Yugo de las estrellas

Capítulo 13 - El Comienzo de la Invasión.

El silencio se cernía sobre la Tierra como una sombra ominosa. La negativa de la Alianza Global de la Humanidad a rendirse había encendido la chispa de una guerra inminente. Los Zýlon, enfurecidos por el desafío humano, no tardaron en emitir una advertencia que resonó en todos los rincones del planeta. Su benevolencia había terminado.

En una transmisión que apareció simultáneamente en todas las pantallas del mundo, la figura esquelética de un Zýlon se dirigió a la humanidad. Su voz era fría y metálica, cada palabra cargada de una amenaza implícita.

"Humanos, han rechazado nuestra oferta de rendición pacífica. Ahora, enfrentarán las consecuencias. Prepárense para la invasión."

La transmisión se cortó abruptamente, dejando a la humanidad en un estado de máxima alerta. En Washington D.C., el Presidente Wilson convocó de inmediato una reunión de emergencia en la Sala de Situación. Los líderes militares y los principales asesores se reunieron, conscientes de que cada segundo contaba.

"Estamos en alerta Omega," declaró el General Hayes, mirando a los presentes con gravedad. "Nadie sabe dónde atacarán primero, pero debemos estar preparados para cualquier cosa."

El Secretario de Defensa Maxwell asintió. "Tenemos que coordinar una defensa planetaria efectiva. Necesitamos la cooperación de todos los gobiernos, sin importar su poder."

El Presidente Wilson tomó la palabra. "Convocaremos a una cumbre de emergencia con todos los líderes mundiales, incluyendo a aquellos de naciones menos poderosas. Argentina, Colombia, México, Grecia... todos deben estar incluidos. Solo juntos podremos enfrentarnos a esta amenaza."

En Buenos Aires, el Presidente Fernández recibió la llamada de Washington con una mezcla de sorpresa y determinación. "Estamos listos para colaborar," aseguró. "Nuestra defensa será fuerte y estamos dispuestos a hacer lo necesario para proteger a nuestra gente."

En Bogotá, el Presidente Ramírez expresó un sentimiento similar. "Colombia se une a la Alianza Global con todo nuestro corazón. No permitiremos que estos invasores nos destruyan."

En Ciudad de México, el Presidente Morales reunió a su gabinete. "Prepárense para la defensa total. Necesitamos movilizar todas nuestras fuerzas y recursos. Este es el momento de demostrar nuestra fortaleza."

En Atenas, el Primer Ministro Kostas se dirigió a su nación con un mensaje de esperanza y valentía. "Grecia ha enfrentado muchas amenazas a lo largo de su historia. Esta será nuestra batalla más grande, pero no estamos solos. Lucharemos junto a nuestros aliados."

Mientras tanto, en un búnker subterráneo en Moscú, Mikhail Petrov estaba inmerso en sus propios preparativos. Sus asesores le proporcionaban informes constantes sobre los movimientos de los Zýlon y las respuestas de los gobiernos.

"Los informes indican que los Zýlon están moviéndose en múltiples frentes," informó Yuri, su joven analista. "No podemos predecir sus objetivos específicos, pero sabemos que su tecnología les permite ataques precisos y devastadores."

Mikhail asintió, su mente trabajando a toda velocidad. "Necesitamos anticiparnos a sus movimientos. Reúnan toda la inteligencia disponible y coordinen con nuestros contactos internacionales. La clave será estar un paso por delante."

En una base militar en Japón, el Dr. Hiroshi Tanaka y su equipo trabajaban incansablemente en el desarrollo del firewall cuántico. Sabían que este sería uno de los mayores desafíos tecnológicos que jamás habían enfrentado, pero también que era esencial para la defensa global.

"Este firewall es nuestra mejor defensa contra los ataques cibernéticos de los Zýlon," explicó el Dr. Tanaka a su equipo. "Debemos asegurarnos de que esté listo para su despliegue en cuanto sea posible."

En el Vaticano, el Papa Francisco continuaba abogando por la unidad y la paz. "En tiempos de guerra, no debemos olvidar nuestra humanidad," dijo durante una misa televisada. "La fe y la esperanza son nuestras armas más poderosas."

La invasión comenzó de manera inesperada y brutal. Las primeras naves Zýlon aparecieron en los cielos de varias ciudades simultáneamente, disparando rayos de energía que devastaron edificios y sembraron el pánico. Las sirenas de alerta resonaban por doquier, y la humanidad se encontraba en el epicentro de una tormenta de destrucción.

En Nueva York, las defensas antiaéreas se activaron, intentando derribar las naves invasoras. Los soldados y los ciudadanos se unieron en un esfuerzo desesperado por repeler el ataque.

"¡Fuego!" ordenó el General Hayes, mientras observaba cómo los misiles se dirigían hacia las naves Zýlon. "No podemos permitir que destruyan nuestra ciudad."

En Londres, el Primer Ministro convocó una reunión urgente en el búnker subterráneo. "Debemos coordinar con nuestras fuerzas y nuestros aliados," dijo con urgencia. "Cada segundo cuenta."

En París, la Torre Eiffel se convirtió en un símbolo de resistencia cuando los ciudadanos se unieron para defender su ciudad. "¡No nos rendiremos!" gritó Sophie Dubois, liderando una manifestación de apoyo a las fuerzas armadas.

En Tokio, el Dr. Tanaka y su equipo lograron desplegar el firewall cuántico justo a tiempo para bloquear un ataque cibernético de los Zýlon. "Lo logramos," dijo con alivio, pero consciente de que la batalla apenas comenzaba.

A medida que el caos se extendía por todo el planeta, los líderes mundiales continuaban su cumbre de emergencia, buscando desesperadamente una estrategia unificada. En una videoconferencia que conectaba a los principales líderes de la Alianza Global, el Presidente Wilson tomó la palabra.

"Debemos mantenernos firmes," dijo con determinación. "Esta invasión es una prueba de nuestra fortaleza y unidad. Solo juntos podemos superar esta crisis."

El Presidente Fernández de Argentina asintió. "Estamos con ustedes. Lucharemos hasta el final."

El Presidente Ramírez de Colombia añadió: "No permitiremos que destruyan nuestro hogar. Colombia está lista para la batalla."




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