Zenfrex - El Poder De Mantenerte Con Vida

26. Mikadea vs Crooler

La transmisión se corta mientras nos encontramos corriendo en el interior del mirador de la nave.

Neefar activa el modo defensa del nanotraje…, y se ve espectacular… Las estrellas hacen que el traje brille como si fueran partículas de diamantes.

—¡¿Qué esperas, Kiharu?! ¡Ya quiero ver esas partículas doradas! —Neefar se ve muy animada.

Necesito probar lo grandioso que es este nuevo nanotraje de partículas doradas.

Mientras sigo corriendo, activo mi nanotraje y lo pongo en modo defensa. Estas partículas de oro hacen que la armadura sea mucho más liviana, no había disfrutado de esta sensación hasta ahora.

—¡Es genial! —digo entre risas mientras voy dando saltos.

—¡Wow! Esos sí que son saltos de altura —dice junto con una gran sonrisa llena de asombro.

—Esta armadura es muy ligera; es perfecta.

Neefar ríe al verme saltar como niño.

—Te ves espectacular.

Hemos llegado a la plataforma que conforma el hangar de la nave nodriza, la cual está dividida por una gran pared de cristal que nos mantiene a salvo de los peligros del espacio exterior, desde aquí se puede ver como ciertos pilotos de la fuerza armada emprenden vuelo y cruzan la escotilla que da acceso hacia la galaxia, y más hacia el fondo, navegando en el espacio exterior, puede verse la enorme formación de naves mikadeanas, todos listos para ir a defender a nuestro planeta.

—Estoy ansioso por ver qué cosas nuevas ha instalado Brawn en estas Naves.

—¡Cierto!

Las naves se encuentran levitando en espera de ser controladas, activamos las zonas de abducción, nos posicionamos bajo el tubo de luz cilíndrico y así entramos en ellas; ya estando dentro, nos acomodamos en los asientos, activamos los controles de la nave y emprendemos vuelo hacia el viaducto que conduce hacia la zona de evacuación del hangar. Atravesamos la escotilla y en segundos nos encontramos sobre la infinita galaxia, aumentamos la velocidad de las naves para reunirnos lo antes posible junto a la formación de naves Mikadeanas. Necesitamos ir bien atentos a nuestro alrededor para evitar chocar con algún cuerpo celeste.

Me pregunto si Neefar se sentirá aún afectada por el incidente que ocurrió ayer con la nave averiada... Es mejor activar el sistema de transmisión de la nave, necesito asegurarme de que se sienta segura.

—Neefar, estemos juntos y cuidémonos el uno al otro.

—¡Oh, por dios! ¿Eso fue una declaración de amor? —pregunta en tono jocoso.

—Sonó raro…, ¿verdad?

—Rarísimo —le escucho reír.

Neefar ha aumentado un poco más la velocidad, eso es buena señal, ella realmente está impaciente por destruir las naves crooler, puedo asegurar que ella también tuvo pérdidas durante el primer ataque de hace una órbita, ese fue el peor ataque que nuestro planeta ha sufrido y por tal razón, todos los mikadeanos compartimos ese mismo odio hacia los crooler, todos lo sufrimos.

—Ya estamos más cerca de la fuerza armada —dice Neefar.

—Sí, ya se pueden ver la lista de contactos en el sistema de transmisión de la nave.

Desde el centro de control de la nave se activan los sensores del sistema de transmisión de la Nave, a través de él escuchamos lo que tenga que decir cada miembro de la flotilla, entre ellos están Ashtaria y Handul.

—Perfecto, ya toda la élite está en formación. Neefar y Kiharu han llegado —dice Ashtaria.

—Ok, ya que todos estamos formados, es hora de ir por ellos. Todos vamos a aumentar la velocidad un quinientos por ciento y nos detendremos en cinco Minutos. Partimos en tres..., dos..., uno... —Handul da la orden para avanzar todos juntos.

«Esta vez los Crooler no van a arruinarme el día, me encargaré que nadie a mi alrededor sea una de sus víctimas».

Lo acepto, aún me duele cada vez que recuerdo la última invasión de los croolers, la imagen de Ashtaria siendo asesinada por un crooler aún está fresca en mi mente, este recuerdo me quema por dentro y me provoca querer arrancarles la cabeza con mis propias fuerzas.

—Hoy les llegó el día a esos mal paridos —dice Ashtaria con un tono bélico, ella está que echa fuego por los ojos, puedo saberlo con solo escuchar su voz a través de la transmisión de la nave; voy a tener que ponerle el ojo encima, no es bueno entrar en una batalla con tanto deseo de venganza.

—Al llegar al espacio establecido estaremos a una distancia de cinco kilómetros de la Nave nodriza de los croolers. Atentos a cualquier ataque sorpresivo, no sabemos si ya nos están esperando... Llegamos en tres..., dos..., uno… —Como líder de la armada, Handul es el encargado de dar todas las órdenes a la flotilla.

Todas las naves nos hemos detenido. Hemos llegado al espacio exacto. Frente a nosotros tenemos a una enorme y asquerosa Nave Crooler.

—Esa nave se ve demasiado insalubre—dice Klea.

—Estoy de acuerdo, compañera —Kimku le responde.

Ya es un hecho que saben que estamos aquí, una flotilla de naves crooler se está formando frente a nosotros y nos superan en número.

—No quiero que alguien se asuste… Que sean más que nosotros, no significa nada: nosotros somos más inteligentes que ellos, estamos mejor entrenados para esto —dice Handul.

Un momento..., veo nuevos botones en el centro de control de la nave.

—Brawn, explícanos para qué sirven los dos nuevos botones que tenemos en el tablero.

—El botón A17 es un nuevo escudo, lo presionas y la nave es protegida por un campo de fuerza, es decir, la nave queda resguardada dentro de una burbuja.

»El botón C87 es un cañón de plasma magnetizado, con este nuevo cañón tendremos ataques más certeros, daños letales y podremos llegar a rangos mayores, tengan presente, que una vez lo usen deberán recargar para volverlo a usar.

—¡Brawn, eso es excelente!

—¡Sí!, ya quiero usar mis nuevos juguetes.

—¡Somos dos!

—¡Todos concentrados! Vamos a atacar primero, terminemos con esto rápido. En tres... dos... uno... —Handul da la orden de ataque y enseguida cada nave de nuestra flotilla escoge su primer objetivo a derribar, tenemos un sistema automatizado que rastrea las naves y las asignan como objetivo, de ser necesario se podría activar los ataques en manual, siempre y cuando se esté seguro de tener una buena puntería y control de la nave.




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