Lyra llegó a tiempo, y en el instante en que la máquina de tiempo iba a desaparecer, saltó a la pequeña plataforma inferior donde se encontraba la computadora principal de la máquina.
«Justo a tiempo».
Se debe sujetar con fuerza para no caer y perderse en una época aleatoria, y se fija en la pantalla de la cámara que permite supervisar la plataforma superior, y ser testigo del duelo que sucederá, en el que se decidirá el futuro.
—Les deseo suerte, chicos.
No podrá estar atenta a todo lo que suceda en el duelo, debe parar la máquina. Teclea deprisa, al parecer, el destino de Magni es el antiguo Egipto.
Magni observa su mano, satisfecho, y al ser un duelo de ocho mil puntos de vida, es aún más excelente. Con cuatro mil puntos temería los efectos de daño de Kael, o las estrategias de Aelric. Será sencillo.
Es su turno.
—Mi primera jugada será activar El panteísmo de los monarcas, que me permite descartar una carta de mi mano y obtener dos más. —Descarta y saca de la baraja las dos cartas superiores—. Voy a colocar dos cartas boca abajo y doy por finalizado mi turno. —Coloca un monstruo boca abajo y una carta en la zona de mágicas y trampa.
«Esperaba una jugada mejor, pero desconozco su baraja, así que debemos ir cautelosos». Kael observa sus cartas, luego a Aelric.
—Ve tu primero, ya que tenías tantas ansias de jugar.
—Bien. Sigo yo. —Aelric toca una carta. «Quién lo diría». Sonríe—. ¡Yo activo Olla de la codicia! —Dos cartas más—. ¡Surge del mar, mi gran Megalodespedazador x!
Con su armadura desconcertante y mandíbulas gigantescas, la gran bestia primigenia nada en el campo.
Megalodespedazador x es un monstruo normal, tipo dinosaurio y de nivel cuatro. Solo posee dos mil puntos de ataque.
—Dejaré tres cartas boca abajo y ataco a tu monstruo boca abajo. —En su zona de mágicas y trampas aparecen tres cartas invertidas. «Kunai con cadena y Recuerdo de un adversario, ambas cartas podrán ser aprovechadas tanto por mí como por Kael».
Megalodespedazador x avanza hacia el monstruo boca abajo de Magni y lo atrapa entre sus fauces, pero no sucede nada.
«¿Por qué no se destruyó?», piensa Aelric.
—Te presento a mi monstruo, Ala escudo.
La carta se voltea revelando a un monstruo de piel escamosa y verde, Dos espinas dorsales en su cuello y una en su cráneo, cola y con un par de alas de brillante metal que lo protegían de los dientes del dinosaurio.
Ala escudo es un monstruo de efecto, tipo bestia alada y nivel dos. Únicamente posee novecientos puntos de defensa. Su habilidad es que, dos veces por turno, esta carta no puede ser destruida.
«Un monstruo casi indestructible —analiza Kael—, será un problema si tiene varias cartas como esa».
—Ojalá hubiera un dragón con ese efecto.
—No es momento para pensar en eso. Monstruos de ese tipo le facilitan las invocaciones por sacrificio —añade Aelric.
—Y si invoca a tres… lo tengo comprendido, pero el siguiente turno es de él.
«El otro error en su plan, el orden de los turnos». Magni ríe, el plan de Lyra de imitar el duelo de Paradox contra Yugi Muto, Jaden Yuki y Yusei Fudo le viene de perlas.
—Vuelve a ser mi turno, gracias —anuncia Magni y toma una carta—. Ya que estamos activando ollas, utilizaré Olla de la extravagancia.
Seis cartas al azar de la baraja extra de Magni son enviadas al destierro, luego él obtiene dos cartas más.
«Odio cuando hacen eso», se queja Kael en sus adentros.
—Es hora de que atestigüen lo devastador que es el arquetipo «monarca». ¡Sacrifico a Ala escudo para invocar a Mobius, el monarca de la escarcha!
El campo se enfría, y una bruma oculta los pies de todos. De un ataúd de hielo que se hace trizas, aparece un gigante de armadura pálida como nieve y capa azul oscuro. A su alrededor comienzan a crecer picos de hielo.
Mobius, el monarca de la escarcha, es un monstruo de efecto, tipo aqua y nivel seis. Su ataque es de dos mil cuatrocientos y su defensa de mil.
—El efecto de mi monarca es destruir dos cartas mágicas o de trampa.
«No puede ser». Aelric chasquea la lengua, aún no ha sido el turno de Kael, así que es el único con cartas boca abajo. Perderá dos de tres cartas excelentes.
Las dos cartas que Magni elige destruir son atravesadas por esquirlas de hielo que surgen del suelo.
«Adiós a Kunai con cadena y Recuerdos de un adversario», lamenta.
—Infeliz —gruñe Kael.
Magni sonríe de lado.
—¡Mobius, extingue a su dinosaurio!
El monarca congela al Megalodespedazador x y de un puñetazo lo reduce a pedazos.
Aelric y Kael pierden cuatrocientos puntos de vida, ahora poseyendo siete mil seiscientos. Y claro, reciben un golpe eléctrico.
—No fue un buen comienzo —comenta Kael a su compañero—. Al menos no dolió esa descarga.
Editado: 05.06.2025