Zed de Zoe

Capítulo II

Estoy consciente de todo lo que he hecho, no quiero desviarme de mi objetivo principal, no quiero distracciones.

Es sábado, solo tenemos una clase el día de hoy y es a eso de las 04:00 Pm. Así que, no pienso levantarme de mi cama, afortunadamente, esta noche hemos podido dormir bien, no ha habido ataques sorpresas, hemos asegurado bien la puerta de nuestro dormitorio.

Estiro mi cuerpo, doy unos cuantos bostezos, es aún muy temprano, Ana duerme, se ve extremadamente tierna, si no la conociera, diría que es todo un amor.

Al pensar tales cosas, la imagen de Isaac viene a mi mente, cuando menos pienso, me doy cuenta que ando sonriendo.

Meneo la cabeza de lado a lado, y pienso para mí, que lo mejor sería pasar de él.

Aseo mi cuerpo y me pongo ropa cómoda para salir a trotar por alrededor del lago, la mañana es fresca y el sol aún no calienta con fuerza.

Busco mi móvil y empiezo a reproducir mi música favorita.

Kryptonite. – 3 Doors dowm

Estoy bastante animada, antes no había habido un chico que lograse llegar tan lejos, es cierto que me gustan los hombres, como Andrés el magnate colombiano, pero, tengo planes, y el amor no está en ellos.

Sin embargo, empiezo a creerme lo que tanto Ana me repite, eso de que “Solo se vive una vez” Doy leves pasos para no despertarla, con cuidado salgo de nuestro dormitorio y a paso rápido me dirijo camino al lago, estoy rebosante de energía, doy un enorme suspiro, pongo a correr el cronometro y empiezo a trotar a lo largo del lago, me concentro, quiero superarme cada día más y más, pero hoy, solo calentaré. Mientras troto, puedo ver a otras personas ejercitarse, al parecer no soy la única a quien le gusta el deporte, observo sus rostros, pero no reconozco a nadie, sigo avanzando, siento las gotas de sudor empezar a caer por mi rostro, me siento energética.

A poco más de 20 minutos de haber empezado a trotar, a lo lejos observo a una chica tropezar y caer.

  • ¡Mierda! – Susurro.

Rápidamente me dirijo hacia ella, me apuro lo más que puedo, apuro el paso, pero alguien llega antes que yo, no logro ver su rostro, pues su cabello cubre parte de su cara, amablemente me acero a ellos, quiero prestar mi ayuda.

  • Te has torcido el tobillo, se ve bastante doloroso. – Reconozco esa voz.
  • Así es, me duele mucho, trátame con cuidado. – Le responde la chica.

Sinceramente no sé qué hago aquí, me he arrodillado para auxiliarla, pero al parecer no se han percatado de mi presencia.

Tomo mi botella con agua para darle a beber, pero aquel chico se me adelanta, sus brazos son bastante fornidos, que guapo.

  • Ven, te llevo a la enfermería. – Cuando aquel chico se inclina para levantar a la joven herida, veo su rostro es Zed.
  • Oye, ¿Me recuerdas? ¿Ahora también eres auxiliar de enfermería? – La chica me observa sin decir nada, Zed me ignora.
  • Creo que te hablan a ti. – Zed me observa como si nada, ha montado a la chica en su espalda, su actitud arrogante me fastidia.
  • Eres una persona muy arrogante. – Trato de ser más sensible a la hora de hablar.
  • No me agrada tu forma de ser. – Responde Zed marchándose.

He quedado en ridículo frente a una persona a la cual no conozco, siento un enorme deseo de ir tras de él y reclamarle por su actitud arrogante.

Trato de moverme, pero la poca cordura que hay en mí, me detiene, si voy tras de él, solo quedaré aún más en ridículo.

Agarro mi móvil, he corrido aproximadamente 28 minutos, le he dado una vuelta al lago.

Acalorada, regreso a mi dormitorio, estoy furiosa, pronto llegará mi momento para vengarme, lo disfrutaré enormemente.

Regresando, me percato que la puerta de nuestro dormitorio está abierta, me preocupo, no vaya a ser otra maldita broma, sin contenerme entro en la habitación, abro la puerta de manera que golpea la pared, lo que provoca que Ana se levante de la cama bastante asustada, además de su espelúznate grito, todo parece estar normal.

  • ¿Qué sucede contigo? ¿Quieres matarme? – Ana me grita desde su cama, toma su almohada y me la lanza con fuerza.
  • Cálmate, antes de irme a trotar, recuerdo haber cerrado bien la puerta, ¿No notaste algo extraño? – Le pregunto, Ana se tranquiliza, poco después del grito de Ana, se escucha otro grito, el cual creo que proviene de la habitación de Marce y Aura.

Con prisa corro hasta donde están, Aura es bastante sensible, me preocupa.




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