo «ojos rojos».
Editado: 16.04.2025