Zenfrex - El Poder De Mantenerte Con Vida

36. De regreso a la nave nodriza

Una fuerte luz me trae de regreso, intento abrir los ojos, pero su brillo me lo impide, puedo escuchar claramente las voces de Klea y Neefar; ¿creo entender que aún sigo con vida? Lo último que recuerdo es ser tragado por Vezto, para mí todo estaba perdido, pero al parecer algo pasó y ahora me encuentro aquí... Hay algo diferente en el ambiente, me siento atraído por una fuerza extraña a mi entendimiento.

 

—Me siento algo asustada. No quiero tocar algo y provocar la aniquilación de mi raza —es la voz de Neefar.

 

—Comprendo, solo procura seguir usando tu guante —dice Klea, y pues..., yo no comprendo de que están hablando.

 

Logro abrir mis ojos y me encuentro frente a una enorme lámpara incandescente, estoy acostado sobre una camilla, con vendajes y gasas sobre las cortadas de mi cuerpo. Presiento que Neefar me ha salvado la vida nuevamente, la veo de espalda, se está despidiendo de Klea y también veo que aún sigue usando el lazo negro que le regalé, lo lleva amarrado a su cabello como de costumbre.

 

Me levando de la camilla, camino hacia ella y así la sorprendo frente a frente.

 

«Neefar, tus ojos son igual a los míos, pero en otro color. Toda esa atracción que siento viene de ti, me atrae todo ese poder que llevas contigo».

 

—Neefar, eres igual que yo..., lo puedo sentir.

 

—¡Kiharu!, ¿estás bien?

 

—Sí —sostengo su rostro desde sus mejillas mientras fijo mis ojos sobre los de ella—. Ahora dime, ¿qué pasó contigo?, explícame por qué estás así, y por qué sigo con vida.

 

—Soy igual que tú.

 

—¿Tienes un poder al igual que yo?

 

—Sí, tengo el poder de una singularidad, específicamente el de la materia transparente... Puedo crear puntos gravitatorios usando mi mano derecha, así logre atraerte a mí —se ha sonrojado.

 

—¿Cómo fue posible? ¿Por qué?

 

—¿Por qué?

 

Se ha quedado en silencio, sé que debe haber un motivo muy fuerte, así como cuando yo me resigné a perder a Ashtaria.

 

—Porque no quería perderte, porque tenía que alcanzarte; eres mi gran am-amigo.
 

Hace que sonría al sentir todo ese aprecio que nace de ella.

 

—Gracias, me has vuelto a salvar la vida, Neefar.

 

Por lo menos me permite abrazarle, ambos lo hacemos como si tratáramos de mezclar nuestra piel, y siento que no quiero desprenderme de ella.

 

—Estabas muy asustada, ¿verdad? —lo digo mientras sigo abrazándola.

 

—Sí, pero algo dentro de mí me decía que aún podía traerte de regreso, por tal razón tuve fe y fui escuchada por Ran.

 

—Así que se llama Ran —dejo de abrazarla para sostener sus manos—. No me alcanzará la vida para agradecértelo, Neefar.

 

—Estás vivo, con eso me basta —lo dice y enseguida me cautiva con una cálida sonrisa.

 

—¡Espera un momento! —lo digo muy impresionado, es que acabo de recordar que esta chica tenía una enorme cortada en su mejilla, pero no la encuentro.

 

—¡Ja!, ¡no tengo la cortada! —me lo dice con un desborde de felicidad.

 

—¡Es increíble, no se ve nada!

 

—Sí, supongo que fue el poder de Ran.

 

—No.

 

—¿Eh?

 

—Recuerda que cuando yo obtuve el poder de Zen aún tenía una cortada en mi costado, incluso tu misma me llevaste a la enfermería antes de subir al podio.

 

—Tienes razón, recuerdo eso. Tú no sanaste.

 

—No, aún tengo la cicatriz —se lo digo mostrándole mi cicatriz—. ¿Será que tiene que ver con el Zenfrex que te di?

 

Tan rápido y sin pensarlo, Neefar toma una cuchilla de su equipo quirúrgico y se hace una pequeña cortada en la palma de su mano.

 

—Tal como pensaba... El Zenfrex se maduró instantáneamente con el poder de la singularidad, mira, he sanado.

 

—Neefar, el Zenfrex te ha dado poderes regenerativos. Es increíble, esto podría hacerte inmortal.

 

—Esto es a lo que refiere Zen con «aumentar la etapa evolutiva», te da poderes extraordinarios... ¿Sabes lo que significa esto, Kiharu?

 

—Sí, en manos equivocadas un Zenfrex puede ser muy peligroso.

 

Neefar ha terminado de revisarme y ahora ambos salimos del laboratorio médico, el grupo de la élite me reciben muy animados.

 

—¡Kiharu!, ¿Estás bien? —Ashtaria me saluda con un gran abrazo y yo no puedo evitar abrazarla. Esta mujer con solo poner un dedo sobre mí hace que me desestabilicé. Se ve ilesa, es un alivio saber que ella ha regresado a salvo.

 

—Me alegra verte como si nada, Kiharu. Todos llegamos a pensar que el poder de Neefar le fue heredado por tu muerte.


—Estoy vivo, Kimku —le sonrío mostrando mi dentadura—. Los poderes de Neefar son propio de ella, yo tengo el mío.

 

—¿Los? —pregunta Brawn.

 

—Sí, Brawn, al parecer el Zenfrex que me dio Kiharu me dio habilidades regenerativas, pensé que mi cortada había desaparecido al recibir mi singularidad, pero no, fue el Zenfrex.

 

—¿El Zenfrex da poderes? ¿Por qué yo no tengo poderes, Kiharu? —pregunta Ashtaria algo confundida.

 

—Porque lo usé para revivirte, supongo que si ahora te doy un Zenfrex, seguramente lograrás evolucionar tus habilidades.

 

—Dame el Zenfrex que tienes guardado, sé que te queda uno —Handul pide muy serio.

 

—Es mío. Lo usaré para alguna emergencia.

 

—Puedes conseguir otro cuando te dé la gana —trata de arrancarme la cápsula de compresión que tengo en mi cinturón, pero yo se lo impido.

 

—¿Conseguir otro? ¿Cómo?, ¿matando a alguien? Lo siento, es inaceptable —esa fue mi respuesta y Handul la ha odiado; lo sé porque ha sonreído de forma cínica—. Los Croolers fueron lanzados contra Vezto, ¿de dónde sacaré más Zenfrex?, no le quitaré la vida a seres inoce...




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.