Deyner invoca a Ejército genex en modo de ataque, un gigante de acero verde, rojo y plateado que carga un contenedor de químicos peligrosos en su espalda y lleva en el hombro un lanzagranadas.
El efecto de Ejército genex, que consiste en destruir un monstruo enemigo al ser invocado, sacrificando a otro monstruo «genex» le permite deshacerse del monstruo de sincronía Mariscal de campo aliado de la justicia del duelbot que enfrentaba. Luego, ataca directamente al duelbot, reduciendo sus puntos de vida a cero.
Aelric, por su parte, activa el efecto de su monstruo de fusión Límite de los mil ojos, una versión superior del Renunciado, con piel de color púrpura y marrón que le da un aspecto repulsivo, y ojos por todo su cuerpo, para absorber al Dragón cañón del duelbot contra el que luchaba. Este dragón de acero negro, cuyos brazos y mandíbula superior son enormes cañones, le otorga al monstruo de fusión un ataque de dos mil seiscientos y una defensa de dos mil doscientos.
El segundo monstruo que posee el duelbot es Sargento clectro, un monstruo de efecto tipo máquina de nivel cuatro, con mil seiscientos de ataque y mil trescientos de defensa. Su habilidad permite seleccionar una carta mágica o trampa colocada en el campo del adversario y negar la posibilidad de activarla mientras permanezca en el campo.
Aelric ordena a su Límite de los mil ojos que ataque contra Sargento electro, quien destruye al monstruo con sus garras. El duelo concluye, pues ese ataque reduce a cero los puntos de vida del duelbot.
Ese fue el tercer duelo que terminaron en su camino al volcán. En cada pausa, Aelric interrogaba a su hermano sobre Kael, y las respuestas alimentaban su preocupación, el temor de que Kael sea capaz de superarlo. Descubrir que ese «Ra amarillo», ese duelista inferior poseía una baraja nueva que le permitió vencer a Slifer y derrotar en un solo turno a una de esas cosas lo estremecía.
No. Debe volver a enfrentar a Kael, a su baraja encabezada por Dragón Negro de Ojos Rojos, y ganarle. Pero ahora, debe enfocarse en lo principal: llegar al volcán y lograr recuperar las cartas de los dioses egipcios.
Kael posee dos mil puntos de vida. Magni lo supera por seiscientos puntos. El estudiante de la academia tiene en su campo a Dragón cazador, potenciado por la carta mágica Estamos juntos. El hombre del futuro, a su vez, tiene un monstruo boca abajo.
Lyra siente la tensión como percibe el magma bajo sus pies. Es consciente de que Magni no utiliza su baraja verdadera, pero eso no le quita lo peligroso. Kael va perdiendo, pero confía en que podrá recuperarse, aunque por el momento solo tenga al monstruo más fuerte.
«Solo habrá una forma de ganar —estima—, y es que uno invoque a su dios egipcio».
—Vamos, saca tu carta y continuemos este duelo —exclama Magni.
Kael roba a Dragón meteoro negro de ojos rojos. «Recuerdo el duelo que narró Pegasus; su carta de El verdadero dios solar no permite atacar a los monstruos invocados de modo especial en el turno que aparecen en el campo. No seré capaz de realizar un ataque directo». Esa carta boca abajo le frustra, como a cualquier duelista, teme caer en una trampa que beneficie demasiado al oponente. No puede permitir que el duelo se pause, no cuando hay posibilidades de que aparezca Ra.
—¡Envío al cementerio, desde mi baraja, a Dragón meteoro para convocar a Dragón meteoro negro de ojos rojos!
En medio del magma se forma un torbellino, seguido de una explosión de lava de la que surge volando un dragón de escamas negras como ceniza volcánica, con grietas al rojo vivo y alas con membranas que imitan a la roca fundida.
Dragón meteoro negro de ojos rojos es un monstruo de efecto tipo dragón de nivel seis. Tanto su ataque como su defensa es de dos mil puntos. Si se encuentra en el cementerio puede ser desterrado para añadir a la mano la carta Fusión de ojos rojos.
Lo invocó en modo de defensa.
—¿Eso es todo? ¿No será que te está invadiendo el miedo? —Magni se cruza de brazos, y su mirada es la misma que la de Seto Kaiba en su último encuentro, como si lo observara desde la cima del mundo.
Esta vez no. No lo va a intimidar. Se observarán a la misma altura.
—¡Debido a que invoqué a un nuevo monstruo el poder de Dragón cazador aumenta a tres mil trescientos! ¡Acaba con su monstruo boca abajo!
«Se ha tragado el anzuelo», piensa Magni, riendo para sus adentros.
Dragón cazador se abalanza hacia la carta boca abajo como un ave de rapiña. Al rasgar la carta con sus patas traseras se revela que se trata de un monstruo en forma de jarra de cerámica azul oscuro, de su interior asoma un ojo de pupila como el sol y dientes verdosos. Se trata de Jarra de la metamorfosis.
«No puede ser», piensa Kael.
«Maldición», reclama Lyra.
Jarra de la metamorfosis es un monstruo de efecto y volteo tipo roca y de nivel dos. Solo posee setecientos de ataque y seiscientos de defensa. Su habilidad obliga a los jugadores a descartar todas las cartas de sus manos al cementerio; luego, cada uno toma cinco cartas nuevas.
Kael aprieta los dientes mientras se despide de Slifer en su mano y de Dragón de oscuridad de ojos rojos. Magni, en cambio, sonríe satisfecho. Definitivamente lleva la delantera. Magni roba una sexta al iniciar su turno.
Editado: 16.04.2025