Sonaban los tambores y las trompetas; en el cielo se disparaban las armas de los soldados. Mientras tanto mi equipo y yo nos encontrábamos arriba de un escenario con nuestros trajes de soldados y en el pecho una medalla, como premio por nuestro cumplimiento de nuestra misión de detener a la traidora del cielo, aunque si soy franca no me sentía alegré con el reconocimiento, puesto que no solo era una premiación sino un homenaje a los caídos. Frente a mí se encontraban 5 ataúdes, aunque 4 estaban vacíos pues no habíamos podido recuperar sus cuerpos, de pronto, los tambores dejaron de sonar y lentamente el capitán John se colocó en medio del escenario donde se encontraba un micrófono, rápidamente llevó su mano a la cabeza en forma de saludo, se puso recto y con gran fuerza gritó.
- Argus, líder del escuadrón Olimpia… — de pronto, todos los presentes gritaron a todo pulmón.
- Murió por la tierra — acto seguido varios soldados que se encontraban en fila dispararon con sus rifles al cielo, acto seguido el capitán prosiguió.
- Colette del escuadrón Olimpia…
- Murió por la tierra (todos los presentes).
- Christopher del escuadrón Olimpia…
- Murió por la tierra (todos los presentes).
- Takeshi del escuadrón Olimpia…
- Murió por la tierra (todos los presentes).
- Akashi Toyo del escuadrón Trinity…
- Murió por la tierra (todos los presentes) — acto seguido volvieron a disparar a los cielos, sin embargo, al oír el nombre de “Einstein” no pude evitar derramar una lágrima que recorrió por mi mejilla izquierda, de pronto, sentí una mano cálida que me tocaba delicadamente mi mejilla izquierda, al girar miré a Ben con una gran sonrisa.
- No llores, a él no le hubiera gustado verte llorar.
- Lo sé Ben, pero no puedo evitarlo — de pronto sentí una mano tocándome la espalda, al voltear vi a Clayton bastante serio mirando al frente.
- Es cierto, el se sacrificó para que pudiéramos vencer a esa traidora de Gabriel, no sería justo que derramáramos lágrimas por su sacrificio, en vez de eso deberíamos tener la cabeza bien en alto y vivir por él.
- Tienes razón — le exclamé aunque con un tono triste, acto seguido me mire la medalla que me habían otorgado y le volví a responder — aunque sabes algo, está medalla se siente vacía.
- Lo entiendo, pasamos por muchas cosas. Recuerdas aquella vez que vencimos a Melchor — me respondió “Ojo de halcón”.
- Lo recuerdo bien, también recuerdo que en ese tiempo teníamos unos trajes realmente horribles a diferencia de ahora.
Editado: 16.09.2022