Zenfrex - El Poder De Mantenerte Con Vida

33. Batallando contra Vezto

La depresión de Neefar es veneno que transita entre mis venas, me destruye por dentro y consume mi alma. La veo toda golpeada y me vienen recuerdos de aquel momento en que le dije que íbamos a permanecer juntos para cuidarnos el uno al otro, finalmente volví a fallar y ahora está con una enorme cortada en el rostro.

—¿ Ashtaria es suertuda de qué? —le pregunto tratando de esconder mi rostro sonrojado.

—Recuerdo a la Ashtaria que tenía un enorme hueco en su pecho y ahora está como si nada, cuando la revisé en el centro médico no tenía ni una sola cicatriz.

—Tienes razón; creo que no fue pura suerte, fue el Zenfrex que le di. No solo la trajo a la vida, también sanó su cuerpo... ¿Quieres intentarlo?

—Yo no estoy muerta... ¿Si consumo esa cosa que podría pasarme?

—Por lo que me dijo Zen, si algún ser con vida consume del Zenfrex podría aumentar su nivel evolutivo.

—Un cuerpo evolucionado…, mira, no suena mal.

—¿En serio quieres arriesgarte? Ni yo sé que podría pasarte.

—Me ofrezco para averiguarlo.

Siento miedo... ¿Si uso el Zenfrex con ella en que tipo de persona podría convertirse? Ella se ve muy decidida, definitivamente desea deshacerse de esa cicatriz como sea, y sin importar el costo. Si no lo hago de seguro va a empezar a odiarme; y no quiero volver a pasar por eso...

—Ok, hagámoslo.

Saco de mi compresor de partículas el primer Zenfrex que me gané hoy y lo empujo sobre el abdomen de Neefar.

—¿Sientes algo raro?

—No, todo normal.

—Listo..., solo queda esperar unos treinta días para ver los resultados.

—Genial, espero y esto funcione. Si me convierto en un monstruo peligroso no dudes en matarme... je, je.

—Tendré que pensar seriamente en esa probabilidad, imagínate... si resultas ser una sensual y atractiva villana, no creo que quiera matarte —se lo digo en un tono divertido.

—No me digas que te gustan las mujeres sádicas... que yo sepa Ashtaria no es así.

—¿No? Solo mírala como está coqueteando con Handul: eso es ser cruel.

—No es ser cruel, Handul es su pareja, pueden hacer eso y más... Disculpa que sea tan directa.

—No, está bien, tienes razón, yo solo terminé enamorándome de la mujer incorrecta.

—¿Y para ti cómo sería la mujer correcta para enamorarse?

Su mirada curiosa es muy seductora, aún cuando no es su intención hace que levite como un idiota. De repente me sonríe y eso me permite encontrar rápidamente una respuesta.

—Quisiera poder enamorarme de ti, Neefar —se lo digo y enseguida su rostro muestra mucho asombro y está de más decir que está sonrojada, yo igual lo estoy.

—¿Q-Qué cosas dices?... No soy perfecta.

—Tal vez no seas la mujer perfecta, pero de todo lo que conozco, eres lo más cercano a la perfección.

«Es mi amiga, es mi amiga; no dañes eso, Kiharu».

Neefar está tan sonrojada que se le hace difícil responder a eso.

—Insistes en decirme cosas lindas; cuidado con enamorarte de mí .

«Neefar, espero y no sea demasiado tarde para decirme eso. Mujer creada desde la perfección, temo haberme enamorado de ti».

—¡Nos estamos acercando a Vezto! Esta nave ya está condenada, ¡es hora de salir ya! —dice Handul mientras e cha un vistazo al holograma que está en el centro de la sala.

—Hemos llegado a Vezto antes de tiempo —dice Neefar mientras difícilmente intenta levantarse.

—Ven, te ayudo —me levanto y le ofrezco mi mano para ayudarla a levantarse.

—¿Estás loco? vas a convertirme en una anciana.

—¡Ups!, ¡tienes razón!

—Neefar, yo te ayudo —es Polh quien le ayuda a levantarse.

Hemos dejado el centro de control y vamos corriendo por los pasillos de la nave. De repente nos encontramos con algunos croolers, pero como no tenemos partículas en los nanotraje nos toca golpearlos hasta aturdirlos. No es tan complicado; se aterrorizan al vernos y logramos avanzar con facilidad

Llegamos al lugar donde dejamos las naves estacionadas y cada uno empieza a entrar a la cabina del piloto.

—¿Chicos, y yo como me voy? —pregunta Klea. Recordemos que ella vino en el compartimiento de la nave de Ashtaria.

—Klea, regresas conmigo.

—Gracias, Ashtaria. Ehmm... aún no te agradezco por rescatarme en medio del espacio.

—Ya me lo agradeciste, ¿o es que lo olvidaste? Si no fuera por ti me hubiera caído al precipicio, estaba sin fuerza y próxima a caer.

—Bueno, estamos a mano —lo dice con una agradable sonrisa.

—Así es. Sabes, te vi y puedo decir que eres muy buena en batalla.

—Handul es un gran maestro —Klea lo dice mientras ve a Handul subir a su nave.

—Lo sé —le responde Ashtaria seguido de una sonrisa, parece que por fin estas dos van a empezar a llevarse bien.

Cuando todos nos preparábamos para despegar, de pronto la nave empieza sacudirse. Enseguida Handul entra en la línea de transmisión.

—Los temblores nos avisan que la nave está siendo atraída por la gravedad de Vezto. ¡Todos despeguen y salga de aquí!

Las naves despegan y mientras vamos navegando, parte de la nave de los croolers empieza a caer sobre nosotros y ahora nos toca evadirlo. Si algún trozo nos golpeara nos haría perder el control e inmediatamente nos estrellaríamos, pero resulta que somos la élite de Mikadea y fácilmente logramos salir de la nave Crooler; la última en salir es Ashtaria, quien por acuerdo también lleva a Klea en su compartimiento.

—¡Estamos fuera! —dice Ashtaria.

Ahora es cuando todo se empieza a complicar, mi nave h a empezado a vibrar y a perder fuerza. Veo a mi alrededor y no soy el único, todos estamos pasando por el mismo problema.

—¡La gravedad de Vezto es muy fuerte, activen el sistema turbo hasta que estemos lejos del peligro! —dice Kimku desde el sistema de transmisión.

Peligro...

El peligro es ese «algo» que siempre está pisándome los talones. Cada día me mantengo en su espera porque sé que en cualquier momento aparecerá para sorprenderme. Siempre se presenta con algo nuevo y me obliga a improvisar soluciones. Estoy seguro que no es algo que solo me pasa a mí y no estoy seguro si es propio de los Mikadeanos. Estar rodeado de peligro y esto es algo que aumenta significativamente cuando eres miembro de la élite que protege a Mikadea.

Estamos frente a ese tipo de peligro que hace callar a todos y que te hunde en el pánico. No te da tiempo de pensar y viene de la mano con la muerte inmediata, justo como ahora. Estamos frente a un Vezto hambriento que devora todo lo que esté cercano a él y nosotros hemos caído sobre su banquete... Cada segundo que pasa nuestras naves pierden más fuerza al ser arrastrados hacia Vezto: planeta gigante de color marrón, desde aquí puedo ver sus mortíferas tormentas con enormes ojos de huracanes. Es el tipo de lugar donde las almas oscuras y malévolas deberían vagar eternamente.

—¡Los Turbos no tienen suficiente potencia! —Handul ha gritado aterrado.

Si Handul se escucha así de aterrorizado, eso significa que estamos cercanos a la muerte y no hay forma o idea para librarnos de esto.

Las vibraciones de la nave son más fuertes, tanto que hace que algunas piezas se desarmen haciendo que todo esto se vuelve más terrorífico.

¿Qué se supone que debería hacer en los últimos minutos de mi vida?...

¿Tratas de recordar por última vez a las personas que amo?

¿Existe algún ser divino que pueda usar su divinidad para sacarnos de esto? ¡Por ejemplo Zen!, ¡por favor necesito que aparezca ya!... realmente toda esta situación me tiene muy horrorizado y de seguro todos se sienten igual, todos deben estar sumergidos en sus pensamientos. Justo ahora hay un silencio abrumador y eso da a entender que el equipo ya se ha resignado.

Giro mi rostro hacia atrás y veo a Vezto muy de cerca, incluso puedo ver la nave de Ashtaria, es la que está más cerca al planeta. Pronto estaremos entrando en su furiosa atmósfera y antes de que toquemos el suelo ya estaremos muertos producto de los cortantes vientos.

—¡¿Ashtaria, que está pasando?! ¡¿Porqué está vibrando tanto la nave?! —Pregunta Klea en un tono preocupante, la desdichada no se ha enterado de que está próxima a su muerte, estar dentro de los compartimientos de la nave le anula completa la visibilidad.

—Klea, estamos siendo tragados por Vezto...

—!!¿QUÉ?!!

—Los propulsores no fueron los suficientemente potentes para contrarrestar la gravedad, ahora no sabemos qué hacer...

—¡¡Oh…, que mierda!!

Ya hemos perdido el control de las naves y es que mientras más cerca estamos de Vezto y mayor es la fuerza de la gravedad que ejerce sobre nosotros y con esto se supone que más rápido se aproxima nuestro fin.

Si alguien no hace algo pronto todos estaremos acabados, y no solo eso, también afectaría gravemente a la misión de Tiakam. La muerte de todos los lideres estaríamos condenando a todo Mikadea a su destrucción y yo no puedo permitir eso, así que trato de buscar alguna idea con la única herramienta que tengo frente a mí, mi propia nave.... resulta que aún tengo una última opción, si esto resulta bien ellos podrían quedar a salvo.

—¡Atención, élite!, ¡necesito que todos activen su campo de fuerza! —digo eso y enseguida todos cumplen con la orden.

—¡¿Kiharu que intentas hacer?! —por el tono de voz de Brawn puedo suponer que presiente lo que está por sucederme.

Es cierto que siento miedo, incluso puedo canalizar el miedo que sienten cada uno de ellos y apropiarme de ellos, como si fuera parte de mí, es justo ese tipo de miedo que necesito sentir para convertirme en el ser valiente que todos necesitan. Enseguida cambio la dirección de la nave y viajo en dirección contraria y a toda velocidad necesito ponerme detrás de todas las naves.

—¡¿Kiharu, que haces?!— Neefar se escucha muy conmocionada.

—Kiharu... —Ashtaria lo entiende y al pasar al lado de su nave pude notar su perturbado rostro.

Solo tengo segundos para hacer mi próxima movida; así que ya estando detrás de todos, giro la nave, pongo la mira sobre ellos y aprieto el botón C87 para disparar un gran cañón de plasma y golpear el campo de fuerza de cada uno de ellos. Los veo alejarse de mí mientras yo soy atraído a gran velocidad hacia Vezto.

—¡¡Kiharu!!

«¿Lo hice bien, Neefar? Te prometí que iba a protegerte y por fin estoy cumpliendo mis palabras. Espero y puedas disculparme por todo ese dolor que te haré sentir con mi ausencia. Ya no podré continuar a tu lado».

Partes importantes de la nave se están desprendiendo, veo como salen volando los propulsores de la nave y varias láminas metálicas. Siento que mi ritmo cardíaco se está acelerando y seguido de un insoportable dolor de cabeza, es muy doloroso y a la vez gratificante porque sé que ellos aún pueden vivir.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.