Mientras la lluvia seguía cayendo sobre su rostro impasible, me acerqué.
(Estoy seguro de que le duele cada vez que tiene que usar esa lanza. Debe ser tan doloroso, que ni siquiera puede soportar pensar en el dolor)
Sabía que sólo estaba percibiendo el borde mismo de las emociones de Yukimura, pero eso fue suficiente para hacerme sentir que podría derrumbarme.
(Ahora mismo, sólo hay una cosa que pueda hacer por él)
MC- Yukimura, mírame.
YUKIMURA- ¿Eh?
Le tendí la mano empapada por la lluvia.
MC- ¿MC?
Me quité el abrigo y lo puse sobre la cabeza de Yukimura.
MC- Al menos úsalo para que no llueva.
YUKIMURA- Estoy bien. Deberías volver a la tienda a dormir. Te vas a empapar.
MC- No me importa si me mojo. Sólo quiero quedarme a tu lado, Yukimura.
Se detuvo un momento antes de contestar.
YUKIMURA- Bien, haz lo que quieras.
(Bien. No puedo hacer mucho, pero al menos puedo quedarme con él)
No puso más objeciones y se guardó el abrigo en la cabeza.
YUKIMURA- Te dije que no volvieras a pisar el campo de batalla. ¿Por qué me perseguiste?
(Sólo hay una razón)
MC- Porque te quiero, Yukimura.
(Ya está, por fin lo he dicho)
No me sentí avergonzada en absoluto. Las palabras habían salido con naturalidad, como si fuera el momento perfecto para ellas.
MC- Te quiero, Yukimura. Por eso te perseguí.
YUKIMURA- ¿Cómo puedes decir eso? Me salí con la mía contigo y me fui sin despedirme.
(¿Se salió con la suya conmigo? ¿Como si esa noche no fuera mutua?)
MC- Debes saber que eso no es cierto. ¡Lo deseaba tanto como tú, Yukimura! No te atrevas a despreciar mis sentimientos.
Me agarré con fuerza al abrigo que colgaba sobre su cabeza y le fulminé con la mirada. Frunció ligeramente el ceño y desvió la mirada.
YUKIMURA- Creí que te dejaba atrás por tu propio bien. Pero al final fue inútil, porque te he atraído a esta tierra bañada en sangre.
MC- Yuki...
Su rostro era una máscara de arrepentimiento.
(Pensé que me había abandonado porque yo era el enemigo)
Me sorprendí al darme cuenta de lo que Yukimura había estado pensando.
(Pero lo que en realidad quería era alejarme de la guerra. Y por eso decidió no volver a verme)
Un dolor caliente subió por mi garganta, extendiéndose por mi cuerpo hasta que ya no pude sentir el frío de la lluvia.
YUKIMURA- En serio... ¿qué estoy haciendo? Decidí luchar para proteger a los demás, y he matado a muchos por eso.
Yukimura se miró la mano mientras la apretaba, como recordando el peso de su espada.
YUKIMURA- Pero la de mi señor aún se ha ensuciado, y mis hombres aún han perdido la vida. Y encima de todo eso, tú también has sido arrastrado a esto. Soy incapaz de proteger nada.
(¡Eso no es cierto!)
MC- ¡Yukimura, no! Eso no es verdad.
Puse las manos a ambos lados de su cara y tiré de él hasta ponerlo a mi altura.
MC- Mírame a los ojos.
YUKIMURA- ¡Qué!
Me negué a que siguiera ocultando la emoción en sus ojos.
MC- ¿Recuerdas cuando me salvaste de esos bandidos?
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YUKIMURA- No quiero, pero no me dejas otra opción. Quiero acabar con esto. Venid todos juntos a por mí.
MC- ¡Eso es una locura! ¿Y si te haces daño?
YUKIMURA- Acabaré con esto antes de que eso pueda pasar. Así que... quédate detrás de mí.
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MC- Tú me protegiste aquel día, ¿verdad?
YUKIMURA- Eso no cuenta. Cualquiera habría hecho lo mismo.
MC- No sólo me has protegido de los bandidos, Yukimura.
YUKIMURA- ¿Eh?
(Quizá no se lo crea, pero voy a decírselo. Voy a decirle exactamente lo que siento por él, sin dejar nada fuera)
Escogiendo cuidadosamente mis palabras, comencé.
MC- He estado manteniendo esto en secreto, pero... no soy de este tiempo.
YUKIMURA- ¿Eh? ¿Qué quiere decir eso?
MC- ¡Por favor, escucha! Esta es la verdad.
YUKIMURA- De acuerdo.
Cuando alcé la voz con desesperación, Yukimura cerró la boca.
MC- Me vi envuelta en un incidente que me trajo aquí desde quinientos años en el futuro.
YUKIMURA- ¿Quinientos años?
MC- Sí. Sé que parece imposible, pero es la verdad.
Yukimura me miró escrutadoramente a los ojos hasta.
YUKIMURA- Vale. Te creo.
MC- ¿De verdad?
YUKIMURA- A estas alturas sé que no eres de los que bromean. Y siempre supe que tenías algún gran secreto rondándote por la cabeza.
Su respuesta calmada y razonada fue un alivio. Y así, continué con mi relato.
MC- En la época de la que vengo no hay guerra en Japón. Es un mundo pacífico. Así que puedes imaginarte lo diferente que es para mí este periodo de guerra y agitación. Cuando llegué aquí, tenía mucho miedo. Pero entonces... te conocí a ti, Yukimura.
Continuó escuchando pacientemente.
MC- Me salvaste de caer por aquel acantilado y me rescataste de unos bandidos. Y le pediste a Nobunaga una tregua. Ya me has salvado la vida incontables veces. Pero es más que eso. Me haces sentir seguro, Yukimura.
YUKIMURA- No sé de qué estás hablando. No lo recuerdo así.