Me sentía un poco extraño, como si mi cuerpo fuera tan liviano como una pluma, abrí mis ojos y de pronto me encontraba en una gran isla volcánica con una gran montaña en medio de la isla, se asemejaba mucho a la isla vulcano, en Italia, de repente se escuchó una gran voz proveniente de los vientos.
-Quien osa perturbar mi isla.
-Yo, el guardián del universo - grité al escuchar la extraña voz.
-El guardián Ja, ja, ja, interesante - exclamó aquella voz con un tono de curiosidad, de pronto, se comenzó a soltar un gran viento hacia mí, tan fuerte que por poco me manda a volar por los aires si no me coloco firme en el suelo, me cubrí los ojos con mi antebrazo derecho para evitar que me cayera el polvo en los ojos que el viento emanaba.
Con esfuerzo logré levantar mi cabeza hacia el cielo y frente a mí las nubes comenzaron a tomar la forma de un gigantesco rostro humano.
El rostro era redondo, de grandes mejillas y de pelo rizado corto, de pronto, dejo de emanar ese gran viento y aquel enigmático ser bajo la mirada a donde me encontraba.
-Con que tú eres el guardián del universo Ja, ja, ja eres pequeño a diferencia de tu reputación. Dime que deseas del gran dios Eolo - respondió el gran ser y al decirme su nombre supe claramente donde me encontraba y de quién se trataba.
Frente a mí estaba el gran señor Eolo, en vida era el dios de los Vientos y vivía en una pequeña isla que podía moverse libremente por el mar cerca de la costa de Eolia.
Allí residía con sus hijos, siendo el responsable del control de las tempestades.
Su poder fue dado por el mismísimo Creador.
-Oye este es el mundo Astral no es así - le pregunté de inmediato.
-Correcto guardián, este es el mundo de los espíritus, aquellos que desean vagar libremente como si aún estuviéramos vivos lo pueden hacer en este lugar, pero solo a pocos se les concede este privilegio. Ahora dime, que desea.
-Quiero aprender a controlar el Ki para derrotar a un ser llamado Zaiko que amenaza con destruirme y de paso a mi planeta - le implore con ansias.
-Los problemas de los mortales no es asunto mío, porque debería ayudarte, tú solo deseas salvar tu vida - respondió Eolo con indiferencia.
-Vamos inmensa cabezota, ayúdame, sé que no es problema tuyo, pero mío si lo es, si no me ayudas morirán mucha gente buena y no puedo permitir eso, tengo una persona en la tierra que amo más que cualquier otra cosa y si no me ayudas no importa buscaré la forma de aprender este elemento y salvar la vida de los demás - le grité con una gran determinación.
-Ja, ja, ja tu espíritu es admirable, aún siento que luchas por ti y no por los demás, pero está bien te ayudaré, solo por qué nunca había visto un ser como tú y quisiera saber hasta donde puedes llegar, ¿ves aquella montaña?
-Claro que la veo, es la única montaña en esta isla, inmensa cabezota - le respondí con un poco de humor.
-No te pases de listo conmigo mortal. Mira sube hasta la cima de la montaña, ahí encontrarás un molino de viento de juguete hecho de papel con los colores de un arcoíris, este te ayudará a escuchar el viento y recuerda la tranquilidad es la clave, tranquiliza tus impulsos y déjate llevar como el viento se lleva el polvo - gritó Eolo con gran fuerza pues cada vez que hablaba el viento soplaba con gran intensidad
-Escuchar al viento, ¿estás loco? - le grité confundido pues no entendía ni una sola palabra de lo que debía hacer, de pronto, comenzó a reírse como un lunático y las nubes se deformaron desapareciendo del lugar dejándome solo y sin tener ni la más mínima idea de lo que debía hacer.
Sin más remedio subí la gran montaña a pie curiosamente ya estaba trazada la ruta que debía seguir por un camino de tierra lo que haría mi subida más fácil, entre más subía el viento soplaba con más intensidad, sin darme cuenta pasaron los minutos y las horas hasta que llegue a la cima de la montaña.
<< ¿Oye espera? Y por qué no use mis poderes para subirla, hubiera llegado en segundos, como sea ya estoy aquí, pero me hubieras avisado, terminé caminando por horas >> (Yuno).
Al llegar me acerqué a la orilla para ver el hermoso paisaje desde la cima de esa montaña, sin duda este lugar era tan grande como la tierra, algo curioso es que estaba rodeado de varias islas de diferentes tamaños, el Mar se veía hermoso, azul como el cielo, sin señal de que el hombre lo hubiera tocado alguna vez, de pronto, algo brillante en el suelo atrajo mi atención.
Era el molino de viento de juguete que había mencionado Eolo así que lo tome y rápidamente comenzó a soltarse una tremenda corriente de aire que hizo girar aquel molino y comencé a escuchar unos murmullos ensordecedores los cuales hicieron que soltará el artefacto y en seco dejaron de oírse los estruendosos sonidos.
Quede estupefacto y sin saber que pasaba hasta que recordé las últimas palabras de Eolo, la tranquilidad es la clave.
-¡Eso es! Ya sé que tengo que hacer - me grité a mi mismo y sin perder el tiempo me senté en el suelo cruzando mis piernas como si fuera a meditar, cogí el molino con ambas manos y lo lleve al centro de mi frente y cerré los ojos, de pronto, comenzaron esos insoportables murmullos, pero esta vez no me sacarían de quicio, respire profundo y me fui tranquilizando poco a poco hasta que los murmullos se convirtieron en palabras.
-Hola, Yuno, no te asustes yo soy el viento, aquel que es más viejo que el humano, el que al pasar los años ha escuchado los más grandes secretos, aquel que siempre te acompaña, pero no te confundas puedo ser tan poderoso y destruir todo a mi paso o al contrario puedo ser una pequeña brisa que acaricie tu piel, pero tranquilo mi Yuno escucha lo que tengo que contar.
"Si siembras una ilusión y la riegas con tu amor y el agua de la constancia brotara una flor y su aroma y su calor te arropara cuando algo vaya mal, y que el viento te acompañe porque la vida es un jardín donde lo bueno y lo malo se confunde y es humano no siempre se debe elegir, si te embriagas de pasión y no enfrías tu corazón tartamudearan tus sentidos y quizás hablarás sin razón es sabio contar hasta diez, y que el viento te acompañe porque la vida es un jardín donde lo bueno y lo malo se confunde y es humano no siempre se debe elegir y si te sientes perdido y con tus ojos no has de ver hazlo con los de tu alma y encontraras la calma tu rosa de los vientos seré" (La rosa de los vientos, Mago De Oz, 2003).