Zafiro después de todo decidió ir a Kadar, a conocer ese país y todo aquello que le había dicho aquel hombre. Y esa decisión podía ser muy, pero que muy peligrosa. Esperaba poder entender todo cuando llegara a nuevas tierras. Para ella sería como una aventura en su vida porque nunca había salido del pueblo de donde vivía. Quizá, con un poco de suerte, encontraría a personas maravillosas allá.
— No me imaginaba que viajaríamos en un avión privado. —él le responde con una sonrisa.
— Trabajo para los ancianos del consejo, algunos son poderosos y tienen aviones privados con asientos mullidos, música de fondo y... champán en un cubo de hielo.
— ¿Champán?. —Zafar Nejem se echo a reír a carcajadas.
— Como que es su primera vez en un avión y que una persona extraña le ofrezca champán.
— La verdad que es extraño.
— ¿Le da miedo volar?. —le preguntó Nejem, cuando Zafiro se abrochaba el cinturón de seguridad.
— No. ¿Por qué?.
— Porque parece nerviosa.
— Ah, genial. ¿Tenía que ser tan perceptivo?, Claro que tengo miedo es la primera vez que me monto en un avión como este, para viajar a lo desconocido.
— Seguramente se te pasara al llegar a Kadar. No quieres algo para tomar.
— Contar que no sé champán con caviar. —Nejem se vuelve a reír de ella.
— Entonces querrás un capuchino. Laila los hace perfectos.
— ¿Laila? —Nejem señaló a una mujer que esperaba cerca de la cabina.
— Llevamos una cocinera a bordo señorita Zafiro. —Zafiro sonrió, aliviada. Había alguien más a bordo, además del piloto.
— ¿Por qué no le dice que se siente con nosotros? —él pareció sorprendido.
— ¿Con nosotros?
— Claro. Hay mucho espacio. —Nejem sacudió la cabeza.
— No creo que Laila se sintiera cómoda.
— ¿Por qué no se va a sentir así?
— para empezar, está de servicio. No es parte de su trabajo sentarse con los pasajeros. Además, sabe que usted es la reina meno que menos hará eso.
— Y si como usted dice soy la reina, y quiero se siente con nosotros.
— Vamos señorita, estas personas que trabajan para ella reino de Kadar son muy diferente a donde vivió aquí tenemos culturas diferentes. Y no es lo mismo. —él la estudió durante unos segundos.
— ¿Estás molesta, Zafiro?. —preguntó, Nejem.
— Prefiero quedarme en silencio.
— Perdóneme si la incomode, Zafiro.
El avión empezaba a recorrer la pista y Zafiro sintió que su corazón se aceleraba. Ella no tenía miedo a volar o sí, pero tampoco se sentía cómoda del todo. El avión empezó la maniobra de despegue y Zafiro miró por la ventanilla para ver cómo la tierra desaparecía bajo sus pies. Pronto estuvieron entre las nubes, atravesando el cielo a toda velocidad. Nunca había salido del país, aunque se había sacado el pasaporte unos años antes «por si acaso».
— Nejem le puedo hacer una pregunta.
— Claro señorita dígame la pregunta.
— Porque después de tantos años, ahora quieren que un familiar real de Kadar sea coronado.
— El país necesita un rey o reina.
— Pero que paso con el rey anterior, bueno a la que se quedo con el trono.
— La verdad señorita eso se lo dirán los ancianos del consejo, ellos son los únicos que dictan las leyes.
— Vaya con lo que usted dice como que yo no tengo voz no voto allí.
— Claro que los tendrá.
— Umm.
Al rato Zafiro se quedo dormida en el asiento no quería pensar más, y así que se quedo profundamente allí plácida sin preocupación alguna.