Yukimura Sanada

CAPITULO 7 (HIS SIDE STORY)

(Ahí está)

Entrecerré los ojos a través del polvo del campo de batalla hacia mi objetivo, sin frenar un ápice mi caballo. El hombre vestido con armadura negra, mi archienemigo, sonrió al verme.

NOBUNAGA- ¡Yukimura Sanada! ¡Enfréntate a mí ahora!

YUKIMURA- ¡Prepárate para morir, Nobunaga!

Preparé la punta de mi lanza en forma de cruz y la lancé hacia delante. Se oyó un fuerte estruendo cuando la espada de Nobunaga rechazó mi lanza.

YUKIMURA- Hm. He oído que casi mueres en Honno-ji, pero parece que eso no ha mermado tus habilidades.

(Este ataque sorpresa ni siquiera le hizo inmutarse. Nadie se merece más que él el apodo de Rey Demonio)

NOBUNAGA- ¡Y tú y Shingen os habéis estado escondiendo, afilando vuestros colmillos para atacarme de nuevo! Ha pasado mucho tiempo desde que tuve que luchar yo mismo. Será mejor que lo hagas bien, Yukimura.

(Oh, eso pretendo)

Mi sed de batalla aumentó, levanté mi gran lanza una vez más y...

MC- ¡Wha!

NOBUNAGA- ¡MC!

(¿Eh?)

Me di cuenta de que había una mujer a lomos del caballo de Nobunaga. Metió la mano por detrás para evitar que se cayera y sus ojos encontraron los míos.

YUKIMURA- ¿MC?

La mano que sostenía mi lanza se convirtió en hielo. Todo lo que pude hacer fue mirar fijamente.

(¿Qué está haciendo ella aquí?)

NOBUNAGA- Ignora a la mujer. No te atrevas a ser blando conmigo por ella, Yukimura.

YUKIMURA- ¡Hm!

Intentando no perder la concentración, me deshice de mi lanza y desenvainé mi espada mientras me acercaba. De nuestras espadas saltaron chispas al chocar.

(¿Por qué estaría MC en el campo de batalla? ¡Nada menos que con Nobunaga!)

YUKIMURA- ¡Maldita sea!

No tenía respuestas, pero me negué a detener mi asalto, forzando finalmente la espada de Nobunaga hacia atrás. Se retorció en su silla, protegiendo a MC con su cuerpo. Mi espada ya se dirigía hacia su garganta antes de que tuviera oportunidad de pensarlo.

MC- ¡Detente!

El grito desesperado de MC me hizo volver en mí. Me quedé mirando atónito.

NOBUNAGA- MC...

Rodeó el cuello de Nobunaga con los brazos.

(¿Por qué le defiende?)

Me quedé helado, con la espada colgando en el aire sin efecto.

NOBUNAGA- Yukimura, ¿realmente puedes permitirte mostrar piedad a esa mujer?

Ignorando el agarre de ella, Nobunaga levantó el brazo.

YUKIMURA- ¡Gr...!

MC- ¡No!

Me asestó un fuerte golpe en el pecho y caí del caballo.

(¡Maldito sea!)

Me puse en posición defensiva mientras rodaba, sujetando con fuerza mi espada.

(Bien, no hay nada roto)

Me levanté lo más rápido que pude para evitar que me pisara algún soldado o caballo. Volví a saltar sobre mi corcel y alcé mi espada por encima de mi cabeza.

YUKIMURA- ¡Mantened la línea! Seguid luchando.

VASSALS- ¡Sí, señor!

Mientras animaba a mis hombres a reagruparse, vi a Nobunaga alejarse a toda velocidad. Vi a MC aferrándose detrás de él hasta que se perdieron de vista.

(No tengo tiempo de preocuparme por ella ahora. Tengo que centrarme en asegurarme de que mis vasallos salen vivos de esta y derrotan al enemigo).

YUKIMURA- ¡No lo dudes! ¡Destrózalos!

Alzando la voz, avancé sin piedad. Las fuerzas de Oda que habíamos dispersado antes empezaban a reagruparse y a unirse a la lucha. Lejos de Yukimura, una estupefacta MC se aferraba con fuerza a Nobunaga.

COMANDANTE- ¡Señor Nobunaga! ¡Permíteme liderar la vanguardia!

NOBUNAGA- Hazlo. No les cedas ni un milímetro.

Tras un rápido intercambio con el comandante de la unidad, Nobunaga giró el morro de su caballo hacia la retaguardia.

NOBUNAGA- Sabes montar, ¿verdad?

MC- ¿Yo? Sí, más o menos...

NOBUNAGA- Entonces únete a Hideyoshi en el ala derecha.

MC- ¿Quieres decir que quieres que huya? Pero yo creía que era tu amuleto de la suerte.

NOBUNAGA- De hecho lo eres. Mi plan era tenerte merodeando fuera de peligro, pero la situación ha cambiado. El enemigo sólo está lanzando números a las alas derecha e izquierda que pusimos al frente. Atando mis fuerzas con esa distracción mientras envían una tropa de élite para venir a por mí directamente. No puedo dejar que la fuente de mi buena fortuna se enfrente a lo peor del ataque.

Una vez que Nobunaga hubo puesto cierta distancia entre ellos y el combate, detuvo su caballo. Llamó a otro caballo que había perdido a su jinete con un silbido.

NOBUNAGA- Saca a este caballo de aquí, MC.

MC- Pero...

NOBUNAGA- Sin objeciones. Hideyoshi ya debe haberse dado cuenta de lo que está pasando y debería estar de camino. Únete a su unidad mientras apoyan la retaguardia. No más demoras. ¡Adelante!

Cuando MC vaciló, Nobunaga la levantó.

MC- ¡Whoa!

Cuando la dejó en el segundo caballo, se apresuró a coger las riendas. Con una sonrisa, Nobunaga le dio a MC una daga.

MC- ¿Para qué es esto?

NOBUNAGA- Te meterás en un buen lío si mueres cuando yo no esté para protegerte. Mientras Nobunaga se alejaba, MC guardó la daga en su obi y espoleó a su caballo en dirección contraria.

Seguí golpeando la línea enemiga para hacer avanzar a nuestras tropas. Mis vasallos abrieron una profunda brecha en las filas de los Oda.

(Es sólo cuestión de tiempo que lleguen los refuerzos de Nobunaga. Tenemos que acabar con esto antes de que ocurra)

Mientras seguía avanzando, blandir mi espada me resultaba tan fácil como respirar. Mi voluntad de luchar borró el recuerdo de la cara sorprendida de MC y me dejé entumecer.




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