Yurio Wa Maid Desu Ka?

Capítulo 5: Rumores Irracionales.

 

 

El sol de todas las mañanas tímidamente comenzaba a salir. Los vientos pre-otoñales que se tornaban cada día más fríos iban subiendo temperatura de a poco con la llegada del astro rey. Una figura sudorosa iba al mayor trote que podía a la par que se vestía. Sus finas hileras doradas se sacudían de un lado a otro, batiéndose en lo que parecía un rápido compás que le despeinaría.

Jadeante, corría y corría sin importarle nada, ni las personas con las que chocaba, ni el insultarles en su idioma natal, ni siquiera el caerse varias veces. Todo por un pequeño descuido.

No colocó la alarma.

Todo por lo que pasó con el azabache y el estúpido comentario que no supo de dónde le salió. Maldijo con todo mientras aceleraba más el paso con rumbo al recinto.

...

 

-Yura, bienvenid... –Calló su saludo al ver la expresión de cansancio y fastidio del chico— ¿Qué te pasó? –Cuestionó al verle así; jadeante y ligeramente despeinado—

-No... estoy para... contarlo ahora. –Dijo entre grandes bocanadas de aire y hálitos desesperados—

-Oh, ya veo. Tuvo que ser malo como para que no llegues con la antelación de siempre. Pasa a los vestidores, las demás chicas ya se están cambiando.

A Yuri se le cortó el poco aire. Esta era la primera vez que no llegaba con la prontitud suficiente como para tener los vestidores para él solo.

Ahora tendría que... compartir el espacio con ellas... No, no, no debe ser así.

-¿M-mejor no puedo espera a que...? –Intentó articular entre balbuceos, siendo interrumpido—

-No Yura. Ya vienen los comensales. Ve ahora –Respondió con la autoritaria voz que pocas veces se permitía usar—

-Tsk. –Chasqueó su lengua antes de irse a cambiar—

Con paso dubitativo se dirigió hasta llegar. Apenas cruzar el umbral ya estaba pálido. Sus compañeras, caderas voluptuosas, ropas que sólo pocos podían ver, definidas curvas que parecían obra divinamente detallada, todo eso y más es lo que pudo apreciar del lugar que antes era solitariamente agradable para él.

-Yura-san. –Se escuchó la voz de la morena aproximarse, sacándolo de su pequeño trance— Que raro verte a estas horas en los vestidores. –Agregó irónica—

-S-sí. –Dijo intentando no verse tan nervioso al tener a Sara con sólo su ropa interior, sin pudor alguno—

Otra de las Maids se acercó con su vestido ya puesto. –Hola Yura-san. ¿Será que podrías ayudarme con esto? –Se dio media vuelta, dejando ver su delantal semi-atado—

Yuri se quedó estático. Pasó saliva y con las manos temblorosas le ayudó a terminar de atar el nudo en un lindo lazo que había aprendido con el paso del tiempo.

-Gracias Yura, eres un amor. –La susodicha se alejó guiñándole un ojo antes de irse—

-Yura-san. –Llamó la piel de canela ya vestida—

-¿Hmmm?

-¿No piensas vestirte? –Preguntó, y al ver la reacción del rubio enarcó una ceja divertida— Oooh~ ya veo. Te da vergüenza mostrarnos tu pecho plano. –Habló con picardía al momento que hacía un extraño movimiento de apretar algo carnoso con las manos—

-¿Eh? Pues...

-Anda Yura-san, admítelo. No quieres que veamos tu planicie. –Bueno, el rubio no quería que vieran otra cosa que le era algo difícil de ocultar...— Vamos, vamos, deja la pena, eso es para chicas tímidas. Cámbiate a-quí-mis-mo. –Silabeó lo último señalando al suelo—

-Y-yo... yo... –Pronunció con nerviosismo— Yo... ¡Voy a cambiarme en el baño! –Dijo antes de salir disparado a este, no sin antes tomar su uniforme para irse por dónde salió—

-¡Yura-san! –Trató de llamar, pero el chico ya se había marchado. Posó sus manos en sus caderas— Pero qué pudorosa. Raaara~. –Agudizó su voz para la última palabra, Haciendo círculos con el dedo índice—

.

.

.

 

Ya vestido, y algo traumado, Yuri pudo comenzar su labor. Con su rutinario saludo de "Bienvenido, amo" hasta su "En un momento le traigo su orden". Todo normal hasta que llegó su azabache tortura diaria.

-¡Buenos días Yuri! –Saludó animado amablemente, llamándolo contrariamente cómo le había pedido—

-Eran buenos hasta que llegaste tú. –Contestó con su tono serio nada inusual en él—

-Pero que dura. Y yo que venía con todos los ánimos.

-¿Qué absurda cosa te tiene tan anormalmente feliz como retrasado? –Preguntó por "cortesía" con desagrado por su actitud—

-Oh nada, sólo el hermoso momento que pude pasar con cierta oxigenada ayer. –Yuri pudo sentir sus mejillas con un leve calor—

-Sí... Como sea. ¿Lo de siempre? –Dijo sin mirarle a la cara—



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En el texto hay: comedia, yurionice, yuyuu

Editado: 12.05.2018

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