Zehra. Un nuevo comienzo

Capítulo 28

Llegó el lunes, las primeras personas que saludaron a Zehra fueron Zaida y Jenna, ambas le entregaron un regalo que conjuntamente habían comprado.

 

- Oh, gracias. No se hubieran molestado.

- Ábrelo, espero que te guste - dijo Zaida emocionada.

 

Zehra procede abrir su regalo y dentro encontró un vestido de color negro liso, sin mangas que el largo del mismo llegaba hasta más abajo de la rodilla.

 

- Oh que bonito, muchas gracias - respondió Zehra emocionada.

- Es un vestido de lo más sencillo, pero nos alegra que te haya gustado - terminó de comentar Jenna.

- Me encanta muchas gracias, de verdad.

 

En ese momento, llega a la cocina Hilda. Zehra se sorprende de verla, se suponía que estaba en la escuela, pero sin embargo se encontraba en la casa.

 

- ¿Hilda? ¿Qué haces aquí?

- Hoy no fui a la escuela - dijo con una sonrisa.

- ¿Acaso estás enferma? - preguntó preocupada la joven e incluso le tocó la frente por si tenía fiebre.

- No Zehra, hoy decidí faltar por algo importante.

- ¿Algo importante? ¿Acaso es tu cumpleaños y no tengo ni idea?

- Ya Zehra, acompáñame a la sala - tomándola de la mano y llevándola con ella más o menos a la fuerza.

 

Tanto Jenna como Zaida las siguieron, pues el comportamiento de la niña les había parecido un poco raro.

Cuando Zehra llegó a la sala, encontró a la señora Nuray y a Ekrem, más Amir no estaba en el lugar, solo ellos dos, además de Hilda.

Zehra en un principio no entendía nada, del porqué estaban reunidos ahí, una vez que Hilda la dejó en la sala, se acercó a ella con una bolsa.

 

- Feliz cumpleaños Zehra, este es mi regalo para ti.

 

En un principio la joven no sabía que decir, tomó el regalo de la niña y miró a Ekrem.

Más este con una sonrisa, le respondió:

 

- Parece que nuestra pequeña Hilda escuchó nuestra conversación en el jardín, mientras te preguntaba que querías para tu cumpleaños.

 

Zehra sonrió y le dio las gracias a Hilda por el regalo.

 

- Ábrelo Zehra, vamos - dijo emocionada Hilda.

 

Zehra, abrió el regalo de Hilda y lo que encontró dentro realmente la sorprendió.

 

- La muñeca...

- Ese día cuando te pregunté que era lo que habías deseado tener de niña, lo hice para hacerte este regalo. ¿Te gustó?

- Por supuesto que sí - dijo con una sonrisa y acercándose a ella para darle un abrazo -, muchas gracias Hilda.

- De nada...

- También tengo algo para darte - dijo Nuray entregándole un pequeña bolsa.

- Oh señora, no se hubiera molestado.

- No es ninguna molestia, ábrelo querida, espero que te guste.

 

Abrió su siguiente regalo y encontró un perfume que parecía bastante caro.

 

- Muchas gracias!

- Pon un poco en tu muñeca para ver si te gusta el olor.

 

Hizo lo que la mujer le indicó, y el olor del mismo le encanto, era una aroma dulce y suave.

 

- Realmente tiene un hermoso aroma.

- Ahora creo que me toca a mí - dijo Ekrem dando un paso adelante -, toma.

 

El le entregó una pequeña caja, la joven se lo agradeció y la abrió, dentro encontró una pulsera de oro con pequeñas piedras blancas que la decoraban.

 

- Ekrem, no te hubiera realmente molestado.

- Sabes que no es ninguna molestia, espero que te guste y lo uses.

- Por supuesto, gracias - mirando a los demás -, gracias a todos por sus regalos, incluso a ustedes dos - dijo dirigiendo su mirada a Zaida y Jenna -, son los mejores regalos del mundo de corazón se los digo.

- Lo importante es que pases bien tu cumpleaños - comentó la señora Nuray.

- Muchas gracias!

- Y ya que estamos aquí y todos sabemos que es el cumpleaños de Zehra - expresó Zaida acercándose a su amiga -, señora, queremos pedirle que luego de terminar nuestras tareas, que nos dejé salir solo por hoy, para celebrar el cumpleaños de nuestra amiga.

- Por supuesto - dijo Nuray.

- ¿Puedo ir con ellas abuela? - preguntó Hilda - Es que también quiero pasar este día con ella.

- Está bien, no creo que tu padre tenga problema en dejarte ir.

- ¡Genial! 

 

Así que ese día para suerte de las jóvenes, solo trabajaron hasta mediodía y luego en la tarde fueron al pueblo junto con Hilda a comer.

Llegaron a un restaurante, donde le pidieron un pastel para celebrar su cumpleaños, el dueño del lugar decidió regalárselo, las jóvenes se lo agradecieron, entre las tres solo pagaron la bebida.

Cuando se lo trajeron a la mesa, la jóvenes empezaron a cantar el feliz cumpleaños, ante esto, otras personas que se encontraban alrededor se unieron a los deseo de las jóvenes y Zehra solo se limitaba a sonreír tímidamente. 

Sin duda alguna, había sido para ella el mejor cumpleaños, aunque muy al fondo de su ser, hubiera querido que su padre estuviera allí para celebrarlo, sin embargo, estaba feliz porque en este día especial, se encontraba con personas que realmente la apreciaban y sobre todo tenía salud.

Desde ese día, su cumpleaños volvió a ser una fecha importante para ella. 

 

 



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En el texto hay: historia, romance, drama

Editado: 02.06.2024

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