Zenfrex - El Poder De Mantenerte Con Vida

23. El mirador de la nave

—Handul, ¿Por qué me cuentas todo esto?

—Sé que Ashtaria te contó sobre nosotros. Quiero que entiendas hasta donde pueden llegar estos sentimientos, no intentes interponerte.

—Interponerme… ¿cómo?

—No sueltes la lengua —lo dice entre dientes y con una mirada amenazantes—, no intentes ni siquiera darle pistas a mi padre o te puede ir muy mal.

Ha venido solo para asegurarse de que guardaré su secreto... Parece que Ashtaria no le habló de mis sentimientos, de otra manera su reacción hacia mí fuera otra.

—No diré nada, esto no me compete.

—Perfecto, no eres tan tonto, hermano —me muestra una cínica sonrisa.

Handul sale de mi habitación y me deja solo.

Sabía que Handul podía ser una persona cruel, pero llegar a asesinar a alguien..., eso me ha dejado un poco aturdido. No me cabe en la cabeza tanta preocupación, me preocupa Ashtaria.

Luego de cinco minutos, alguien toca mi puerta.

—¡Necesito que vengas conmigo ya! — Klea sin decir nada me toma de la mano y me lleva jalándome por todo el pasillo.

—Pero... ¿por qué?

—La nave está a minutos de partir —me dice Klea.

—Sí..., lo sé.

«¿Qué tramas, Klea? En tu tono de voz puedo sentir que no es nada grave. Ahora que volteas y sonríes, estoy seguro que vas a mostrarme algo maravilloso».

Aun agarrada de mi mano, me lleva hasta la zona más alta y amplia de la nave nodriza, a un lado de la plataforma de despegue y aterrizaje, nos encontramos bajo una gran cúpula de vidrio que nos mantiene aislados del espacio estelar, fácilmente pueden apreciarse cada cuerpo celeste que conforma la galaxia.

—Listo, aquí estamos —dice en un tono animado.

—Es el mirador de la nave, ¿verdad?

—Sí, y aquí estamos más de ochocientos Mikadeanos; permaneceremos aquí hasta que Mikadea no se deje ver. Es una forma que tenemos para despedirla.

—Es estupendo.

—Sí, lo es. Se me ocurrió que sería buena idea venir a despedir a Mikadea —Brawn aparece tras mi espalda.

—¿Brawn, también estás aquí... acaso tú organizaste esto?

—La idea fue mía, pero Klea la propagó y ahora, como ves —Brawn extiende sus manos mostrando a su alrededor—, somos bastantes.

—Pensé que la idea de Brawn era grandiosa y supuse que todos amarían estar aquí —dice Klea mientras se sonríe de manera gratificante.

—¡Gracias! —dice Brawn mientras sonríe gentilmente frente a Klea—. La cantidad de cuerpos celeste que se puede apreciar es alucinante…; cuando la nave inicie su viaje parecerá que trillones de estrellas fugaces caen a nuestro alrededor, sin duda será un momento hermoso.

—Tienes razón, esto va a ser mágico. Gracias por traerme —digo viendo directo a Klea.

—Vamos con Nee, ella está... ¿eh…? ¡Donde se metió! —Klea empieza a buscar a Neefar entre la multitud, parece que ella igual estaba junto a Klea y Brawn.

—¿Ya se perdió?

—Sí...

Mientras Klea y Brawn buscan entre la gente, yo intuyo que debe estar en algún lugar apartado de todos, la conozco bien, no le gusta estar entre la multitud, si va a disfrutar de algo lo va a hacer en medio de la tranquilidad, por ejemplo, esa habitación que está al otro extremo; sin duda es del tipo de lugar donde uno se puede encontrar con Neefar.

Voy caminando hacia el lugar, y mientras más me acerco menos gente noto a los alrededores. Es un lugar algo apartado.

Abro la puerta y descubro una especie de salón privado, hay un jacuzzi, y dentro está una mujer que conozco muy bien...

—¡Kiharu!... —es Ashtaria y ha gritado muy avergonzada.

Ella está dentro del Jacuzzi, desnuda; con mucha vergüenza intenta tapar sus pechos como si realmente lograra ocultar algo.

—¡¡L-Lo siento!!, es que estaba buscando a N... A Klea —miento esperando que reaccione con celos—. Voy a buscarla por otro lado.

—Espera.

«Sí, sabía que ibas a reaccionar así, Ashtaria. Aún sientes celos de Klea, me quieres solo para ti».

—¿Qué? —le pregunto.

—La nave está empezando a moverse, ya vamos saliendo.

—Sí, ¿qué con eso?

—Estoy casi segura de que Klea ya está con alguien esperando el momento…, después de todo ella es muy popular. Si vas a buscarla no vas a disfrutar nada de esto.

—Entonces, ¿me puedo quedar aquí contigo?

—Sí... —responde tímida y con su rostro agachado.

—Eso implica entrar al jacuzzi.

—Lo sé.

Ashtaria me está abriendo paso para acercarme más a ella, me pregunto de qué forma debería acercarme, ¿hasta dónde va a dejarme llegar?

«Cuando se trata de ti, siempre suelo perder el control, y al tenerte así, tan cerca de mí..., va a ser difícil mantenerme sereno».

Voy quitándome el nanotraje y enseguida esconde la mirada para evitar crear entre nosotros momentos vergonzosos. Ya estando dentro del jacuzzi puedo relajarme entre las cálida y burbujeantes aguas, las cuales impiden visualizar en la profundidad del jacuzzi, cosa que Ashtaria aprovecha para hundirse un poco y ocultar sus senos de mí.

—Este Jacuzzi está excelente —digo soltando un aliviador suspiro.

—Brawn me contó de este lugar, solo las personas con un nanotraje de élite pueden entrar aquí, es sumamente privado.

—Es perfecto, estoy seguro que se convertirá en mi lugar favorito.

—Ya es mi lugar favorito.

Y ahí está..., esa sonrisa..., ese rostro que cautiva y me hace olvidar todo, olvidar que no puedo seguir enamorado de ella, olvidar que tiene una relación con mi hermano el psicópata y que esto podría costarme la vida.

«Te has dado cuenta de cómo disfruto verte sonreír, más si enseguida te sonrojas… Si no me detienes podría arrasar con todo tu ser».

—¿Por qué estabas sola? Handul desearía estar aquí contigo.

—Handul es un estúpido. Hace un rato estuvimos charlando en mi habitación y se me ocurrió contarle de que tú ya sabías de nuestra relación, se enojó tanto que empezamos a discutir, al final salí de mi habitación y lo dejé solo con su rabia. Y ahora estoy aquí...




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