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Escapando de la muerte I

Z Day. 19:08

—¡Estella, guarda las cosas que tenemos que salir rajando de acá! — Rugió una un hombre desde el fondo de una casa.

—¡César! ¡¿Que pasa?! — Respondió una voz femenina.

—Solo hace falta ver las noticias, mira... Todo se está yendo a la mierda, tenemos que irnos de acá al edificio de John. Llama a Zoe, decile que se prepare cuanto antes.

—Okey.

—Ah y.. Estella, en quince nos vamos.

—Me parece bien. — Asintió con la cabeza.

—¡Zoe! Guarda lo que tengas que guardar y baja al garaje, allí te cuento. — Gritó la mujer.

—¿¡Por qué!? — Respondió con un gritó la joven.

—Zoe, ¡NO INSISTAS! — Exigió la madre.

—¡Estella! Guarda la comida y todo eso. — Ordenó el hombre.

Ambas mujeres se dirigieron al garaje con todo lo que se iban a llevar. Provisiones y otros elementos.

—César tené cuidado — Alertó la señora al ver lo apresurado que estaba su marido.

—Ma, ¿Que está pasando? — Preguntó Zoe.

—No lo sé. Gente comiéndose, levantándose y atacandose, tenemos que huir a lo de John.

El auto avanzó. Calienta, ruge, sale. Primer marcha, segunda marcha. Tercera marcha.

—¡Papá! ¡Atropellaste personas! — Exclamó Zoe un tono de asombro y preocupación.

Su madre se bajó del auto para revisar a aquellas personas que su marido, por la adrenalina, había atropellado. Un grito femenino se escuchó y el auto pusó marcha con un conductor asustado, transpirado y que evitaba a toda costa mirar el retrovisor.

—¡Papá! ¡Dejamos a mamá! ¡¿Que mierda haces?! — Preguntó exaltada mientras miraba por la luneta del auto.

—Si todo es como pienso, Zoe, mamá esta muerta. No hay nada que podamos hacer más que llegar al refugio que una vez armamos con el tío John por casos como este.

—Pa. No saques conclusiones por películas y no sé qué mierda. ¡Sé hombre y ayuda a mi madre! — Ordenó Zoe.

Su padre detuvo el auto y se bajó, él no podía con eso. Mientras Cesar imploraba perdón a dios, un zombie lo tomó por sorpresa desde un costado de la calle. Con la ropa rasgada luego de haber recibido un mordisco del no-muerto, se aferró a la puerta del conductor del auto. Con su último aliento le dijo a su hija cuanto la amaba y pasó a despedirse de ella.

Acto seguido, la muchacha corrió hacia el semi-centro en una calle donde su padre y ese tal John habían hecho un callejón con rejas preparado para una situación similar.

Escapando como pudo, logró encontrar aquel callejón seguro que su padre y su ''tío'' habían construido por hobby y precaución alguna vez. La chica se preguntó cómo es que esas mallas metálicas se habían mantenido ahí y nadie las había sacado, pero no era momento de pensar. Se acercó a la reja y vió que dos hombres habían ocupado el lugar.

—¡Hey, señores! — Pidió socorro — ¿Alguno de ustedes conoce a John? — Preguntó.

—Niña, claro que lo conocemos. Queremos ayudar a quien pase. Métete aquí, hay comida y una suerte de bates. — Dijo un hombre con barba y bigote, con gestos antipáticos y poco realizados que vestía con un pantalón vaquero y una remera blanca manchada con sudor.

Aunque esos hombres no parecían ser de confianza, la muchacha entró al callejón para encontrar amparo en algún lugar. Las cosas no iban bien y no tenía medios para sobrevivir ante lo que sea que había por ahí, no portaba armas ni vehículos, y aunque tuviese alguno de estos elementos, no tenía idea de como usarlos.

Z Day 5: 22:27

Luego de unas horas de silencio, en el cual Zoe intentó asimilar lo que había pasado, uno de los hombres habló.

—Al diablo con esos zombies. ¡Lo bueno es que tenemos a esta chiquilla para divertirnos! — Exclamó excitado el más robusto. Este vestía muy similar al otro tipo pero con la diferencia que no tenía barba y que tenía un buzo negro, además de ser más alto.

—¡¿Qu-Que?! ¿A que te referis con ''divertirnos''? ¿Y eso de ayudar a quien pase? — Dijo con un tono tembloroso la chica.

—¡JAJA! ¿En Serio te creíste eso? Debes de tener como quince años y en este mundo, una mujer es invaluable. Obviamente que nadie dejaría pasar una oportunidad así en el apocalipsis. Básicamente, eres nuestro juguete de placer y si se necesita, la carnada para esos muertos.

—Hermano, esperemos unos días más a que algunos de esos zombies se vayan, si no atraeremos más. — Dijo el más bajo de los dos, el que habló ni bien Zoe imploró por ayuda horas antes.




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