Yukimura Sanada

CAPITULO 6 (1-5)

YUKI- MC.

(¡Es él!)

En el momento en que vi su cara, todos los demás pensamientos abandonaron mi mente. Todo lo que pude ver fue a Yuki, corriendo hacia mi.

YUKI- ¿Estuviste esperando mucho tiempo?

MC- No, acabo de llegar.

YUKI- Bien. Entonces...

Yuki me ofreció su gran mano.

YUKI- ¿Quieres entrar?

(¿Quiere que nos cojamos de la mano? ¿Así que realmente es una cita?)

Mi corazón empezó a latir más rápido mientras miraba su palma abierta. Me di cuenta de que había estado en silencio durante demasiado tiempo cuando Yuki habló con torpeza.

YUKI- Um ... así que ... de todos modos ...

Desvió la mirada e hizo un gesto hacia la puerta con la mano.

YUKI- No vale la pena quedarse aquí. Entremos.

Bajando la mano hacia su costado, comenzó a caminar a paso ligero.

MC- ¡Espera!

Mis sandalias de madera repiquetearon contra los adoquines cuando alcancé a Yuki.

(¿Quizá me tendió la mano sin darse cuenta? Debería haberla cogido de todos modos. Bueno, no sirve de nada llorar por la leche partida)

Intenté dejar de obsesionarme con ello mientras nos adentrábamos en el estridente recinto del festival.

(¡Vaya!)

A medida que el sol se ocultaba en el horizonte, los farolillos rojos que bordeaban el camino iluminaban la noche. Los sabrosos aromas del miso y la salsa de soja emanaban de los numerosos puestos de comida mientras la gente se abría paso entre la multitud.

YUKI- ¡Está lleno!

MC- No sabía que fuera a ser un festival tan grande.

(En el aire se percibe un zumbido de emoción difícil de ignorar).

Yuki y yo intercambiamos una sonrisa.

YUKI- Pero bueno, tu atuendo de esta noche es...

(¡Se ha dado cuenta de que voy arreglada!)

Esperé nerviosa mientras escaneaba mi yukata.

(Cuando le dije que quería ir al festival, Hideyoshi me consiguió tela festiva. Hice este yukata basándome en otros que había visto antes, pero no estoy segura de haberlo hecho del todo bien).

Recordé cómo Hideyoshi me había ayudado a vestirme antes de partir.

MC- Oh, no, la costura del cuello está suelta. Debería haber usado una puntada más firme.

HIDEYOSHI- A mí me parece que está bien. Se nota que eres muy hábil con la aguja.

MC- ¿Crees que me queda bien?

HIDEYOSHI- Sí, muy mono.

(Aunque lo diga por quedar bien, es bueno oirlo)

MC- Ya veo por qué la gente dice que eres un mujeriego, Hideyoshi.

HIDEYOSHI- ¿Hm? ¿Has dicho algo?

MC- No, nada de nada. Gracias.

HIDEYOSHI- No hace falta que me des las gracias. Diviértete, pero no te quedes hasta muy tarde.

(Hideyoshi dijo que hice un buen trabajo haciendo esto, pero ¿qué pensará Yuki?)

Seguía mirando en silencio mi obra. Cuanto más se detenía, más nerviosa me ponía.

YUKI- Es un yukata, ¿eh?

MC- Sí, así es.

YUKI- Hmm, es una especie de... Es uno bueno.

(¿Uno bueno? ¿Eso es todo lo que tenía que decir?)

YUKI- Vamos a comer algo.

Desviando rápidamente la mirada, se dirigió al puesto de comida más cercano.

(¿Eso era un cumplido? ¿No podía haberse esforzado un poco más?)

No esperaba gran cosa, pero aun así no pude evitar sentirme decepcionada.

(Supongo que Yuki no es de las que se deshacen en halagos, pero...)

YUKI- ¿Qué pasa? ¡Date prisa!

MC- ¡Ya voy!

YUKI- ¡Tío, me muero de hambre! Mira, tienen tofu con sésamo.

MC- ¿Es uno de tus favoritos?

YUKI- ¡Sí!

Yuki, entusiasmado, empezó a comprar bocadillos.

(Le gusta el tofu con sésamo, ¿eh? Tendré que recordarlo)

Era una observación trivial, pero me levantó el ánimo.

CIUDADANA 1- Ooh, ¡mira qué cachas!

(¿Hm?)

Un grupo de mujeres jóvenes se detuvieron al pasar y se reunieron alrededor de Yuki.

YUKI- ¿Hm? ¿Qué queréis?

CIUDADANA 2- ¡Divertirme en este festival, tonto! Nunca te había visto antes. ¿De dónde eres?

YUKI- Soy un mercader ambulante.

CIUDADANA 3- ¡Vaya, qué guay! ¿Puedo pasarme por tu tienda alguna vez?

YUKI- ¿Eh? Sí, claro, no me importa.

CIUDADANAS- ¡Aww, no seas tan fría! Cuéntanos más cosas sobre ti.

Rodeada por las estridentes voces de las bobaliconas, Yuki parecía atrapada.

MC- ¡Uh...!

Una de las mujeres me apartó con el hombro y tuve que ponerme de puntillas para ver más allá de ellas.

(¿Qué les pasa a estas mujeres?)

Siguieron acribillándole a preguntas y Yuki continuó dando respuestas bruscas. Las mujeres seguían pendientes de cada una de sus palabras.

(¿Quién hace eso?)

Fuera de su círculo, mis niveles de irritación aumentaban rápidamente.

CIUDADANA 2- Oye, ¿por qué no exploras el festival con nosotros? Oh, sí. Pronto habrá fuegos artificiales. Vamos a verlos juntos.

YUKI- No, yo no...

Finalmente, Yuki miró hacia mí.

MC- Está bien. Deberías irte.

YUKI- ¿Eh?

MC- Voy a rezar al santuario.

Me di la vuelta y comencé a caminar hacia los terrenos del santuario propiamente dicho.

(Vaya, estoy actuando como un idiota. Sé que Yuki no invitó a esas chicas, pero...)

Algo en mí se había roto y no podía deshacerme de esta frustración.

(Espera, ¿estoy celoso?)

Justo cuando la realización trajo calor a mis mejillas, sentí una mano en mi hombro.




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