Z

Bajo el ardor del sol

Habría pasado una semana desde aquellos sucesos en los que hirieron a Ian y a John. Calculamos que era el Z-Day setenta y siete. John había mejorado con reposo y ya podía caminar, con ayuda y con bastantes vendas, pero para Ian las cosas no iban tan bien. Él por su parte todavía estaba en cama y no tenía pinta de mejorar, Olivia trato lo mejor que pudo su herida pero esta parecía infectada según ella. En aquel momento varios comenzamos a pensar que en un entorno tan salvaje como serían los campos, él se podría contagiar del virus que revivia personas y las convertía en nuestros enemigos. Si bien recuerdo haber pensado en la posibilidad que Ian llegase a tener el virus por aquella herida, nunca se me pasó por la cabeza matarlo por eso, como máximo, se me habrá pasado la idea de amputarle la pierna.

—Hey bro, ¿Como estás? — Pregunté sentándome en la silla que estaba al lado de su improvisada camilla.

—Bien, sigo vivo... — Suspiró — La doctora Olivia, aunque parece distraída, es buena en lo que hace, cree que por los pocos recursos médicos que tenemos lo mejor será amputarme la pierna.

—¿Quieres eso? Si sabes esta casa casi no tiene nada, creo que no podríamos hacerte una pierna de palo.

—Como los piratas, a que sí. — Rió de manera falsa.

—Como ellos... — Intenté reír con él.

—Es una mierda esta situación.

—Vamos, alégrate de que sigues vivo. — Dije.

—Eh que encima tienes a esa chica como tu doctora privada, estás de suerte. Motherfucker. — Se unió John, quien estaba agarrado a la pared.

—Cierto que ahora ya no te cuida más Olivia, en vez de eso te cuída tu ''pretty baby''. — Dijo Ian.

—Solo te ríes porque lo digo en inglés, idiota. Además prefiero que me cuide Marta antes que Olivia, es mucho más placentero.

—Bueno, callense ambos. Dejemos a Ian seguir reposando en su aburrimiento y mientras tanto, John, iremos a hablar de un par de cosas afuera. — Parandome.

—Como digas... Adiós, Ian. — Se despidió John.

Mientras pasabamos por el pasillo nos encontramos con Gabe y Zoe, quienes estaban discutiendo. Los separamos y Zoe se nos unió.

—Esta casa es lo mejor que tenemos por ahora, Ian está perdiendo sus esperanzas y todos están comenzando a enloquecer en cuanto a él, no es nada bueno. — Dije mirando el sol.

—Estoy conciente de eso, lo bueno es que no hay zombies aquí. Altamirano no intentara buscarnos hasta dentro de un tiempo y los zombies que transitan la ruta a la deriva son muy pocos. Nos hemos topado únicamente con un ''Escurridizo'' y un ''Cruje Muelas''. — Dijo John.

—El Escurridizo no tenía manera de atacarnos pero sí que era rápido y muy dificil de matar, era una molestia. Por su parte el Cruje Mulas era muy letal, suerte que lo matamos a los segundos que nos percatamos de su presencia. Sus oídos son una maravilla. — Agregó Zoe.

—¿Cómo es que sobrevivimos tanto y tantas personas perdieron la vida en cosa de horas después del primer brote y de la primera evolución? — Pregunté.

—Estamos mejor preparados y en muy poco tiempo hemos desarrollado un instinto más animal, supongo. — Respondió John.

—¿No creen que los zombies y los especiales algunas veces no presentan tanto una amenaza? — Pregunté.

—¿Cómo que no? Desde que te conocí, Sant, hemos pasado varias tragedias debido a ellos, y hemos estado en peligro de muerte. — Respondió Zoe.

—En esta semana tan tranquila he estado pensando sobre los demás, sobre todo el mundo. Seguramente y mis padres, mejor dicho, todos mis seres queridos, han muerto. Para serles sincero, probablemente los de ustedes también... — Dije.

—Sí, lo sé, Sant. Te he estado viendo, estuviste bastante deprimido. Más allá de la situación en general, ¿Estás bien? — Preguntó Zoe.

—Es lo de Ian, no creemos que viva mucho. — Respondió John.

—Lo entiendo... Pero bueno, intentemos estar felices en este desastre para no tener problemas emocionales también, ya demasiado tenemos con las peleas internas, con las peleas del grupo y con los peligrosos zombies. — Dijo Zoe.

—Para tener tu edad, eres muy madura, Zoe. Por lo menos de vez en cuando. — Dijo John cruzándose de brazos.

—Supongo que el ambiente en el que estamos me hace ser así, casualmente suelo ser más estúpida y Sant me lo dice bastante, también Frank y Gabe. Es más, recuerdo que en esta semana hasta tú, John, me lo has dicho.

—Meh. Ahora tú, ¿Estás bien? — Pregunté.

—Sí, estoy bien, Sant.

—Eso es reconfortante aunque no parezca, debemos cuidarnos entre todos, incluso a Gabe y Frank. — Acotó John.

—Luego iré a hablar con Mariano, por aquellas palabras de la otra vez... — Parandome.

Mientras me dirigía a mi habitación me encontré con Daniel y con Shawn, quienes estaban planeando una sesión de entrenamiento para la defensa de nuestras vidas, con y sin armas.




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