Es momento para el entrenamiento

Después de haber pasado el día en la playa Yuno y los Silver Warriors viajaron al templo de Ekoin para iniciar su entrenamiento.

Ahí ya los estaban esperando Miguel y Gabriel para dar inicio, gracias a los métodos de los arcángeles los Silver Warriors no tardaron en controlar el Ki y aprender a controlar los elementos como Yuno, aunque en una escala menor a la de él.

Paso 1 año y se convirtieron en todos unos maestros.

-Mira Yuno ya puedo dominar el fuego a mi antojo — le gritaba Mery emocionada mientras hacía malabares con bolas de fuego.

-Me parece estupendo amor, pero no abuses del control del fuego te podrías lastimar — respondió Yuno un tanto angustiado, pues apenas sus amigos comenzaban a controlar a voluntad los elementos y ya comenzaban a usarlo

-Crees que eso es genial observa esto, ¡Zaikai... Zaikaiko! — gritó Lorem y de entre sus manos lanzó al cielo una enorme ráfaga de energía.

-Que carajos, como dominaste el Zaikaiko — gritó Yuno estupefacto.

-Que eso no es nada — respondió Amer.

-Es cierto de hecho todos aprendimos dicha técnica aunque nos costó bastante aprenderla — respondió Edi con una enorme sonrisa

-En serio tardamos 4 meses en aprenderla, mientras que tú lo hiciste en tu primer intento — respondió Rul fatigado por el entrenamiento.

-Eso es normal, ya que Yuno posee la esencia del creador y por lo tanto es más fácil para el aprender dichas técnicas, pero eso no significa que ustedes no puedan lograrlas con esfuerzo y dedicación — respondió Miguel animando al equipo de Yuno.

-De hecho el único que no lo logró fue Juayo, parece que le cuesta mucho controlar el Ki.

-De hecho el vino a mí hace 5 meses y efectivamente su control de ki no es muy bueno, pero le enseñé una técnica especial, aunque no la ha dominado del todo, pero con el tiempo será muy fuerte como ustedes — respondió Gabriel segura y confiada.

-Siento que creen que no estoy aquí — respondió Juayo.

-Lo lamentamos Juayo, pero no sueles hablar mucho, creí que no te encontrabas con nosotros — respondió Rul apenado.

-Ahora que todos hemos controlado el Ki y habernos sometido a un entrenamiento de artes marciales que sigue, porque si quieren que me corté el pelo como el monje Takasuna están dementes — exclamó Andre con incertidumbre cambiando drásticamente la conversación.

-Tranquila, no es necesario el corte de pelo — respondió Miguel tranquilizando los nervios de Andre.

-Vaya que dramática eres — exclamó Amer con indiferencia.

-Vamos, no vayamos a empezar con la pelea de siempre, mejor vayamos a visitar a nuestro país natal incluyendo nuestras familias — respondió Edi calmando los ánimos mientras Miguel y Gabriel se alejaban del lugar pues Takasuna los había llamado para investigar sobre el traidor del cielo.

-Tienes razón me muero por contarle a todos sobre nuestros poderes — respondieron Liz y Nan extasiadas por la idea de contarles a todo el mundo sobre sus aventuras, pero rápidamente Yuno interrumpió.

-No pueden hacer eso, nuestros nuevos poderes al igual que la organización OSADA es clasificada y debemos mantenerla en secreto, además necesito decirles algo más, tal vez no se hayan dado cuenta, pero tienen más poder de lo que creen, el Ki se puede materializar de mucha formas para realizar un ataque, pero si este no se controla como es debido pueden ocasionar grandes daños y no solo al oponente sino al ecosistema donde se encuentran luchado, incluso con el suficiente poder son capaces de destruir la tierra.

-Te prometo que yo como líder estaré al pendiente que todos nosotros controlemos el Ki como debe ser, ya sabes nuestro lema, cuando las cosas se pongan feas hay que echarle huevos — respondió Edi con una gran sonrisa, de repente, apareció Gabriel alebrestado.

-Silver Warriors, apareció un mensaje del equipo Trinity los solicitan de inmediato, les daré las coordenadas exactas para que vayan de inmediato.

-Por supuesto, ya oyeron muchachos tenemos nuestra primera misión — gritó Edi emocionando a todos y sin perder tiempo partieron rápidamente a donde se encontraba Trinity pues a palabras de Gabriel los necesitaban urgentemente.