Zenfrex - El Poder De Mantenerte Con Vida

9. En la cúpula de vidrio

Neefar extiende una mano para ayudarme a levantar, esta mujer siempre aparece para rescatarme, es increíble. 
 
—Primero déjame ponerme unos guantes, no quiero envejecerte por accidente —le digo a Neefar 
 
Con mi traje de partículas creo unos guantes y luego con ayuda de Neefar me levanto del suelo. 
 
—¿Qué hacías dormido aquí? —me pregunta muy extrañada. 
 
—Anoche no podía dormir... Salí y me acosté aquí para ver las estrellas pero me quedé dormido. 
 
—Claro, la última vez que te vi te veías cansadísimo. Espero que hoy te puedas sentir mejor. 

—Sí, gracias —le sonrío amablemente. 

—Ayer fue un día fatal, igual no pude dormir temprano anoche —lo dice mientras lanza parte de su cabello hacia la espalda. 

—Entonces tampoco pudiste descansar bien. 

—Que va... pero por ahora tu deberías ir a asearte antes de que llegues tarde al Palacio. 

—Cierto. ¿Ya vas al centro médico? 

—Sí, tengo mucho trabajo hoy, aún hay varios heridos que atender.  

—Ah, ok. 

—Bueno, nos vemos luego. 
 
—¡Hasta luego! 
 
Neefar activa su portal y cruza a través de el. 
 
—Hora de ir a trabajar —hablo conmigo mismo. 
 
Estos próximos días toca trabajar en recolectar información del sistema planetario donde se encuentra Tiakam, estudiar sus planetas y encontrar posibles peligros. 
 
He contado tres días desde la invasión y una nueva astróloga ha llegado para trabajar en mi equipo, dice mi padre que es el reemplazo de Ashtaria y que debo enseñarle todos los avances que tenemos hasta ahora. Como si existiera alguien que pudiera reemplazarla. 
 
La chica llegó y ha dicho llamarse Klea. Al presentarse nos ha aclarado que su especialidad es la meteorología, pero que también tiene conocimientos en astronomía. Se ha sentado en el puesto de Ashtaria y ha empezado a jugar con su corto y lacio cabello. 

Al principio me molestaba un poco tanta seguridad que irradiaba de ella, pero ya han pasado diez días y puedo ver lo buena que es en su trabajo, hemos empezado a simpatizar con ella y siento que no es mala persona. 
 
Hemos trabajado duro por veinte días, tenemos una buena cantidad de información valiosa para la misión, mi padre en la reunión de hoy ha informado que ya contamos con una gran cantidad de Mikadeanos mineros y pilotos que viajarán a Tiakam, la nave nodriza está lista para el viaje y solo faltaría equiparla. 

Siguen pasando los días y mi relación con Klea es cada vez más cercana, se ha convertido en mi amiga, le he contado todo; ella me inspira confianza, siento que nos comprendemos y al hablarme siento armonía y sinceridad. 

Y sobre mi amor por Ashtaria, eso aún está latente, duele tan solo recordarla, todavía pienso que es imposible superarla, en especial si todas las noches las estrellas que ella tanto amaba siguen apareciendo. Por suerte, tengo excelentes amigos, como lo es Klea y Neefar quienes se han propuesto almorzar todas las tardes conmigo en el Palacio.  

Neefar ha hecho un gran esfuerzo solo para hacerme sentir mejor, sus visitas en esos días libres nunca han faltado, llega a mi casa y con su compañía irradia toda la habitación de pura felicidad. Hemos improvisado viajes juntos, algunas noches se nos ocurre salir a comer, hacemos muchas cosas solo entre nosotros. No sé por qué esto ha llegado a este punto, pero creo que ambos disfrutamos estar apartados de todos, como aquella vez que decidimos desayunar bajo la sombra de aquellos frondosos arboles que reposan sobre una de las más altas colinas de la ciudad. La vista era increíble, aún recuerdo su sonrisa al observar la ciudad bajo la colina; el sol atravesaba sus ojos y como el viento jugaba entre sus rizos. Ella ha logrado restablecer mis ánimos, gracias a ella he vuelto a sonreír y a disfrutar de la vida, ella se ha convertido en alguien muy importante para mí. 

Klea también ha estado entrenando todo este tiempo para ser parte de la élite, Handul es su maestro y ella me cuenta lo difícil que es entrenar con Handul, pues él es rudo con ella y muy estricto; no ve género y le dice que por ser mujer no significa que deba de ser suave con ella. 
 
Justo me está viendo y viene hacia mí, se ha sentado sobre mi escritorio y está por decirme algo. 

—Oye, Kiharu. ¿Terminaste tu informe de hoy? Voy a llevar los míos y así aprovecho para llevar los tuyos también. 
 
—Sí, ya lo tengo listo, te lo agradezco mucho. 
 
Le doy mis informes y ella se los lleva. Todos los demás científicos también van saliendo, ya la jornada de hoy ha terminado. 

Klea aún no regresa y yo tengo que esperarla para cerrar las puertas del laboratorio. Debe de haberse quedado platicando con alguien, podría decir que es la más amistosa de todo el Palacio. 
 
Puedo escuchar que alguien se acerca, debe ser Klea. 
 
—Aún estas aquí. 
 
Sí, es Klea. 

—Sí, estaba esperándote para cerrar el laboratorio. Ya voy saliendo. 
 
—Ah, ok... Mira, aquí tengo una bolsa de frutas que me regaló Neefar, pero aún están verdes. ¿Quieres unas cuantas?, son muy ricas cuando están maduras. 
 
—Odio tener que esperar a que las cosas maduren, después se me olvida y se pudren... ¡Oh, espera!, estoy por recordar algo... 
 
—Ok. 

Madurar... madurar... por qué me suena tan fuerte esta palabra. Casi estoy por recordarlo, solo necesito algo de tiempo. 

—Klea, no me mires así que me estás desconcertando. 
 
—¿Así con cara de: ¿Por qué tengo un amigo tan aéreo? 
 
—Sí, justo así. 
 
Sé que alguien me habló de que tenía que esperar que madurara algo, pero ¿quién me habló y qué tengo que madurar…? ¡No puede ser!, ¡como pude olvidar algo tan importante! 

Estoy de pies, atónito y también feliz porque vuelven a nacer las esperanzas en mí. 
 
—¿Y ahora... por qué esa cara? —Klea se ve muy interrogativa. 
 
—¡Klea!, ¿cuánto tiempo ha pasado desde la última invasión de Croolers? 
 
—Treinta días... ¿Por qué? 
 
—Necesito ir a la cúpula de vidrio, posiblemente Ashtaria esté por despertar —le digo muy entusiasmado. 
 
—Pensé que ya habías superado a tu difunto amor... ¿quieres volver a ilusionarte? —lo dice algo hastiada. 
 
—Klea, confía en mí... Ashtaria puede estar a punto de despertar. Tú regresa a tu casa que mañana voy a regresar aquí con Ashtaria. 
 
—Ok, Ok. 
 
Esta noche voy a quedarme en la cúpula de vidrio, necesito estar ahí para cuando Ashtaria despierte, lo más seguro es que se asuste al ver donde está metida. 
 
—Si la muerta resucita, llévale algo de agua, no sé tú pero yo siempre despierto con sed, ahora imagínate una muerta... debe de estar hambrienta y sedienta—Klea habla con seriedad pero es obvio que se está burlando. 
 
—Lo tomaré en cuenta —le sonrío y le guiño un ojo. 
 
Klea activa su portal y se va, yo también activo el mío y pongo las coordenadas para ir a la cúpula de vidrio. 
 
Voy entrando a la cúpula de vidrio, aún en el patio; empieza a caer una llovizna, Klea me lo había advertido durante el trabajo y no le di importancia, espero y el clima no se ponga peor. 
 
Ya estoy dentro de la cúpula de vidrio, aquí reposan los cuerpos de los Mikadeanos más importantes de la historia Mikadeana; como por ejemplo todos los gobernantes anteriores, o sea, mis abuelos, bisabuelos etc. También están los cuerpos de la élite y entre ellos está Ashtaria. Todos los cuerpos son conservados aquí, Ashtaria luce como si solo estuviera dormida. 
 
—¿Señor Kiharu, que lo trae por la cúpula? —es el de seguridad de la cúpula. 
 
—Solo vengo a hacerle compañía a una amiga. 
 
—Me imagino que se refiere a la señorita Ashtaria. 
 
—Así es... la echo de menos. Pensé que me sentiría mejor si pasaba por aquí a verla. 
 
—Comprendo, cualquier cosa que necesite me avisa, estaré por los alrededores. 
 
—Muchas gracias. 
 
El de seguridad se va y me deja solo entre todos los cuerpo de la élite. Voy más cerca al cuerpo de Ashtaria y no veo nada fuera de lo normal, sigue fría y sin pulso, ella aún esta muerta. 
 
Me quedo sentado en una de las bancas que esta dentro de la cúpula, la lluvia empieza a caer más fuerte y el sueño ya se está apoderando de mi... ¡pero yo no puedo dormirme aún!, tengo que estar despierto hasta que Ashtaria se levante. 
 
Mi transmisión está sonando, Klea me está contactando. Activo la transmisión y aparece la cara de Klea en un holograma. 
 
—¿Cómo va todo, Kiharu, ya despertó la muerta? 
 
—No, aún no. 
 
—No, que va... que pereza. Te llamo más tarde. 
 
—Ya duerme, Klea, mañana te enterarás. 
 
—Bueno, ok. Tú también descansa. 
 
Se cierra la transmisión y me quedo viendo el cuerpo de Ashtaria, y mientras la veo empiezo a cabecear, el sueño me está ganando y la lluvia es tan relajante. 
 
Esta noche volví a soñar, pero Ashtaria no está en el. Me veo rodeado de una increíble cantidad de arboles muy verdes, no creo que sea Mikadea, aquí hace mucho que dejó de existir un lugar así.  

A la orilla de un riachuelo veo a una mujer, es de piel blanca como la nieve, su cabello plateado es largo, poco trenzado y ondulado... tiene todos los rasgos de ser Mikadeana, pero sé que no es Ashtaria, esta mujer ha levantado su rostro y sus ojos son turquesas, se trata de Neefar. 

Me he acercado a ella y le pregunto del porqué de su presencia. Me ha contado que está esperando a alguien, que ese alguien no sabe que ella le está esperando y que tiene fe de que el momento llegará. 
 
Neefar, a tu lado siempre me he sentido a gusto y en armonía, aquí podría quedarme todo el día, aquí no siento tristeza ni preocupaciones. 
 
¡Qué fue ese sonido! 

Un ruido muy fuerte me ha despertado; no fueron los relámpagos de la fuerte  lluvia, tampoco se trata de otra invasión, ahora que puedo ver con más claridad, un sarcófago de cristal se ha roto. 

Destellos de relámpagos reflejados en miles de diminutos cristales esparcidos en el aire y entre todos esos cristales, como si fuera un Phoenix renacido sobre el aire, está Ashtaria... mi corazón vuelve a latir de forma descontrolada. 
 




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