Me sentía un poco extraño, como si mi cuerpo fuera tan liviano como una pluma, abrí mis ojos y de pronto me encontraba en una gran isla volcánica con una gran montaña en medio de la isla, se asemejaba mucho a la isla vulcano, en Italia, de repente se escuchó una gran voz proveniente de los vientos.
- Quien osa perturbar mi isla.
- Yo, el guardián del universo — grité al escuchar la extraña voz.
- El guardián Jajaja, interesante — exclamó aquella voz con un tono de curiosidad, de pronto, se comenzó a soltar un gran viento hacía mí, tan fuerte que por poco me manda a volar por los aires si no me coloco firme en el suelo, me cubrí los ojos con mi antebrazo derecho para evitar que me cayera el polvo en los ojos que el viento emanaba. Con esfuerzo logré levantar mi cabeza hacia el cielo y frente a mí las nubes comenzaron a tomar la forma de un gigantesco rostro humano. El rostro era redondo, de grandes mejillas y de pelo rizado corto, de pronto, dejo de emanar ese gran viento y aquel enigmático ser bajo la mirada a donde me encontraba.
- Con que tú eres el guardián del universo Jajaja eres pequeño a diferencia de tu reputación. Dime que deseas del gran dios Eolo — respondió el gran ser y al decirme su nombre supe claramente donde me encontraba y de quién se trataba. Frente a mí estaba el gran señor Eolo, en vida era el dios de los Vientos y vivía en una pequeña isla que podía moverse libremente por el mar cerca de la costa de Eolia. Allí residía con sus hijos, siendo el responsable del control de las tempestades. Su poder fue dado por el mismísimo Creador.
- Oye este es el mundo Astral no es así — le pregunté de inmediato.
- Correcto guardián, éste es el mundo de los espíritus, aquellos que desean vagar libremente como si aún estuviéramos vivos lo pueden hacer en este lugar, pero sólo a pocos se les concede este privilegio. Ahora dime, que desea.
- Quiero aprender a controlar el Ki para derrotar a un ser llamado Zaiko que amenaza con destruirme y de paso a mi planeta — le implore con ansias.
- Los problemas de los mortales no es asunto mío, por que debería ayudarte, tu sólo deseas salvar tu vida — respondió Eolo con indiferencia.
- Vamos inmensa cabezota, ayúdame, sé que no es problema tuyo pero mío si lo es, sino me ayudas morirán mucha gente buena y no puedo permitir eso, tengo una persona en la tierra que amo más que cualquier otra cosa y si no me ayudas no importa buscaré la forma de aprender éste elemento y salvar la vida de los demás — le grité con una gran determinación.
- Jajaja tu espíritu es admirable, aún siento que luchas por ti y no por los demás, pero esta bien te ayudare, sólo por qué nunca había visto un ser como tú y quisiera saber hasta donde puedes llegar, ¿ves aquella montaña?
- Claro que la veo, es la única montaña en esta isla, inmensa cabezota — le respondí con un poco de humor.
- No te pases de listo conmigo mortal. Mira sube hasta la cima de la montaña, ahí encontrarás un molino de viento de juguete echo de papel con los colores de un arcoíris, éste te ayudará a escuchar el viento y recuerda la tranquilidad es la clave, tranquiliza tus impulsos y déjate llevar como el viento se lleva el polvo — gritó Eolo con gran fuerza pues cada vez que hablaba el viento soplaba con gran intensidad
- Escuchar al viento, ¿estas loco? — le grité confundido pues no entendía ni una sola palabra de lo que debía hacer, de pronto, comenzó a reírse como un lunático y la nubes se deformaron desapareciendo del lugar dejándome sólo y sin tener ni la más mínima idea de lo que debía hacer. Sin más remedio subí la gran montaña a pie curiosamente ya estaba trazada la ruta que debía seguir por un camino de tierra lo que haría mi subida más fácil, entre más subía el viento soplaba con más intensidad, sin darme cuenta pasaron los minutos y las horas hasta que llegue a la cima de la montaña.
<< ¿Oye espera? Y por qué no use mis poderes para subirla, hubiera llegado en segundos, como sea ya estoy aquí, pero me hubieras avisado, terminé caminando por horas >> (Yuno). Al llegar me acerque a la orilla para ver el hermoso paisaje desde la cima de esa montaña, sin duda éste lugar era tan grande como la tierra, algo curioso es que estaba rodeado de varias islas de diferentes tamaños, el Mar se veía hermoso, azul como el cielo, sin señal de que el hombre lo hubiera tocado alguna vez, de pronto, algo brillante en el suelo atrajo mi atención, era el molino de viento de juguete que había mencionado Eolo así que lo tome y rápidamente comenzó a soltarse una tremenda corriente de aire que hizo girar aquel molino y comencé a escuchar unos murmullos ensordecedores los cuales hicieron que soltará el artefacto y en seco dejaron de oírse los estruendosos sonidos, quede estupefacto y sin saber que pasaba hasta que recordé las últimas palabra de Eolo, la tranquilidad es la clave.
- ¡Eso es! Ya se que tengo que hacer — me grité a mi mismo y sin perder el tiempo me senté en el suelo cruzando mis piernas como si fuera a meditar, cogí el molino con ambas manos y lo lleve al centro de mí frente y cerré los ojos, de pronto, comenzaron esos insoportables murmullos pero esta vez no me sacarían de quicio, respire profundo y me fui tranquilizando poco a poco hasta que los murmullos se convirtieron en palabras.
- Hola Yuno, no te asustes yo soy el viento, aquel que es más viejo que el humano, el que al pasar los años a escuchado los más grandes secretos, aquel que siempre te acompaña, pero no te confundas puedo ser tan poderoso y destruir todo a mi paso o al contrario puedo ser una pequeña brisa que acaricie tu piel, pero tranquilo mi Yuno escucha lo que tengo que contar “Si siembras una ilusión y la riegas con tu amor y el agua de la constancia brotara una flor y su aroma y su calor te arropara cuando algo vaya mal, y que el viento te acompañe por que la vida es un jardín donde lo bueno y lo malo se confunde y es humano no siempre se debe elegir, si te embriagas de pasión y no enfrías tu corazón tartamudearan tus sentidos y quizás hablarás sin razón es sabio contar hasta diez, y que el viento te acompañe por que la vida es un jardín donde lo bueno y lo malo se confunde y es humano no siempre se debe elegir y si te sientes perdido y con tus ojos no has de ver hazlo con los de tu alma y encontraras la calma tu rosa de los vientos seré” ( La rosa de los vientos, Mago De Oz, 2003 ).
Me cantó aquel viento que soplaba con su voz cálida y fría al mismo tiempo, abrí mis ojos y me levanté un poco confundido pero dentro de mí entendía aquel mensaje, de pronto, el viento comenzó a soplar intensamente y las nubes volvieron a tomar la forma de Eolo.
- Veo que has superado la primera de tres pruebas ahora te presentaré la segunda prueba — gritó Eolo y del suelo brotaron unos paneles de piedra en forma de puertas colocadas como si fueran engranes, acto seguido Eolo soplo fuertemente en dirección de aquellas piedras y las puertas comenzaron a girar velozmente.
- Tu nueva prueba será atravesar estas puertas giratorias como si fueras una pluma, esto te ayudará atravesar cualquier adversidad que se te presente, mira Yuno el control del elemento aire tiene que ver con los movimientos en espiral. Para no encontrar resistencia, debes ser capaz de cambiar de dirección al instante, para ello utilizaras estos paneles de piedra, el objetivo de este ejercicio es tejer tu camino a través de las puertas sin tocarlas — exclamó Eolo con un tono más sereno.
- Y como voy a atravesarlo como una pluma — le grite confundido lo cual Eolo sólo soplo débilmente y bajó una pequeña pluma de algún ave y lentamente comenzó atravesar las puertas giratorias como si estuviera bailando, como si se dejará vagar con el viento hasta que atravesó las puertas completamente.
- Eso es lo que tengo que hacer, pan comido, acabaré en segundos, ve y aprende inmensa cabezota — le respondí a Eolo con arrogancia y corrí hacia los paneles para atravesarlos pero sólo choque contra ellos golpeándome duramente el rostro, sin pensarlo corrí nuevamente pero volví a estrellarme con las puertas giratorias cayendo al suelo de nalgas.
- Jajaja creo que esto tardará tiempo, estaré por aquí si me necesitas — respondió Eolo burlándose de mí, sin escuchar lo que él me decía, lo intenté mínimo otras 5 veces pero inútiles eran mis esfuerzos pues chocaba apenas entraba a los paneles giratorios.
- Demonios debe haber alguna forma de atravesarlos, espera la canción, eso es, la canción es una danza — me grite a mi mismo, junte las puntas de mis pies, respire profundo y posteriormente cerré los ojos y comencé a danzar como si estuviera bailando un vals al ritmo de las puertas, girando y cambiando de dirección rápidamente, cuando abrí los ojos me encontraba del otro lado de los paneles.
- Jajaja lo logré, lo vistes cabezón lo hice — grité mientras saltaba de alegría, de pronto, nuevamente apareció Eolo.
- Impresionante mortal, cada vez me sorprende tu determinación, listo para tu última prueba — me preguntó directamente y con una mirada fija hacia mí.
- Estoy listo maestro Eolo, enseñarme la última prueba — le respondí respetuosamente inclinándome un poco hacía el frente en una reverencia.
- Tu última prueba será aprender a volar, así que salta desde esta montaña — respondió Eolo
- ¿Que? Estás loco, yo no puedo volar — le respondí estupefacto por la última prueba de Eolo.
- Como las aves que surcan los vuelos lo harás tú también, como la pluma que se deja vagar por el viento, libera todas tus ataduras mortales, tu orgullo, tu envidia, déjalas a un lado y podrás volar, se libre como el viento Yuno. De pronto y sin pensarlo me armé de valor y salte de esa montaña pero cuando iba cayendo reaccione de lo que había echo.
- ¡Demonios me voy a matar!, no tranquilízate Yuno respira, se uno con el viento, vamos puedes hacerlo — me grité a mi mismo mientras iba en picada y justo antes de impactarme contra el suelo me alcé por los aires y comencé a volar por los cielos.
- Jajaja estoy volando, al infinito y... Ya no recuerdo que sigue Jajaja — grite de emoción pues era una sensación hermosa, increíble, simplemente inexplicable.
- Jajaja vuela, vuela alto Yuno Jajaja, se libre como el viento — gritaba Eolo de felicidad al verme surcar los aires, después de un rato de contemplar el paisaje que se veía desde el cielo aterricé en la cima de la montaña.
- Felicidades Guardián has aprendido el control del aire ahora ve a la siguiente isla al norte de aquí, ahí encontraras tu segundo elemento a aprender y buena suerte Yuno — me respondió Eolo con una enorme sonrisa en su rostro.
- Muchísimas gracias por sus enseñanzas dios Eolo — le respondí cordialmente y salí volando ahora con mi control del aire rumbo a mi nuevo entrenamiento.
Llegué a la siguiente isla en minutos y acto seguido aterricé y seguí mi camino adentrándome en la pequeña selva que poseía esa isla, pero vaya sorpresa que me lleve, pues entre más me adentraba a aquella selva el ecosistema de la isla estaba cambiando drásticamente hasta que se convirtió en un gran bosque muy oscuro y escabroso. Cuando salí de entre los árboles quedé boquiabierto pues me encontraba en un pantano realmente aterrador, los arboles al igual que sus ramas ya estabas secas incluso se veía troncos de árboles viejos y podridos por el tiempo, en el cielo se veía una espesa niebla que casi no dejaba ver nada y el lago del pantano era muy espeso de color verdoso, sin duda estaba realmente contaminado, a leguas se veía que aquí habitaban los silenciosos cocodrilos y quien sabe tal vez hasta el monstruo del pantano, era un lugar tan tétrico que me hacía sentir un gran pavor por caerme en esas fangosas aguas y no poder salir de ahí nunca sumándole a que no dejaban de cantar esas ranas que me asían sentir una gran inquietud. Fue entonces que levanté la mirada y pude percatar algo, que por lo menos para mi, era inverosímil por no decir bizarro, la mitad del lago de aquel pantano era tan claro como el mar, los arboles verdes y llenos de vida, por así decirlo, incluso se podían ver ardillas y una que otra ave merodear por ese sitio, era completamente lo opuesto al otro lado de donde me encontraba, de pronto, el agua del lago comenzó a moverse bruscamente y de en medio de él salió un gran chorro de agua moviéndose en espiral y estallando a 5 metros de alto, apareciendo un pequeño ser no más de 1.50 de alto con una gran cabeza parecida a un elefante con una gran nariz y 2 colmillos enroscados que le salían de su boca, en su cabeza llevaba una faja anudada con un jeroglífico y en el centro de su frente una gota de agua, era el dios Chaak, dios de la lluvia y la fertilidad de los antiguos habitantes de mi país, en vida era un dios amable y generoso además de un ser muy sabio, fue aquel que enseño a la humanidad la agricultura y la cosecha. Casi inmediatamente que apareció volteó a verme y me dijo con una voz pasiva.
- Dime ¿quién eres tú?
- Mi nombre es Yuno, soy el nuevo guardián del universo y e venido aquí para aprender el control del agua — le respondí muy seguro de mí mismo.
- No hay nada que te pueda enseñar humano, ustedes solo llevan caos y destrucción a donde quiera que vayan, ¡mirar! Cómo está mi pantano, ustedes y su tecnología han hecho que mi hermoso pantano este contaminado por sus desechos — me respondió Chaak un tanto molesto.
- Lo sé y lo sé muy bien, contaminamos y no respetamos a nuestro alrededor pero no todos somos así, por favor enséñame el poder del agua, lo necesito — le supliqué gentilmente pero éste volvió a negarse, acto seguido se cubrió de agua y se volvió a sumergir en el pantano.
- ¡No! Espera, maldición y ahora que voy hacer — me grite a mi mismo con una gran frustración pues no tenía todo el tiempo del mundo y debía apresurarme, pasaron los minutos y Chaak no aparecía por ningún lado. Ya impaciente entre al lago y para mi sorpresa este apenas y me llegaba hasta las rodillas, comencé a sacar unas cuantas ramas del lago contaminado hasta que me acerque a la parte que se veía el agua clara y limpia, cuando escuche una voz detrás de mí que me decía.
- ¿Ya te diste cuenta? — volteé rápidamente y era Chaak.
- No comprendo a que te refieres — le pregunté con incertidumbre.
- Mirar bien el agua, observarlo detalladamente — me respondió Chaak y sin cuestionarlo baje la mirada y observé pedazos de metales así como objetos y desechos humanos como lo eran latas de refresco, comida, etc.
- ¿Qué es esto? y como llego hasta aquí — le pregunte anonadado.
- Son del hombre, creen que todo lo que hacen es hermoso y para el bien común pero sólo lo hacen para su bienestar y no para los demás, contaminan el agua con sus desechos y destruyen todo a su pasó, para la belleza que ustedes creen es la correcta — respondió Chaak molesto pero esta vez no podía contestarle pues tenía toda la razón, sin decirle una palabra comencé a quitar los desechos hasta que los quite casi todos, de pronto, el agua se tornó del mismo color verdoso de la otra mitad y los arboles se secaron casi de inmediato.
- Bien echo humano creó que tal vez si puedas aprender algo, sal del lago te enseñaré lo que significa controlar el agua — respondió Chaak y rápidamente salí del lago pues mi entrenamiento estaba apunto de empezar.
- El Agua Control es sobre el aprovechamiento de la fuerza del agua, al igual que las mareas de un océano — me respondió Chaak casi al instante que salí del lago, de pronto, comenzó hacer movimientos circulares con sus brazos y un chorro de agua salió del lago y se colocó en medio de ambas manos de Chaak en forma de una esfera de agua.
- Genial enséñame a hacer eso — respondí entusiasmado.
- Tranquilo, primero debes entender. El agua es el elemento de cambio, y como tal, debes hacer hincapié en la versatilidad del agua durante el entrenamiento. La esencia de un verdadero control del agua eficazmente es tu capacidad de intercambiar en diferentes formas con relativa facilidad, me explicó un poco mejor — respondió Chaak y rápidamente empujó con sus manos la esfera de agua lanzándola como un proyectil impactándola con un árbol y partiéndolo en 2, inmediatamente levantó sus manos hasta la altura de su pecho, respiró profundamente y con fuerza las levantó al cielo y junto a él se levantó una gran ola desde el lago a más de 5 metros de alto.
- Lo vez, incluso la puedo modificar para que se pueda usar como un látigo, no hay límites — respondió Chaak.
- ¡Woooh! Es genial enséñame el control del agua — respondí entusiasmado.
- Aunque es un concepto algo sencillo y simple el empuje y jale es básico para el control del agua, es una forma de imitar la forma en la que la Luna mueve el Océano, de la misma manera en que las mareas empujan y tiran a las olas es como se lleva a cabo con mayor eficacia el control del agua, así que necesito que te concentres, estés calmado y sientas como fluye el agua, tranquila pero sin olvidar que cuando ésta esta desbocada es la fuerza mas poderosa que existe, comenzaremos empujando y jalando con nuestros brazos hasta crear ondas en el agua, observa bien — respondió Chaak y comenzó a estirar y encorvar sus brazos a la altura de su pecho respirando profundamente y soltando el aire por la boca, acto seguido el agua comenzó a moverse y se crearon pequeñas ondas en el lago, así que al igual que él comencé a tirar y jalar con mis brazos de la misma forma que Chaak lo hacia mientras con una voz pasiva me decía.
- Perfecto Yuno siente el agua fluir ahora levanta tus brazos y seguido déjalos caer para crear una gran ola, es casi similar solo que de arriba hacia abajo — respire profundo y comencé hacerlo cuando sentí poder lograrlo levante fuertemente mis brazos hacia el cielo y se creó una pequeña ola de apenas 1 metro de alto pero éste esfuerzo me dejaría sin energías.
- bien echo Yuno, brillante vas muy bien — respondió Chaak motivándome.
- No lo sé, a este paso me costará siglos aprender el control del agua — le respondí un tanto frustrado.
- Dime Yuno por que estás aquí – me preguntó Chaak curioso por mi respuesta.
- En la tierra existe un ser llamado Zaiko y por lo visto trata de asesinarme y quedarse con la esencia del creador y eso causaría la destrucción del planeta – le respondí preocupado por el poco tiempo que me quedaba por aprender a controlar los elementos.
- Jajaja tranquilo Yuno, “dichoso es aquel que creé que el cielo y el horizonte condenados están a tenerse que entender, juicioso el que creé que no existe partida en donde no haya que arriesgar para vencer, yo te mostraré que en todo está vida lo puedes tener si en ti puedes creer y te enseñaré a derrotar a tus enemigos que no son los demás, eres tú y hay que fracasar y a veces hasta fondo tocar para ver la luz y está vida apreciar pues la felicidad no consiste en todo tener sino en saber sacar lo bueno que nos da” ( El atrapasueños, Mago De Oz, 2003 ) — respondió Chaak riéndose al mismo tiempo.
- No estoy para bromas, necesito terminar mi entrenamiento — le respondí molesto.
- Eso crees Jajaja tanto dices que crees en ti, veamos si puedes con esto — gritó Chaak seriamente y volvió a crear la esfera de agua pero esta vez de un tamaño 3 veces más grande que la primera y con fuerza la lanzó contra mí.
- ¡No te tengo miedo, yo creo en mi! — grité con fuerza y extendí mis brazos con mis palmas por delante cerrando mis ojos, pasaron los segundos y no había sucedido nada, así que abrí mis ojos lentamente y lo vi, estaba controlando la esfera que Chaak me había lanzado.
- Jajaja felicidades maestro del agua has completado tu entrenamiento.
- Que rayos – grité confundido.
- Mira Yuno, lo que hace fuerte al agua es su constancia, su poderosa perseverancia y eso sólo lo consigue creyendo en sí misma, ahora sólo te quedan 2 elementos, debes partir rumbo al oeste, te encontrarás con unos grande volcanes un tanto inestables, pero descuida estarás bien — respondió Chaak sin preocupación alguna.
- Estás demente Jajaja, gracias maestro Chaak — le respondí con gran sarcasmo y una enorme alegría, y sin más partí al oeste rumbo a mi tercer elemento a aprender.
Llegue rápidamente a las islas volcánicas donde me encontraría con mi nuevo maestro. Aterricé en la isla más grande curiosamente también poseía el volcán más grande, descendí del cielo rápidamente, ahora que podía volar era más rápido llegar a cualquier lado. El lugar era inhóspito y no era para nada pues se veía a leguas que siempre se encontraba en erupción constante pues el cielo estaba cubierto por cenizas que el volcán al estallar lanzaba al aire por lo tanto el cielo estaba casi completamente negro, el suelo era rocoso de color rojizo y con muchos géiser en el suelo sacando vapor caliente constantemente, además del sofocante calor que se sentía en ese lugar.
- Hola hay alguien aquí soy…
- Se quién eres — me interrumpió una voz femenil.
- De acuerdo, entonces creo será más fácil entrenar contigo — le respondí con alegría.
- Eres el guardián que pretende dominar los 4 elementos, verdad. Vaya eres atractivo, muy atractivo — respondió aquella voz con un tono provocativo y desde la neblina de los géiser que se levantaba del suelo apareció una mujer delgada con rasgos asiáticos, quizás de orígenes japoneses, de piel caucásica, con una cabellera larga de color negro oscuro que le llegaba hasta la cintura, vestía un Kimono muy elegante quizás era un Kimono – Uchikake, poseía sólo 2 colores blanco con círculos naranja << sus círculos eran rojos, no naranjas, sólo trata de no confundir al lector ( Mery) << ¿enserio eran rojos? Estoy seguro que los vi naranjas, en fin >> ( Yuno ). Sin duda es de las pocas veces que realmente admito la belleza de una dama.
- ¿Quién eres? — le pregunté con cautela.
- Mi nombre es Amaterasu la diosa del Sol y el fuego — me respondió con una gran sonrisa y casi de inmediato me entró un pavor inmenso, era la diosa Amaterasu una de las deidades más poderosas de todos los tiempos, con una voz susurrante le dije entre tartamudeos.
- Mi nombre… mi nombre es Yuno.
- Dime Yuno, que deseas de mi — preguntó aquella diosa que lentamente se me acercaba hasta que comenzó a invadir mi espacio personal, cogió mi antebrazo izquierdo con su mano derecha y la colocó la palma de mi mano en su pecho, inmediatamente me quité dando 2 pasos hacia atrás.
- Emmm… creo que me malinterpreta señorita yo vengo a entrenar, estoy muy ocupado como para perder el tiempo — le respondí con el corazón agitado y mi rostro sonrojado.
- ¿Seguro? Tenía años sin ver a un hombre tan apuesto como tú — me respondió con una voz provocativa y nuevamente se me acercó hasta estar a centímetros de mi y me lanzó un pequeño soplido el cual lanzó un polvo rosa y quedé hipnotizado al instante, de pronto, la veía tan hermosa como el mismo Sol, su belleza era inigualable, lentamente acercó sus labios a los míos pero antes que pudiera darme el beso la imagen de Mery paso por mi mente, logrando así sacarme de ese trance y acto seguido la empuje delicadamente hacia atrás.
- ¡Basta! Jamás podría darte ese beso aunque me hipnotizaras mil veces pues mi corazón le pertenece sólo a una mujer — le respondí furioso.
- Jajaja vaya nunca había visto alguien que se resistiera a mi belleza, bien eres puro de corazón, te entrenaré para que puedas controlar el elemento del fuego — respondió Amaterasu con una gran alegría y asombro.
- ¿Enserio? y qué debo hacer — le pregunté un tanto desconfiado.
- Primero debes encender tu llama interior, para eso entrarás aquella cueva y tendrás que encender el fuego en tu interior pues sino lo haces morirás en aquel sitio — al escuchar aquello me entró algo de inseguridad pero debía hacerlo, no tenía tiempo para dudar, entre en aquella cueva que había señalado Amaterasu y de inmediato que entre se cubrió de una oscuridades absoluta y el clima se cambió radicalmente a un frío tremendo.
- Diablos está helando en este lugar y de paso no se ve absolutamente nada — grité con una voz temblorosa por el frío, lo primero que se me vino a la mente fue sentarme en el suelo a meditar pues así calentaría mi cuerpo un poco con la temperatura corporal, poco a poco fui recordando la historia de Amaterasu. Ella tenía un hermano llamado Susanoo con el cual tuvo una discusión pues este había asesinado en un brote de irá a unos asistentes de Amaterasu, movida por la furia y el dolor, se escondió dentro de una cueva de rocas celestiales ocultando el Sol durante un largo periodo de tiempo trayendo consigo una era de frío inmenso. Por esto, Susanoo fue fuertemente castigados por el creador mientras, persuadían a Amaterasu para que saliera de la cueva. Al final resolvieron su conflicto cuando Susanoo le entregó un regalo de reconciliación. Amaterasu sobrevivió a la cueva encendiendo de fuego su espíritu, ahora era mi turno de hacerlo, sin embargo, tratara lo que tratara no lograba crear fuego y el clima cada vez se hacía más frío, de pronto, se comenzó a escuchar una ave cantar.
- ¿Es un ave?, aquí dentro de la cueva, imposible — me dije a mi mismo, pero poco a poco la ave se escuchaba más y más cerca hasta que frente a mi se paró una ave de color rojizo que me miro fijamente de la nada se encendió completamente de fuego su cuerpo lo cual a primera impresión quedé aterrizado. Era el ave fénix lo que en frente de mis ojos se hallaba, sin hacer nada más se alejo de mi sin antes dejarme una pequeña flama en el suelo la cual se movía de una forma muy extraña, por lo menos seguro estaba de que no era el viento quien hacía mover aquella pequeña flama pues en aquel lugar sólo hacia frío más no viento. Entonces por que se movía como si danzara lentamente, fui siguiendo el ritmo y dentro de mi cabeza se fue escuchando una pequeña canción que hasta donde recuerde yo no la conocía pero por alguna razón mi mente sabía la letra.
“Surcando los cielos huyó del Edén abriendo sus alas de fuego, burló los caminos de la tentación y ahora su fuego es eterno,
La magia cruzo su camino al volar y resurgió de sus cenizas con una gran alma inmortal y aunque la noche lo pueda atrapar y reine la oscuridad, un nuevo día amanecerá y de nuevo su fuego arderá más allá de la tierra” ( Alas de fuego, Tierra Santa, 2003 )
- ¡Alas de fuego de tu cenizas resurgirás, arriba en el cielo vuela tu alma inmortal, y aunque la noche me atrapé mi fuego siempre arderá! — grité con todas mis fuerzas y desde mi corazón sentí como mi alma se encendía y de inmediato mi cuerpo se cubrió de un gran brillo. Cuándo salí de aquella cueva Amaterasu estaba boquiabierta pues mis brazos estaban cubiertos de un fuego brillante como el mismo Sol.
- Es impresionante, Jajaja sin duda eres el guardián del universo — gritó Amaterasu estupefacta por la hazaña que había logrado.
- Ahora maestra dígame el siguiente paso — le respondí con un tono serio mientras las llamas que cubrían mis brazos se iban apagando lentamente.
- Bien, ahora que poseemos el fuego en nuestro interior es hora de crearlo físicamente, para eso debes ir al templo de los dragones que se encuentra en la colina del sur de está isla, habla con los 2 espíritus de los dragones del fuego y ellos te enseñaran el resto — respondió Amaterasu señalándome con su dedo índice a donde me debería dirigir sin más partí rumbo al templo utilizando mi vuelo. Después de un par de minutos llegue a lo que parecía un templo pero éste estaba en ruinas como si hubiera sido atacado por soldados humanos por las rocas esféricas y el tipo de destrucción me daba a la idea que era en tiempos medievales la batalla que ocurrió en ese lugar. Sólo estaban unas escaleras de piedra y una planta alta sostenida por un pedestal muy grueso. Supongo que fue lo único que no pudieron destruir, subí por las escaleras a la planta alta y para mi sorpresa estaba una antorcha encendida con un fuego de color azul muy extraño, era como una arena de batalla y en cada lado estaba una inmensa estatua de un dragón, quedé fascinado con el lugar pero no podía perder el tiempo así que tome la antorcha con mi mano derecha y el suelo comenzó a sacudirse al instante y las estatuas comenzaron a agrietarse hasta que del interior salieron 2 dragones inmensos del tamaño de las estatuas, de grandes escamas, alas gigantescas, uno de color rojo y el otro de color azul rey y se les notaba unos dientes realmente grandes y filosos, de pronto, comenzaron a danzar en el aire escupiendo fuego por sus hocicos hasta que se percataron de mi presencia y ambos sin piedad me lanzaron una llamarada de fuego contra mí, cubriendo mi cuerpo por completo con sus llamas, sin embargo, aquel fuego no me quemaba ni me lastimaba de alguna forma.
- Humano que haces aquí en el mundo de los espíritus — preguntó el dragón de color rojo el cual me habló telepáticamente sacándome de onda en el momento.
- Pueden hablar conmigo telepáticamente — les pregunté con incertidumbre.
- Somos los protectores del mundo Astral, en vida fuimos quién les enseño a los humanos a usar el fuego para su supervivencia después de que una legión de ángeles les trajera una antorcha del cielo — respondió el dragón azul.
- Supongo que es la que tengo en mi mano — aclaré con algo de duda.
- Correcto, pero los humanos deseaban más poder y en su intento por robar nuevamente la antorcha destruyeron este templo y por su acto tan reprochable nos transportamos a este mundo trayendo con nosotros la antorcha, aunque con el tiempo los humanos lograron crear fuego de otras maneras pero ya sabes esa historia, la pregunta es que pretendes hacer tú con es antorcha — respondió el dragón rojo con curiosidad.
- De echo vine a que me enseñaran el arte del fuego, soy Yuno el guardián del universo y e venido a aprender, fui mandado por la diosa Amaterasu para que ustedes me enseñaran – les respondí firmemente.
- De acuerdo creeremos en tus palabras, tendrás que aprender la danza del fuego para poder usar físicamente el fuego como un arma de protección, sigue nuestros movimientos – respondieron ambos dragones al mismo tiempo y comenzaron a danzar nuevamente en el cielo. Me quede observándolos un momento y me di cuenta que era como una kata que hacía cuando practicaba Kárate, así que comencé a dar golpes y patadas al aire dependiendo como se movieran los dragones, si subían daba una patada alta, si avanzaban al frente daba un puñetazo a la altura de mi pecho entre otros movimientos con patadas medidas y bajas, puñetazos bajos y altos, etc.
- El fuego control se basa en la respiración de esta forma evitamos que se pierda el control sobre él ya que el fuegos da vida pero también la puede quitar — me decían ambos dragones mientras seguía danzando, de pronto, ambos dragones subieron hasta lo más alto girando entre ellos mientras yo levantaba mi puño hasta lo más alto que pude saliendo de mi puño una llamarada de fuego. Por fin había logrado controlar el fuego.
- Felicidades guardián lograste controlar el fuego ahora estás a un paso más de convertirte en un mejor guardián sólo recuerda que cuando veas una estrella fugaz guárdala en tu corazón pues es el alma de aquel que consiguió el amor. El hombre más sabio es aquel que sabe que su poder es tan grande como el pueda imaginar, el fuego no es destrucción, es vida.
- Gracias, nunca lo olvidaré, ahora debo marcharme me falta una cosa más por aprender — les respondí a ambos emocionadamente y partí rumbo a la siguiente isla, por el último elemento a aprender.
Llegué a la isla más grande que pude encontrar, el lugar era plano, cubierto de pasto nada fuera de lo común, frente a mi se encontraban 2 montañas cubiertas por arboles muy verdes y a lo lejos se veía correr un arroyo que bajaba de una de las montañas, fuera de eso no se veía a nadie más.
- Hola hay alguien aquí — grite esperanzado que alguien me respondiera pero nada, no se escuchaba absolutamente nada así que volví a gritar.
- Hola, soy Yuno e venido a aprender el poder de la tierra — de pronto la isla se comenzó a sacudirse bruscamente y las montañas se levantaron convirtiéndose en una gigantesca ser de más de 170 metros de alto sin duda era 100 veces más grande que yo, a pesar de su colosal tamaño era hermosa, su cuerpo estaba completamente cubierto por árboles y en su estómago corría un arroyo que bajaba hasta su pierna izquierda, era Gaia la madre tierra, la primera titán en ser creada por el creador mismo, en vida fue quien se encargó de crear la tierra por órdenes del creador, además ayudo a Rea la esposa de Cronos a salvar la vida de Zeus y que este se tragara una roca en vez de su hijo el cual más adelante derrotaría a su padre. Su belleza era incomparable pero su inmenso tamaño la hacía ver como un ser abominable.
- Que deseas humano, que no te basta con destruir a la tierra, no te basta con lastimarla cada día — respondió Gaia realmente furiosa.
- Vengo a que me enseñes el poder de la tierra — le respondí con entusiasmo.
- No se le puede enseñar aquel que tiene su vaso lleno con irá y arrogancia, a tu raza se les a dado tantas oportunidades y nunca entienden, mira como esta la tierra completamente contaminada por tu asquerosa raza y sus inventos, yo misma debería acabar con ustedes. — gritó Gaia enfurecida y rápidamente levantó su gigantesca pierna derecha e intentó aplastarme con ella como si fuera una hormiga, utilizando mi vuelo logré esquivarlo y con la intención de calmarla volé hasta la altura de su nariz.
- Yo no soy tu enemigo Gaia — le respondí tratando de calmarla pero fue inútil entre más le hablaba más se enfurecía.
- ¡No!, eres enemigo de la tierra igual que toda tu raza — gritó Gaia y con ambas manos intento aplastarme chocando sus palmas como si fuera un insecto cualquiera, pues para su inmenso tamaño así me percibía, sin compasión lanzó un puñetazo contra mí pero logré esquivarlo saltando arriba de su puño, acto seguido corrí rápidamente por todo su brazo y di un gran salto lanzándole una patada en su mejilla izquierda tan fuerte que provoque que cayera al suelo << Ya vez lo que dicen entre mas grandes más fuerte es la caída >> ( Yuno ).
Al instante que cayó al suelo se escucho un gran estruendo, me acerqué a Gaia lentamente mientras ésta intentaba ponerse de pie.
- ¡Ya basta Gaia! Yo no soy tu enemigo, entiendo como te sientes y sí es cierto los humanos hemos destruido gran parte de nuestro planeta pero también hay gente que cuida de ella y la respetamos debes creer en mis palabras Gaia, yo protegeré no solo a los humanos sino también a la tierra pero necesito que me enseñes tu poder, por favor Gaia — le grité firmemente y seguro de mi mismo.
- Tus palabras son tan grandes como tú determinación, está bien creeré en tu promesa, te enseñaré el poder de la tierra pero debes aprender 3 cosas sobre ella su firmeza, su fuerza, y su corazón — respondió Gaia un poco más tranquila.
- Estoy dispuesto a aprender Maestra — le respondí mientras le hacía una pequeña reverencia inclinándome hacia enfrente.
- Primero que nada la clave para el control de la Tierra es la postura, debes pararte firme y fuerte, la tierra es un elemento fuerte y si quieres aprender a controlarla debes pararte con la firmeza de una roca, tu primera prueba será mover aquella roca que se encuentra atrás de ti — respondió Gaia y rápidamente me volteé para ver dicha roca, era bastante grande quizás unos 3 metros de alto y 2 de ancho.
- Esa roca, de acuerdo, creó que no has notado lo fuerte que soy verdad — le respondí confiado y con un poco de arrogancia, coloqué mis palmas en la roca y empuje con fuerza pero ésta no se movió ni un centímetro, así que intenté empujarla con todas mis fuerzas pero ésta no se movía.
- Jajaja tonto mortal, aunque apliques toda tu fuerza está no se moverá si no te paras firme como una roca y empujas con fuerza, debe pararte firmemente como la roca y aplicar fuerza como la tierra — respondió Gaia entre carcajadas pues para ella era bastante cómico verme fracasar, así que respiré profundo y puse mis pies firmes en el suelo y empuje con todas mis fuerzas y la roca se deslizó unos cuantos centímetros, pero lo suficiente para pasar la prueba.
- Por fin lo logré – grité con emoción mientras Gaia mostraba levemente una sonrisa de satisfacción.
- Bien ahora la prueba final – respondió Gaia llenándome de intriga.
- Tendrás que levitar la roca mínimo 1 metro en el aire utilizando el poder de la tierra, para eso debes aprender a sentir la misma tierra, su textura, su esencia, para eso tendrás que obtener el sentido sísmico que te ayudará a percibir tu entorno utilizando la tierra como si fueran tus ojos.
- Y como demonios haré eso — pregunté exaltado.
- El sentido sísmico se obtiene con un Jing neutro, manteniendo la calma y escuchando las vibraciones de la tierra y cuando hayas sentido la esencia de la tierra podrás levantar la roca, yo te recomiendo que te quites los zapatos para que estés más cerca de la tierra — exclamó Gaia y siguiendo las instrucciones de ella, me quite los zapatos, cerré mis ojos y me quedé completamente en calma, poco a poco fui sintiendo en las plantas de mis pies como la tierra se movía. Abrí mis ojos y levanté con fuerza mis brazos al aire manteniendo mis pies firmes en el suelo y lentamente la roca se levantó por los aires unos 2 metros, el doble de mi meta.
- Perfecto Yuno has completado tu entrenamiento satisfactoriamente, ahora debes seguir tu siguiente paso – respondió Gaia con una voz amable como si ya supiera lo que a continuación pasaría, acto seguido mi cuerpo comenzó a flotar y a desvanecerse poco a poco, mi vista se tornó blanca y no podía ver nada mas que una brillante luz, no sabía lo que pasaba pero sin duda algo inesperado estaba apunto de pasar.
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Editado: 09.08.2023