Zehra. Un nuevo comienzo

Capítulo 13

Ya habían pasado unos cuantos días y Zehra se sentía un poco mejor. 

En sus días de convalecencia, Hilda la visitó seguidamente con su abuela, incluso el señor Amir acompañó a su hija una tarde para que fuera a visitarla.

Hilda en tan poco tiempo, le había agarrado un gran cariño a la joven y Zehra a la niña.

Cuando se recuperó por completo se reencuentra con sus compañeras en la cocina, quienes se alegran de verla.

 

– Zehra, me alegra mucho que te hayas recuperado – dijo con una sonrisa Jenna, que era la que menos la había visto por estar muy ocupada en la cocina –, lamento no visitarte todo este tiempo, he estado bastante atareada, pues parece que mañana viene el primo del señor Amir.

– Vaya qué coincidencia, me recupero y llega, pues mejor para ustedes ya que voy a poder ayudarles en algo.

– Pues que bueno, por fin te has dignado ayudarnos si que la señora te lo diga – dijo en tono burlón Yalisa.

 

Zehra, tenía muchas ganas de ponerla en su lugar, todavía que recién se recuperaba esta mujer venía a molestarla, realmente no entendía el problema que tenía con ella, además… con lo que se había enterado, más rabia le tenía. Pero Zehra no se aguantó de todos modos y dijo bastante molesta:

 

– ¡¿Eres consciente de lo que dices Yalisa?! ¡Mi vienes a decir esto, después de que recién me estoy recuperando de un virus que pesqué! ¡¿Cuál es tu problema conmigo?! ¡¿Por qué siempre me estás tirando indirectas?! ¡¿Qué es lo que te he hecho?! ¡Ni siquiera te conozco! ¡Hace poco acabo de conocerte ¿qué es lo que no soportas de mí?! Dímelo porque yo no lo entiendo – dijo mirándola desafiante, pues estaba a solo unos pasos de colmarle la paciencia –, parece que no tienes nada que decir, de ser así, déjame tranquila ayudar a las demás y encargate de tus asuntos.

– ¡¿Cómo te atreves a hablarme así?! – dijo molesta Yalisa.

– Te estoy hablando de la misma forma en la que hablas. La verdad no entiendo porque la tienes conmigo si yo nunca te he hecho nada, hace poco que solo te conozco y ya pareces que me odias sin razón alguna. ¿A qué le temes? ¿Es porque al estar más cerca de los señores, temes que te mande al frente por la manera en la que nos trata, como haciéndote la señora de esta casa? Te aconsejo que… tengas cuidado con esos aires de soberbia y arrogancia, ya ves lo que pasó con la señora la otra vez cuando quisiste hacerte la patrona.

– ¡¿Acaso piensas que no sé cuales son tus verdaderas intenciones?! 

– ¿Mis verdaderas intenciones? ¿De qué estás hablando? – preguntó Zehra confundida.

– Tú sí que has sido más inteligente que las demás, te has ganado tanto el cariño de la señorita Hilda, para acercarte al señor Amir y conquistarlo.

 

Zehra se la quedó mirando espantada.

 

¿De verdad se había montado toda esa película en la cabeza? ¡Madre mía! ¡Lo que la gente es capaz de hacer con su mente, es grandioso! – Pensaba Zehra, mientras no podía creer lo que escuchaba.

 

– Pero… tú realmente estás loca, Yalisa. ¿De verdad crees eso? Es que no puedo creerlo, ¿por qué inventas todas esas tonterías en la cabeza?

– ¡DE QUÉ TONTERÍAS ESTÁS HABLANDO! – rugió furiosa Yalisa, tan así, que casi se le va con las manos a Zehra que con un movimiento rápido, pudo zafarse de ella mientras Zaida la detenía.

– ¡PERO… ¿QUÉ TE PASA MUJER?! – dijo furiosa Zaida – ¡¿Estás loca o qué?!

 

Al escuchar toda esa controversia desde la sala, tanto Amir como Nuray de inmediato fueron a la cocina y la voz del señor rugió por toda la misma.

 

– PERO ¿QUÉ ESTÁ PASANDO? ¿QUÉ ES ESTO?

 

Yalisa se detuvo, mientras Zaida al ver que la mujer se había tranquilizado, la soltó al mismo tiempo que explicaba la razones del porqué del asunto y Jenna se encontraba con Zehra, atendiéndola. Parecía que al final, a pesar de su rápido movimiento, Zehra se lastimó con la mesa y se había raspado un poco con el filo de la madera la muñeca al sostenerse y no terminar cayendo al piso.

 

– ¿Estás bien Zehra? – preguntó preocupada Jenna.

– Sí estoy bien no te preocupes, sólo me lastimé un poco.

– Déjame desinfectarte la herida.

 

Mientras tanto, al otro lado Zaida le explicaba a sus patrones lo que había pasando, mandando al frente y con todo a Yalisa, pues se lo merecía.

 

– Ella empezó hablarle mal a Zehra, y Zehra solo se defendió de lo que decía. Pero Yalisa se enojó y quiso agarrarla a golpes.

– ¡¿Qué?! – dijo defendiéndose –, ¡Eso no es verdad, fue Zehra!

 

Entonces Jenna saltó del fondo mientras curaba a Zehra de su pequeña herida.

 

– ¡¿Qué?! ¡Cómo tienes el descaro de decir eso! ¡Zehra se lastimó por tu culpa con el borde de la mesa por esquivar tus intenciones de agarrarla!

– ¡Pero Yalisa! ¡¿Qué te está pasando?! – le reclamó su señora – ¡¿Cuál es tu problema con Zehra?! ¡La otra vez pasó lo mismo, le hablaste muy mal a Zehra! ¿Qué te ha hecho para que le hables así? ¡Mira… tu comportamiento ya me está pareciendo extremo, vuelves hablarle mal a una de tus compañeras o haces otra cosa más y sin importar el tiempo que hayas estado aquí, te irás te este lugar! ¿Me has escuchado?



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En el texto hay: historia, romance, drama

Editado: 02.06.2024

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