Estaba agachada frente al puesto de Yuki cuando, de repente... Una mano diminuta agarró la manga de Yuki y le dio un tirón. Un niño había aparecido de la nada y miró a Yuki con una sonrisa emocionada.
NIÑO- ¡Papá!
Todavía agachado frente a Yuki, miré al niño con atención. Parecía tener unos tres años. Llevaba el pelo recogido en un mechón corto sobre la cabeza. El kimono de lino que llevaba hasta las rodillas dejaba al descubierto unas pantorrillas regordetas.
(Supongo que no debería sorprenderme que Yuki tenga un hijo. La gente se casaba mucho más joven en aquellos tiempos)
MC- Entonces, Yuki, tú...
YUKI- ¿Sí?
MC- Tu hijo es muy mono. No se parece mucho a ti, pero...
Sentada con las piernas cruzadas, Yuki frunció el ceño y me dio un codazo en la frente.
MC- ¡Ay! ¿A qué ha venido eso?
(¿No lo es?)
YUKI- ¡Debería ser obvio! ¡No se parece en nada a mí!
CHICO- ¡Papá!
YUKI- ¡No te fíes de su palabra, tonto!
Yuki se volvió directamente hacia el chico y lo miró fijamente a los ojos.
YUKI- Abre los ojos y mírame de cerca, chaval. No soy tu padre, ¿entiendes?
El niño abrió mucho los ojos y se echó a llorar.
NIÑO- ¡Tú no eres mi papá!
Con cara de que se le acababa el mundo, empezó a berrear.
(¡Oh, no, pobrecito!)
MC- ¡Está bien, no llores! Sé que este tío da miedo, pero en el fondo es majo.
YUKI- ¡Eh, no hables así de mí!
MC- No te metas, Yuki.
YUKI- Joder, ¿en serio?
Le limpié la nariz al chico suavemente con un pañuelo, pero las lágrimas seguían saliendo.
YUKI- ¡Contrólate, ya está bien de llorar!
De repente, Yuki alargó la mano y levantó al chico en el aire.
CHICO- ¡Qué!
MC- ¡Yuki!
Sorprendido, el niño dejó de llorar.
YUKI- ¿Cómo te llamas?
CHICO- Yahiko...
YUKI- ¿Yahiko? Es un nombre de chico duro. Si vas por ahí llorando todo el rato, lo estropearás.
YAHIKO- ¡Entonces no lloraré!
YUKI- Mm, buena elección.
Con una sonrisa, Yuki puso a Yahiko sobre sus rodillas y el chico empezó a sonreír también.
(Yuki es sorprendentemente buena con los niños)
YUKI- Parece que este niño me ha confundido con su padre.
MC- Sí, eso parece.
(Así que no es el hijo de Yuki después de todo)
Me sentí aliviado por eso, pero ahora sólo tenía que preguntarle...
MC- Sé que esto puede sonar un poco atrevido, pero...
YUKI- ¿Por qué actúas tan rígida de repente?
MC- Yuki, ¿estás... casada y tienes hijos? Sabías cómo calmarlo, así que...
YUKI- ¡¿Qué?! Si tuviera mujer e hijos, ¿crees que viajaría por ahí yo solo?
MC- Oh, supongo que no.
YUKI- ¿Por qué lo preguntas?
(Porque...)
MC- Um, eso es... ¡un secreto!
Los ojos de Yuki se abrieron ligeramente.
YUKI- ¿Qué se supone que significa eso?
(No puedo darle una respuesta, porque ni yo misma lo entiendo)
Sentí calor en mis mejillas mientras me miraba las rodillas tímidamente.
(¿Por qué fui a hacer una pregunta tan rara? ¡Estoy tan avergonzada!)
YUKI- Entonces... ¿Y tú? Ya sabes... ¿Tienes marido o algo así?
MC- ¡No! ¡Ningún marido! Ni uno solo.
YUKI- Sabes... Estoy segura de que la mayoría de las mujeres casadas sólo tienen un marido.
MC- Sí, supongo que tienes razón.
YUKI- Eres realmente extraña.
La mirada de alivio en su cara hizo que mi pecho se sintiera raro.
(Es un sentimiento casi como de impaciencia o impaciencia)
Estaba abrazando mis rodillas contra mi pecho mientras pensaba en ello cuando....
YAHIKO- ¿Señor? ¡Estás todo rojo! ¿Es fiebre?
YUKI- ¡Uh...!
La manita de Yahiko acarició dulcemente la mejilla de Yuki.
(¡Vaya, sí que está rojo!)
YUKI- Te estás imaginando cosas, Yahiko. Y deja de mirarme, MC... ¡tonta!
MC- ¡Deja de llamarme tonta!
YAHIKO- Hehe, ¡dejas de hacerlo!
Repitiendo después de mí, Yahiko empezó a reírse.
YUKI- Nunca venderé nada con vosotros dos por aquí. Venga, Yahiko, vamos a buscar a tu padre.
YAHIKO- ¡De acuerdo!
Yuki se levantó e hizo que Yahiko se subiera a sus hombros. Riendo alegremente, el chico se agarró con fuerza a la cabeza de Yuki.
(Está actuando como un padre de verdad. Apuesto a que Yuki será un buen padre algún día)
Sonreí para mis adentros mientras me lo imaginaba.
MC- Eso estaría bien.
YUKI- ¡Oh, dame un respiro! No voy a dejar que te subas a mis hombros.
MC- ¡No quería decir eso! Sólo hablaba conmigo misma, así que olvídalo.
(Uy, no me había dado cuenta de que hablaba en voz alta)
YUKI- Bueno, deja de murmurar y levántate. Vas a ayudarme a buscar al padre de Yahiko, ¿verdad?
MC- ¡Claro!
Me levanté de un salto y me puse al lado de Yuki. Los tres recorrimos toda la ciudad, pero no pudimos encontrar al verdadero padre del chico.
YAHIKO- ¿Dónde está papá?
(¡Pobre Yahiko!)
Yuki había conseguido animarle durante un rato, pero ahora sus ojos volvían a llenarse de lágrimas.
YUKI- Si no está en la ciudad, entonces...