Zenfrex - El Poder De Mantenerte Con Vida

20. Un corazón destrozado

Puedo sentir su desenfrenada respiración sobre mis mejillas, Ashtaria está tan cerca de mí que hasta me provoca robarle un beso, pero es obvio que no me atrevería a hacerlo. La tengo contra la puerta de mi dormitorio y acorralada entre mis brazos, esa mirada que ha fijado sobre mí denota mucho temor.

—¿Qué me vas a hacer? ¿Qué quieres? —pregunta intentando verse intimidante.

—Quiero que me escuches.

—Estas muy cerca.

—L-Lo siento —doy un paso atrás—... Por favor, sentémonos —invito señalando el sofá que está tras mi espalda.

Ambos nos sentamos en un mismo sofá. Luego de un corto silencio le escucho suspirar.

—Kiharu, disculpa por lo que pasó en el Coliseo..., no quería tirarte del palco. Me siento mal por eso, pudiste haber muerto…

Ashtaria está cabizbaja y está evitando verme a la cara, ella es una mezcla de vergüenza y tristeza.

—¡Ey! ¡No!, no te sientas mal —con una mano levanto su mirada hacia la mía, y con la otra limpio las lágrimas que acaban de deslizarse por sus mejillas. Lo mucho que daría por quitarme estos guantes y tocar su tersa piel—. Ashtaria, te conozco, no intentarías matarme, confío en ti.

—Hay cosas que no te he dicho, a pesar de que confías en mí, te he ocultado verdades.

Llevo mis manos a las suyas y las presiono levemente.

—Cada quien tiene sus secretos, no necesito saber cada detalle de tu vida.

—Es importante lo que tengo que contarte.

—Ahora mismo lo que me importa es conocer tus sentimientos.

Se ha sonrojado..., no siempre se puede apreciar tan perfecto momento.

«Ashtaria, discúlpame, sé que me habías dicho que no me acercara tanto, pero es que si no lo hago voy a explotar».

—Kiharu..., yo no puedo enamorarme de ti.

—¿Por qué lloras?, ¿por qué lo dices con tanto dolor?

«Te está costando responder a eso… ¿Qué está pasando conmigo?, ¿es tan terrible enamorarse de mí?».

—Porque... hace tiempo que Handul y yo tenemos una relación a escondidas.

¿Escucharon eso? No, no me refiero a lo que dijo Ashtaria, me refiero a que algo se ha roto... Sí..., fue mi corazón, ahora está en pedazos.

Se sintió como cuando con tus manos agarras difícilmente a una paloma y de repente se te escapa de las manos..., pues así me ha hecho sentir.

—¿E-Estás Ha-Hablando en serio?

—Sí... Lo siento.

—Pero ¿por qué nunca han dicho algo?

«Mis mejillas están mojadas, ¿hace cuánto estoy llorando?»

—Porque yo soy como una hija para el gran Halu, él no permitiría nuestra unión. Handul me prometió que me iba a desposar cuando tomara el lugar de su padre.

—Unión... ¿Tú lo amas?

—Sí...

—Esto es demasiado.

Necesito levantarme del sofá, me está faltando el aire, así que me aparto de ella y decido caminar hacia donde está el gran ventanal de vidrio que está en la habitación. No digo más nada, trato de controlar mi tristeza mientras pretendo contemplar la galaxia.

—Kiharu...

—Sabes..., el día que te perdí vi a Handul y supe que él también te amaba.

—Lo siento..., yo... me siento fatal, no quería darte falsas esperanzas.

Regreso mi atención a ella, la veo como se levanta del sofá con una notable depresión y se dirige hacia la puerta, pero, antes de que la cruce, yo le respondo.

—No fue así…; yo me enamoré solo.

Ashtaria detiene sus pasos frente a la puerta, y sin girar la mirada hacia mí, concluye diciendo:

—Lo siento...

Ella cruza la puerta y al instante esta se cierra automáticamente.Y es así como la persona que más amo en esta maldita galaxia me deja aquí..., solo, destruido por dentro.

«No te sientas mal, Ashtaria. Fui el culpable de todo esto, yo te traje aquí y te exigí escucharme, pero fuiste tú la que hablaste y me sorprendiste».

Estaba preparado, pero no para algo tan doliente.

 

Ya han pasado varios minutos y yo sigo tirado en la cama, pensativo y con una profunda depresión. Seco mis lágrimas y trato de evitar que vuelvan a salir, pero es en vano.

De repente, alguien ha abierto la puerta. No creo que sea Ashtaria.

—Kiharu, ya estamos listas para regresar —escucho la voz de clea Klea, la busco con la mirada y la veo cruzar la puerta junto con Neefar—… ¿Kiharu…?

Ambas vienen caminando hacia mí, yo trato de ocultar mi rostro entre los cojines de la cama, es que debo tener mis ojos muy inchados de tanto llorar, y no quiero que me vean así.

—Kiharu, ven, levántate de esa cama y vámonos...

«Lo siento, Neefar, no puedo permitir que me veas así».

—Me podrían esperar afuera unos minutos —pido a las dos.

—¿Pasó algo? ¿Estabas llorando? —Klea es muy atenta en este tipo de situaciones.

—Kiharu, ¿qué pasó? —Neefar me pide respuestas en un tono lleno de preocupación.

Klea se lanza sobre la cama y cae a mi lado, me agarra la cabeza y me fuerza a verle la cara. Parece que se ha dado cuenta que estuve llorando, que no soy tan fuerte como ella cree, aun cuando he ganado las partículas doradas, soy débil ante las ganas de llorar.

—¡Ya dinos!, que me estoy preocupando —Klea me insiste.

Yo decido levantar rostro y fijar mis irritados ojos en los de ella.

—Hace un rato que Ashtaria estuvo aquí.

—Así que se trata de ella. —Klea pone los ojos en blanco.

—Pudimos arreglarnos.

—¡Entonces ¿qué tanto lloras?! —exclama con sus manos levantadas hacia el cielo. En sus ojos lilas puedo notar lo molesta que está.

—Pero también me dijo que no podía enamorarse de mí... —Escondo mi rostro sobre los cojines de la cama—; que ella está enamorada de Handul —concluyo entre diente y, seguido, ambas se quedan en silencio, deben estar sorprendidas, no creo que se esperaran una noticia así—. Ella y Handul tienen un romance secreto, ambos están enamorados.

—Oh... Qué mal, Kiharu... —dice Neefar en un tono bajo. Ella se acerca a la cama y se sienta en el borde, a un lado de Klea.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.