Yukimura Sanada

CAPITULO 3 (6-10)

Había llegado a la base enemiga, el castillo de Kasugayama, con Nobunaga e Hideyoshi. Me estaba estirando para aliviar mi cuerpo cansado por el viaje cuando algo llamó mi atención.

(¿Eh?)

Me pareció ver a alguien entre el tráfico que pasaba por la puerta que no debería estar allí.

(¡Se parece a Yuki! Pero no puede ser, ¿verdad?)

Ignorando el dolor en mis piernas, empecé a correr hacia la puerta de entrada.

NOBUNAGA- ¿MC?

HIDEYOSHI- ¡Vuelve aquí!

Intentaron detenerme, pero atravesé la puerta por mi cuenta.

(Dispara... lo perdí de vista)

Escudriñe a la gente que pasaba, pero ya no vi a Yuki por ningún lado.

(Supongo que no era él)

HIDEYOSHI- ¡Hey!

(¿Hm?)

Hideyoshi se me acercó corriendo y me agarró del hombro, como si le preocupara que pudiera salir corriendo de nuevo.

HIDEYOSHI- No salgas corriendo por tu cuenta. No me digas que nunca has estado en otra provincia.

MC- Lo siento, supongo que estaba emocionada.

Nobunaga se acerco despreocupadamente y me sonrio.

NOBUNAGA- Parece que te queda mucha energía. En ese caso, puedes hacer lo que quieras hasta la puesta de sol.

(¿En serio?)

NOBUNAGA- Hideyoshi y yo tenemos que explorar las murallas del castillo. Tu solo mata el tiempo hasta que terminemos.

HIDEYOSHI- Te daré las indicaciones para llegar a nuestra posada. Estad allí al anochecer.

(Espera, ¿quieren que me vaya por mi cuenta?)

Mientras Hideyoshi me daba las indicaciones, yo seguía sin creérmelo.

MC- Espera, ¿no es territorio enemigo? No sé nada de este lugar. No quiero vagar sola por aquí.

NOBUNAGA- Qué pena.

(¡No puedo creerlo!)

NOBUNAGA- Ven, Hideyoshi.

MC- ¡Vuelve aquí, monstruo!

HIDEYOSHI- Deja de quejarte y piensa en ello, MC.

MC- ¿Qué hay que averiguar? ¿Que es un demonio de verdad y no un humano?

HIDEYOSHI- ¿Alguien te ha dicho alguna vez lo maleducado que eres?

(¿Soy maleducado?)

Hideyoshi se inclinó hacia mí y me pellizcó la mejilla.

HIDEYOSHI- Es más seguro para ti si no estás con nosotros. El enemigo sabe qué aspecto tenemos Lord Nobunaga y yo. No podemos andar por ahí al descubierto, llamando la atención. ¿No ves que intenta alejarte del peligro?

(¿Es eso cierto?)

No estaba segura de si creérmelo o no mientras veía como Nobunaga se alejaba cada vez más.

MC- ¿Entonces por qué no lo dijo?

HIDEYOSHI- Los mejores vasallos saben leer entre líneas. Recuérdalo.

MC- Bueno, yo no soy un vasallo ni un samurai.

HIDEYOSHI- Sí, sí. De todos modos, pasa desapercibido hoy, ¿vale?

Hideyosohi sacó un monedero del interior de su kimono y me lo puso en la mano.

HIDEYOSHI- Aquí tienes tus dietas. No te lo gastes todo en el mismo sitio. Y llega a la posada antes de que anochezca.

MC- Gracias. Lo hare.

HIDEYOSHI- Tampoco vayas siguiendo a ningún extraño. Si alguien sospechoso se te acerca, corre hacia el otro lado. ¿Entendido?

MC- Entendido.

HIDEYOSHI- Bien. Nos vemos esta noche.

Dejándome con ese consejo, Hideyoshi corrió para alcanzar a Nobunaga.

(Se comporta como el chaperón de una excursión escolar o algo así. Aunque supongo que sólo les retrasaría si intentara ir de explorador con ellos)

Sintiéndome mejor con mi trato, empecé a caminar por las calles y enseguida me fijé en algunas cosas. El mercado estaba lleno, pero había muchos menos productos a la venta que en el castillo de Azuchi.

(Es como dijo el dueño de la casa de té, las cosas son más difíciles de conseguir en tiempos de guerra. Parece que este pueblo ya se está preparando para la contienda que se avecina)

También escucho a mucha gente hablando de rumores sobre Nobunaga y la guerra.

HABITANTE 1- ¡Por fin ha llegado la hora de que el Rey Demonio pague el pato!

HABITANTE 2- ¡Así es! No podrá escapar cuando tengamos al Dios de la Guerra y al Tigre del Kai de nuestro lado.

(He oído esos apodos antes. Mi libro dice que así es como la gente llamaba a Kenshin y Shingen. La gente de aquí vive en las tierras de Kenshin, lo que significa que todos son enemigos de Nobunaga)

La gente en las calles no eran señores de la guerra, ni siquiera samuráis. Sin embargo, estaban claramente preocupados por la guerra y la tensión era palpable. Justo cuando el ambiente empezaba a hacerse insoportable, me topé con una casa de té.

(Quizá una taza de té caliente me calme. Si parezco demasiado nervioso, la gente podría encontrarlo sospechoso)

MC- Disculpe, ¿hay algún asiento disponible?

Al entrar en la concurrida tienda, un hombre de hombros anchos me da una palmada en el banco en el que está sentado.

Tome asiento, señorita. El sitio de al lado se acaba de abrir.

MC- Oh, gracias...

(Este tipo es bastante guapo, aunque su sonrisa fácil le hace parecer un ligón. La verdad es que me resulta familiar)

MC- Perdona, pero, ¿nos hemos visto antes en algún sitio?

¿?- ¡Ah, sí, creo que tienes razón! Te pareces al ángel que se me apareció anoche en sueños.

MC- Er...

Sin dudarlo un instante, me cogió de la mano y me guió hasta el asiento de al lado.

¿?- ¿Te invito a una taza de té, cariño? Sé que acabamos de conocernos, pero ya has conquistado mi corazón.

MC- ¿Perdón?

(¿Me está... tirando los tejos? Supongo que mi primera impresión de él fue acertada)




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