Zenfrex - El Poder De Mantenerte Con Vida

6. Zen: La singularidad de la vida

No saben cuánto odio que alguien interrumpa algo que realmente estoy disfrutando hacer, como cuando estás viendo una lluvia de meteoritos y llega tu padre a regañarte por haber destruido el juguete de tu hermano. ¡No todos los días se ven una lluvia de meteoritos!, ¡y no todos los días se saca valor para invitar a la mujer que te gusta a cenar!... Justo cuando estoy disfrutando de una cena en compañía de Ashtaria, aparecen los crooler para arruinarlo todo.

Vienen cuatros crooler corriendo hacia nosotros, son de aspecto reptil, estatura promedio y sabemos que su piel verde es muy difícil de atravesar. Hace una órbita llegaron a Mikadea para robarnos una gran cantidad de materia prima y si ayer regresaron a nuestro planeta es porque saben que tenemos recursos valiosos, como por ejemplo las pocas reservas que tenemos de oro.

—Kiharu, hace tiempo que no tengo un duelo cuerpo a cuerpo, ¡estoy emocionada!

Sí, lo veo en sus ojos, brillan de emoción.

—¿Te aterra que los mikadeanos destruyan la ciudad y no los crooler?

Gira a verme y sonríe de forma aburrida.

—No voy a tumbar cabezas mikadeanas.

—Entonces vamos, es hora de degollar crooler —sonrío levemente y golpeo la palma de mi mano con mi puño.

Si quieres asesinar a un malvado crooler, tienes que tumbarle la cabeza, la piel del cuello no es tan resistente como el resto del cuerpo.

Ahí viene el primer crooler, le doy una de mis mejores patadas justo en el pecho, luego una patada derecha a la cabeza y este cae al suelo. Otros dos crooler vienen hacia mí, salto sobre uno, caigo sobre sus hombros y le quiebro el cuello con un agresivo giro en su cabeza.

Volteo a ver cómo le va a Ashtaria y ella no está teniendo problemas, con gran soltura y con golpes precisos tiene a su oponente prácticamente acabado, tengo que aceptar que es buena en duelos cuerpo a cuerpo, justo acaba de terminar con la vida de un crooler.

El enemigo me sorprende atacándome tras la espalda luego de encontrarme distraído con Ashtaria, el golpe es tan fuerte que hasta me lanza contra la pared de un edificio… Me ha dejado algo aturdido, la cabeza duele bastante.

«Maldición…, tengo que estar más atento», pienso mientras me voy levantando del suelo.

Entre el humo y los escombros que dejé al estrellarme contra la pared, puedo ver la silueta de Ashtaria, está combatiendo a dos crooler en medio de una batalla injusta. Necesito ir con ella y ayudarla, así que rápidamente empiezo a correr y a saltar entre los escombros; trato de aumentar mi velocidad al notar que ahora su situación está empeorando, tres siluetas se han sumado a pelear en contra de Ashtaria y la están golpeando demasiado.

—¡Ashtaria, resiste! —grito angustiado e inmediatamente empiezo a correr hacia ella.

Necesito llegar con Ashtaria y acabar con esos cinco crooler lo antes posible para salir de esta zona, cada segundo que pasa veo bajar más crooler de las naves, ya son demasiado como para combatirlos solo nosotros. No podemos contra todos

Unos dos crooler se han cruzado en mi camino y me impiden ir a ayudar a Ashtaria

—¡Ashtaria, voy a entrar en modo ataque, tú sigue en defensa, por favor! —grito fuerte para que pueda escucharme.

Solo escucho estruendo y explosiones, más no la voz de Ashtaria.

Frente a aquellos dos crooler, mi nanotraje va cambiando su color negro a un color más grisáceo, es una armadura metálica más delgada, ya que el resto de las nanopartículas las utilizo para crear armas sumamente afiladas y resistentes. En ambos brazos empiezo a crear unas largas cuerdas metálicas y, como si usara dos látigos, lanzo las cuerdas y la enrollo en los cuellos de ambos crooler, jalo de la cuerda y con ello logro degollar a ambos crooler en un único ataque.

Vuelvo a fijar mi mirada en el paisaje que me rodea solo para encontrar a Ashtaria, pero no la veo.

De repente, grito al sentir una puñalada en mi costado, otro crooler me ha atacado y al parecer tiene con él una daga metamorfa que emerge de su brazo, siento su filo en mi costado, y mientras ese crooler me tortura con su daga clavada en mí, otro se me para enfrente y con un buen puñetazo me golpea en la cara, fue un gran golpe, tanto que hasta me ha hecho caer al suelo al instante. Aquellos crooler intenta atravesar mi pecho con dos enormes dagas que nacen de sus manos, pero antes logro crear dos extremidades metálicas tras mi espalda y con ello volarles las cabezas.

Tirado en el suelo y con mi rostro sobre la calle, logro encontrar a Ashtaria, ella está tambaleando…, ok, no..., veo a dos Ashtaria.

«Siento como si alguien me estuviera moviendo el suelo… Me siento demasiado mareando».

Aun con la visión distorsionada, logro darme cuenta que un par de crooler están propinándole una golpiza a Ashtaria y que otros crooler que les rodean están hablando entre ellos como si disfrutaran de tal espectáculo, no entiendo su lenguaje, lo que sí comprendo es que justo ahora se están riendo de la condición en la que está Ashtaria.

—¡Vengan a aquí, malditos! —grito con mucho fervor logrando que uno de ellos deposite su atención en mí.

Ahí viene y yo sin poder levantarme... Tengo a un crooler frente a mí y está a punto de acabar conmigo. Creo que mi historia llega hasta aquí.

De repente, algo salpicar sobre mi cara..., es la amarga y verdosa sangre crooler.

—¡Aash…!, ¡qué asco! —digo con un rostro repulsivo.

El crooler acaba de caer muerto sobre mí, y atrás de él aparece Ashtaria en modo ataque.

—Agradéceme luego— dice mientras me guiña un ojo y sonríe con un rostro golpeado.

—¡Ashtaria, cuidado!

«Ashtaria, tu rostro es una mezcla de dolor y socorro, no me va a alcázar una vida para poder borrar esa expresión de mi mente, va a doler vivir recordándote así».

Estoy que no puedo levantarme del suelo, mi cuerpo está temblando y nada en mí reacciona... Tengo a Ashtaria frente a mí con un enorme punzón que le atraviesa desde la espalda hasta su pecho, y estoy enloqueciendo... sí, definitivamente estoy enloqueciendo.




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