Z

Problemas

—No está... — Susurré.

Si ella no estaba, debía ir a revisar la habitación de John, él iba a saber qué hacer. Cuando entré en su habitación lo único que encontré fue una magnum con cargador lleno. La agarre y baje las escaleras con cautela. No sabía si era Dark o era algún zombie especial, pero presentía que era una persona quien estaba detrás de la desaparición de mis compañeros.

Para mi sorpresa, tenía razón. Escondido pude ver que un grupo de personas que tenían a Altamirano golpeado y maniatado en el suelo, y a mis compañeros tirados en el suelo. Todos atados y algunos, incluso, sedados. Tenía dos opciones, irme de allí por las sombras o ayudar a los que yo llamo amigos en este apocalipsis. Elegí obviamente ayudarlos pero... ¿Como lo haría? — Apuntar y atacar sería una muerte instantánea — Pensé pero para cuando me di cuenta, todo se veía oscuro hasta llegar a tal punto en el que no podía ver más.

Al rato, abrí los ojos y me vi como un rehén más.

—¡¿Quienes son?! — Pregunté dirigiéndome hacia delante con furia.

—Sant, Sant, Sant. — Dijo una silueta con voz conocida.

—Idit, ¿Ahora qué hacemos con estos? — Preguntó el hombre que estaba detrás de mí.

—¿Idit? — Exclamó John.

—Hermano, no hagas nada con ellos. Primero vamos a contarles qué fue lo que pasó. ¿Okey?

—Sí, hermana — Dijo el hombre aclarándose la voz.

—Miren, Sant acá es el que más va a entender. John, tu manera de pensar me asquea, tanto altruismo da asco. bah, — Dijo fríamente — Zoe, quieres quitarme mi propiedad, no te lo permito chiquilla estúpida — Dijo mirándome — Marta, nunca hablamos así que me das lo mismo... — Dijo achicándose de brazos — Y por ultimo, ¡La cereza del pastel! Altamirano, siempre me tuviste no como una novia, sino, como una esclava sexual, una mascota. Si algo pensamos todos acá, es que sos un enfermo. Nunca hiciste nada por el grupo y solo sabías maltratarnos y mandarnos. No voy a olvidar esa noche en la que abusaste de mí, te aprendí a querer a mi manera, pero ya no te soporto — Dijo metiendole un rodillazo en la cara.

—¡Basta! — Grité — Por más que haya hecho lo que hizo, ¡No merece tal tortura sin antes recurrir a la diplomacia y la democracia!

—Sant, ¿Que te dije? Callate la boca — Dijo pegándome en el abdomen.

—Idit, ¿Por qué tuviste que hacer esto? — Dijo John intentando pararse.

—Bueno, ignorando tu comentario maldito, inglés, ¡Voy a pasar al acto principal! — Exclamó Idit.

Mientras ella hablaba con su hermano en secreto, me dio tiempo para analizar la escena. Todos los del bloque Z estábamos atados, los atacantes eran siete personas sin incluir a Idit. Altamirano estaba en el medio y parecía muy lesionado, no puedo acordarme si aunque sea podía abrir los ojos.

—Llego tu final, mi opresor... — Dijo Idit con una mirada fría y oscura.

Con un pequeño pero duro disparo en el pecho ese hombre que nos controlaba, moría.




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