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Escapando de la muerte III

Cuando llegamos, luego de gritos entre unos y otros, descontrol y temor; acordamos que Luis, Zoe, Adam y Francisco irían a buscar materiales médicos a la ciudad más cercana, luego robarian algún auto con combustible y volverían. Simplemente las cosas no salieron tal como el plan quiso...

 

Sant se detuvo y respiró mientras pensaba cómo pudieron haber sido de dolorosos esos días para aquel grupo de cuatro personas.

 

Primer Día / Z-Day 82

—No entiendo porque tuvimos que traer a la niña con nosotros. No sé porqué le hacemos caso a Az.

—Sant es un buen líder y sabe decidir grupos bastante bien... — Calmó Adam relajado.

—¡Eh! Niña. — Exclamó Luis — ¿Sabes usar un arma? — Le preguntó.

—Más de lo que parece.

—Francisco, dale la M9 a la niña.

—Me llamo Zoe. — Dijo poniendo una sonrisa que se extendía por su cara de extremo a extremo.

—Bueno, sigamos caminando. — Detuvo Adam.

Los tres hombres no parecían tener buena química con la joven pero tampoco se les veía tan disgustados con la idea de tener una nueva compañera. En todo el tiempo que permanecieron sin juntarse con otras personas en el apocalipsis, era la primera persona con la que podían estar tranquilos, pues no era un grupo tan grande como el que manejaba Sant Az.

—Detengámonos acá. — Dijo Luis.

—No es una mala idea. Ya me dolían los pies de tanta caminata. — Dijo Francisco.

—Está bien, voy a ir a revisar la zona. Francisco acompáñame. — Ordenó el moreno.

—Bien, niña... Quedamos nosotros dos y debemos intentar entrar a este kiosko.

—¿Estás seguro? El kiosko es muy chico.

—A ver... Es obvio que el kiosco es chico, pero alla atras hay una casa.

—Cierto. — Dijo Zoe mientras ayudaba a Luis a forcejear la puerta al kiosco.

Los dos hicieron todo el esfuerzo que pudieron hasta que se rindieron y por un descuidado y aleatorio movimiento de mano de parte de Zoe, la puerta se abrió.

—Genial, ni... Zoe.

—Gracias. — Zoe logró reconocer que el viejo ya la respetaba un poco, por más que haya abierto la puerta por error.

Los otros dos hombres volvieron sanos y salvos. Dedujeron que esa puerta había sido abierta por Luis y Zoe pero aún así entraron preparados para disparar.

—No somos zombies y no te pienso disparar todavía, Francisco. — Bromeó Luis.

—No es un mal lugar para quedarse, y veo que ya armaron un poco las ''camas''. — Dijo Adam mientras se acostaba en su improvisada cama.

Segundo Día / Z-Day 83

Luis escuchó un extraño ruido y se levantó con el arma en mano preparado para atacar a quien sea que haya entrado en su refugio temporal. Pero para su sorpresa el causante de esos ruidos no era más que Zoe. Ella estaba preparando algo con los pocos recursos de aquel lugar que alguna vez fue un hogar, quizás de una familia, o quizás de una solitaria persona.

—Deberían despertar todos. Vamos a comer. — Dijo concentrada.

—¿Se te da bien la cocina? — Preguntó Luis mirando el proceso de preparación.

—Algo sé. Igual estoy haciendo huevos fritos nada más. La persona que haya estado acá los supo conservar bien.

—Entonces nos tenemos que dar el gusto de que algún pobre diablo se haya olvidado de llevarse este deleite apocalíptico. — Dijo un somnoliento Francisco que se había levantado al recibir el aroma de la comida.

—Adam va seguir durmiendo un rato... Puede haber ruidos u olor pero le da igual, él duerme.

—Supongo que pasaron su tiempo juntos antes de encontrarse con nosotros, ¿No? — Preguntó Zoe curiosa del pasado del trío.

—Sí. Nos conocimos en el apocalipsis pero pasamos el primer mes juntos. Ya ni sé qué día es.

—Bah Luis. Si no me equivoco hoy sería el trece de Junio. — Exclamó Francisco con su actitud mezquina.

—¿Cómo se organizaron cuando se encontraron? — Dijo la joven mientras ponía los huevos fritos en platos.

—Luis sabía de armas, yo un poco y Adam... No, no sabía nada.

—Yo tenía experiencia en armas y en estrategias. Entonces el que quedó como líder estratégico fui yo. Adam es muy inteligente así que sería como el líder, pero no habla mucho con los demás. Y bueno...

—Yo soy el pistolero, el que mata a los zombies.

—Ah. En mi grupo, Altamirano era el jefe. John era una especie de héroe al que no lo paraba nada ni nadie pero respetaba a todos por igual, es muy amable. Marta es un tanto odiosa pero es así porque es su manera de adaptarse al apocalipsis, murieron un par que no conocí. Aunque no conocí mucho a Idit, por lo poco que pude ver era una desquiciada.

—¿El bastardo de Az no era el líder? — Preguntó Francisco.

—Jaja. No, Sant es neutro. Realmente no destaca, pero es un tanto amable. No lo conozco mucho a pesar de que mantenemos bastante contacto.

—¿De qué tipo? — Bromeó Luis.

Zoe se sonrojó y puso los platos con los respectivos desayunos. Estaban acompañados con vasos con agua. En las siguientes dos horas, Francisco inspeccionó nuevamente la zona, Luis lo ayudó desde la puerta del lugar y Zoe administró los recursos y la munición. Para cuando Adam se despertó, ya estaba anocheciendo y lastimosamente los zombies no dormían, sería un suicidio andar por el pueblo a oscuras. Decidieron quedarse otro día más allí y a la mañana del siguiente día ir a buscar las medicinas para luego irse en un auto, Adam montaría guardia todo el día.

 

Tercer Día

A la mañana del siguiente día, todos estaban preparados y alistados para ir al pueblo y cumplir la encomienda dada por Sant Az.

—Debemos encontrar esas medicinas e irnos de aquí cuanto antes. — Dijo de manera seria el ex-militar.

—Me parece correcto. — Reafirmó Zoe.

El grupo decidió levantarse y dirigirse hacia la avenida central para buscar allí rastros de lo que alguna vez haya sido una farmacia.




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