Yugo de las estrellas

Capítulo 12 - Orígenes.

En los confines del universo, en la galaxia JADES-GS-z13-0, existe una raza conocida por su expansión imperial y su dominio implacable sobre los planetas que conquistan. Son los habitantes de Zýlon, una especie antigua y avanzada que ha perfeccionado el arte de la conquista interestelar a lo largo de milenios.

Los Zýlon son reconocidos por su tecnología superior y su capacidad para terraformar planetas según sus necesidades. Han sometido a numerosas civilizaciones en su búsqueda de recursos y poder, utilizando métodos que van desde la persuasión diplomática hasta la fuerza militar abrumadora. Cada planeta que cae bajo su dominio es transformado para servir a sus propósitos, sus recursos explotados sin piedad para alimentar el vasto imperio de Zýlon.

La tecnología de los Zýlon es incomparablemente avanzada, permitiéndoles viajar entre sistemas estelares distantes en cuestión de días, manipular el clima planetario a voluntad y crear armamento capaz de destruir naves estelares con una precisión letal. Sin embargo, esta tecnología no se comparte fácilmente con las civilizaciones subyugadas, y mucho menos con aquellos a quienes consideran inferiores, como los humanos.

Desde que los Zýlon llegaron a la Tierra, adoptaron una apariencia engañosa, manifestándose como seres amistosos y benevolentes. Presentaron tecnología limitada que parecía revolucionaria para los humanos, como sistemas de energía avanzados y métodos de comunicación mejorados. Todo esto fue parte de una estrategia cuidadosamente diseñada para ganarse la confianza y la cooperación de los líderes mundiales, estableciendo una fachada de colaboración mientras avanzaban en sus verdaderos objetivos.

En los meses posteriores a su llegada, los Zýlon comenzaron a implementar pequeños cambios en la infraestructura global, introduciendo tecnología que parecía mejorar la vida cotidiana pero que en realidad servía para recopilar información vital sobre los recursos y capacidades militares de la Tierra. Cada avance tecnológico presentado a la humanidad fue meticulosamente calculado para mantener la ilusión de cooperación, mientras los Zýlon preparaban silenciosamente su movimiento final.

El día en que los Zýlon emitieron su ultimátum a la humanidad marcó un punto de inflexión decisivo. Revelaron su verdadera apariencia en una transmisión global, mostrando a seres esqueléticos con piel pálida y ojos oscuros que reflejaban una inteligencia fría y despiadada. Esta revelación sacudió los cimientos de la sociedad humana, desatando el caos y la desesperación en todos los rincones del planeta.

En Washington D.C., el Presidente Wilson observaba la transmisión junto con su gabinete y los líderes militares más importantes. La presencia amenazante de los Zýlon y su demanda de rendición pacífica resonaron en la sala de situación como un eco ominoso del destino que aguardaba a la humanidad si no se resistía con éxito.

"¿Qué sabemos sobre ellos?" preguntó Wilson, su voz grave y tensa.

El Secretario de Defensa Maxwell tomó la palabra. "Son conocidos como los Zýlon, una raza expansionista que ha dominado múltiples sistemas estelares. Utilizan tecnología avanzada para terraformar planetas y extraer recursos de manera eficiente. Han subyugado civilizaciones enteras bajo su yugo y son temidos en toda la galaxia por su implacable búsqueda de poder."

El rostro del Presidente se endureció mientras contemplaba las imágenes de las naves Zýlon en la pantalla. "¿Y nuestra respuesta?"

"Estamos en proceso de movilización", respondió el General Hayes, su mirada fija en la representación holográfica de las naves enemigas. "Todos los ejércitos del mundo están preparándose para defender nuestras fronteras. La ley marcial está en vigor y estamos coordinando esfuerzos con nuestros aliados."

Mientras tanto, en los rincones más oscuros del mundo financiero, Mikhail Petrov observaba la situación con una mezcla de fascinación y cálculo. Los informes de Yuri sobre los Zýlon habían revelado una verdad inquietante: que la única forma de derrotar a los invasores sería a través de una resistencia unida y determinada.

"Prepárense para movilizar todos nuestros recursos", ordenó a su equipo. "No podemos permitir que los Zýlon se salgan con la suya. Esta será la mayor prueba de nuestra era."

En los cielos sobre las principales ciudades del mundo, las naves Zýlon seguían en silencio, esperando la respuesta de la humanidad. La Tierra estaba al borde de la guerra total, con cada momento que pasaba llevándolos más cerca del inevitable conflicto que decidiría el destino del planeta y de sus habitantes.

La batalla aún no había comenzado, pero los preparativos estaban en marcha. La humanidad se enfrentaba a su desafío más grande hasta ahora, luchando no solo por su supervivencia, sino por su libertad frente a una amenaza extraterrestre que había estado acechando en las sombras desde el principio de los tiempos.




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