Zed de Zoe

Capítulo III

Finalmente es domingo, siento mi cuerpo pesado, no quiero levantarme de mi cama, suspiro y cierro los ojos con fuerza, lo último que recuerdo fue el verme de camino a este lugar con Isaac en uno de los que creo son sus carros.

No recuerdo el cómo llegue a este lugar, inclino mi cuerpo hacia adelante para observar a Ana, no la veo en cama, tomo mi celular, son más de las 2 Pm.

  • ¡Mierda! ¿Qué sucede conmigo? – Me pregunto en voz alta, no soy de esas chicas que suelen beber hasta perder el conocimiento, no soy muy buena bebiendo bebidas alicoradas.

Me levanto, llevo pijama, no recuerdo habérmela puesto, no me alarmo, seguro mis compañeras cuidaron bien de mí. Me dirijo al baño, me miro en el espejo, estoy ojerosa, tal y como si hubiese llorado un largo tiempo y mi maquillaje se hubiese corrido.

Suspiro, empiezo a cabrearme, no sé qué me ha impulsado a actuar de tal manera tan inapropiada.

Siento enojarme con Isaac, pero él no tiene la culpa, nunca me insistió en beber, así que, paso se de mis pataletas para tomar mi celular y llamar a Ana.

  • ¿Ana? – Le pregunto al sentir que han respondido mi llamada.
  • ¿Zoe? – Responde entre risas, escucho más voces además de la de ella.
  • ¿Dónde estás? – Pregunto.
  • Con Leónidas, hemos quedado en almorzar juntos, pronto te contaré los detalles. – La siento apurada.
  • No seas tan ofrecida, no tardes. – Le respondo y terminamos la llamada.

No puedo creerlo lo relajada que es, me desnudo, tomo una ducha, siento relajarme, una vez me encuentro más presentable, más humana, decido ir al dormitorio de las chicas, de Marce y de Aura, las cuales parecen estar en sus lugares, llamo a la puerta y Aura aparece frente a mí, la noto relajada.

  • Sigue. – Dice con su dulce voz como es costumbre.
  • Buenas tardes señorita “Tengo alas” – Dice Marce de manera sarcástica.
  • ¿Qué dices? No entiendo tu manera de hablar. – Le respondo tirándome sobre la cama de Aura.
  • Ayer no estabas consiente de lo que hacías y decías, y creo que no recuerdas nada ¿Verdad? – Dice Aura, confío en sus palabras, Aura no es de las chicas que mientan.
  • En realidad, no sucedieron muchas cosas. – Dice Marce.

Me levanto de la cama avergonzada, no me gustan este tipo de cosas, el sentirme excluida, acusada y mucho menos avergonzada, mi corazón empieza a palpitar.

  • Vale, te diré lo que has hecho. – Marce deja de ejercitase. – Acércate querida, no te voy a morder.
  • A veces tus actitudes lésbicas me asustan. – Aura al escucharme rompe a carcajadas.
  • Déjate de bromas y vente. – Me acerco a ella, me tumbo en su cama y me dispongo a escuchar atentamente.
  • Ayer, después del concierto, vimos cómo te besaste con Isaac, ¿Lo disfrutaste? – No quiero hacerle quedar mal, pero tampoco quiero mentirles a mis amigas.
  • No ha sido así, Isaac trató de besarme, pero no lo consiguió, no quise hacerle quedar en ridículo así que actué como si en verdad nos hubiésemos besado, de todo me acuerdo, pero no de cuando nos montamos en los carros para venirnos, desde ahí no sé ni cómo resulté en el dormitorio.

Aura se sorprende, tal parece ella pensaba de tal manera, por su parte Marce lo duda.

  • Pensé que se habían besado. – Dice Aura. – Es un alivio, tu primer beso debe ser en un momento de cordura, debe ser algo especial.
  • Es cierto, aun no has dado tu primer beso. – Marce empieza a burlarse de mí.

Queriendo saber lo sucedido, me acerco a Marce, la miro fijamente, poso mis manos sobre sus sudorosos hombros, la empujo de tal manera que su espalda queda contra el suelo.

  • O me dices de una vez por todas, o empezare a hacerte cosquillas, sé que lo detestas. – Marce cambia de actitud.
  • ¿Quieres luchar? – Sus palabras son retadoras.

Estoy dispuesta a quitarle esa sonrisa de su rostro.

  • Esa clase de juegos no las llevaran a nada bueno, recuerden la última vez. – Dice Aura.

Reflexionando, decido volver a la cama de Marce, suspirar, cerrar los ojos y esperar en silencio a que alguna de las 2 decidan ponerme al día de lo que he hecho.

  • Cuando veníamos de camino a los dormitorios, empezaste a hablar de cosas que quizá solo tu entiendes o bien de cosas que aún no nos has contado.




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