Yukina y las criaturas magicas

UN MUNDO DIFERENTE

Yukina aun inconsciente  sentía una calma y una plenitud, que la acariciaba con amor y ternura, como si de un sueño se tratara, de pronto como un trueno que atravesaba su cuerpecito recordó el momento en que esa maldita sombra  desgarro el corazón de su madre, observo como la vida le era arrancada de su madre, como esos ojos amorosos que la veían antes de dormir se habían quedado cerrados  que jamás se abrirían para ella, se consumió en la tristeza de su egoísmo al haber pensado solo en las ganas de ver que había más allá de lo que todos habían visto, aquel egoísmo que la hizo saltar al agua en un principio sin pensar que tal vez ella perdería algo muy amado, pensó en el sufrimiento de sus padres al verla alejarse pero jamás en el dolor de que ella dejaría de ver a su madre,  sintió ganas de gritar fue en ese momento donde se dio cuenta que seguía dentro del agua y que no podía respirar sentía que su vida se terminaba, sintió como el agua ingresaba a sus pulmones, pero era tanto su dolor por perder a su amada madre que sintió que tal vez esa sería una buena forma para estar cercas de su madre, aunque ella muy unida a su padre. Fénix era su única amiga la única persona que la entendía que aunque la regañaba también la premiaba con sus cariños y sus afectos, recordó todos aquellos momentos con su madre, creyó que esa una buena forma de estar de nuevo a su lado.

La luz que la había cegado estaba disipándose, y sus ojos comenzaron a ver una figura en el agua de algunas manos que la rodeaban y noto por un momento que aun que sabía que había inhalado el agua de esa laguna ya no sentía que le falta el aliento, sentía que su corazón ya no le faltaba sangre, comenzó a reaccionar como si estuviese fuera del agua como si estuviera en el aire más fresco, sintió unos brazos delicados que la amarraban a su cuerpo y sentía una calidez y mucha ternura que la reconfortaban y la hacían sentirse tranquila y cuando volvió la mirada para ver de quien se trataba descubrió una gran sorpresa… esa persona, era una mujer muy hermosa, de dorada piel y cabellos azules, unos ojos más grandes de los del promedio pero aun así hermosos y muy expresivos, que la veían con gran alegría, unos labio rosados y gruesos; que preguntaban con algo de preocupación cómo se encontraba, para Yukina aún se sentía aturdida y era muy difícil saber que era lo que en realidad pensaba… poco a poco comenzó recobrar el sentido para llevarse una gran sorpresa no era una persona era una criatura, de esas de las que su amada madre le había contado tantas veces en sus cuentos o leyendas, no podía creer lo que sus ojos observaban  una sirena, de esas que en los cuentos tenían largas colas colmadas de  escapas de bellos colores tornasoles  y que llenaban los mares y ríos de misteriosos destellos cuando nadan cercas de la superficie, pero no solo era una eran varias, Yukina se sonrío con la que la llevaba en sus brazos y mientras ella sentía el vaivén del agua que la acariciaba la cara, su cabeza se llenaba de preguntas una más difícil de contestar que la anterior, unas con muy sensatas y otras muy alocadas que solo se le pueden ocurrir a las niñas.

Las sirenas llevaron a Yukina a un escondite, en las profundidades del océano, ese lugar era hermoso lleno de corales y todo decorado con perlas y espejos, la luz plagaba el lugar como si el sol estuviera bajo el agua,  gracias a una esfera en medio de la habitación la inundaba de una luz hermosa que resaltaba el color de los coralillos y de los pescadillos que nadaban felizmente alrededor del hogar de las sirenas y cualquier cosa que llamara su atención y en ese lugar la niña y las sirenas comenzaron a hablar y a explicar muchas cosas a la pequeña. Ellas le explicaban que todas que estaban unidas en su mente y que pronto llegarías las demás para conocerla, una de ellas llevaba el cetro que una vez fue de Bruno y explicaron.

-Esto pertenecía a un gran sabio. (Yukina las interrumpió y les comento que su madre le había contado la historia de Ícaro y de Nahúm, más sin embargo una de las sirenas prosiguió).-Pero no conoces la historia de este cetro, este no es normal contiene mucha más magia de la que todo el mundo pueda imaginar y además de toda esa magia este artefacto en la llave más magnifica que Ícaro dejo para ayudarnos a pasar entre los dos mundos, más sin embargo solo él conocía los secretos de esté.

Yukina entonces confundida le pregunto cómo había llegado allí si ella tampoco sabía cómo utilizar algo así, una de las sirenas le contesto.- La llave abre las puertas cuando se necesitan abrir, probablemente tuviste un indicio de que tenías que llegar a ese lado del bosque así como una de  nosotras los tuvo, algo que le  decía que teníamos que estar en ese lugar para poderte conocerte. La niña volvió a cuestionar pero porque yo?  Y otra le contesto- fácil esta llave te escogió vio algo en tu forma de ser o de pensar que es diferente y ve en ti una esperanza de arreglar el gran desastre que Nahúm trajo a todos nosotros. 




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