Zenfrex - El Poder De Mantenerte Con Vida

45. Trox, el de Yowta

Dioses, ellos creen que somos dioses. Es normal, ya que para ellos somos algo inexplicable, somos una rareza que jamás podrían haberse imaginado y hacemos cosas que son imposibles para su normalidad.  

Hubieron muchas órbitas en Mikadea donde se creyó en la existencia de los dioses, nuestras mentes sintieron la necesidad de creer en algo más grande que nosotros, nos aterraba la idea de que fuéramos nosotros los más capaces en el mundo, temíamos al hecho de no tener a un ser tan fuerte que pudiera sacarnos de apuros, tenía que existir ese algo superpoderoso que nos protegiera, que nos salvara del peligro, esa última esperanza bajo todo el mal; inventamos varios dioses de ese tipo. 

Volteo a ver a Neefar y me la encuentro tan iluminada, con una gran sonrisa y unos ojos azules tan neones que reflejan mucha fascinación. 

—Somos idolatrados, Kiharu. ¿Está mal que me sienta poderosa e inmortal? 

—Me siento de la misma manera, Neefar —me doy vuelta y observo a mi alrededor—. Míralos, Neefar. Son ojos de esperanza, creen y confían en nosotros —vuelvo a buscar el rostro de Neefar y quedo atrapado en su sonrisa… Sin poder detenerme llevo mis manos a su rostro y lo acerco hasta pegar nuestras frentes—. Todas las razas que conocemos siempre tratan de matarnos, pero ellos son diferentes, ellos nos quieren. 

Una sonrisa de Neefar así de cerca es tan irresistible, siento tantas ganas de besarla.  

—Lo sé, amo todo lo de este planeta —Neefar me susurra, me desquicia. 

¡Vamos, Kiharu, calma tus impulsos!, le prometí no intentar nada. 

«Neefar, cierro mis ojos porque me resulta muy tentador aferrarme a tus labios y si llegara a encontrarme con tus ojos podrías derretir mi alma, prefiero solo sentir tu respiración en mis mejillas y deleitarme con el tono de tu voz». 

—Neefar, estoy poniendo mucho esfuerzo para separarme de ti, pero no puedo. 

—Kiharu, por favor, debemos mantener distancia. 

—No puedo, en serio, esto es muy fuerte —sus pasos retroceden y yo avanzo en ellos.  

No sé hacia donde nos llevará esto, mi corazón está muy acelerado al igual que el de ella, la tengo presionada en mi pecho, puedo sentir sus latidos y su irregularidad al respirar. 

«Esto es diferente a cualquier cosa que pude haber sentido antes, esto me tiene temblando de pura desesperación y esos cosquilleos en mi estómago producen felicidad». 

—Kiharu... —un tropiezo la interrumpe y nos hace caer sobre una pequeña montaña de pasto seco que se levanta con el impacto, la tengo de bajo de mí, y sobre nosotros, el pasto empieza a caer. 

—Tu cabello se ha llenado de pasto seco —le sonrío enternecido y nuestros labios están a punto de hacer contacto. 

¡¡MALDICIÓN!!... ¡¿PERO QUÉ...?!  

Algo o alguien impacta sobre nosotros tomándonos por el cuello, y a gran velocidad va arrastrando nuestros cuerpos sobre el suelo de Tiakam, no puedo respirar, ni siquiera puedo abrir los ojos por el polvo que vamos levantando. En eso, se me ocurre cubrir mi cabeza con el casco y activar el modo ataque de mi traje, desde mi espalda se crean dos extremidades metálica y las uso para tomar al atacante por el cuello. 

Aprieto con fuerza, logro desestabilizarlo provocando que suelte nuestro cuellos; ahora cada uno ha salido disparado en diferentes direcciones. 

Al recomponerme y levantarme del suelo me veo en medio de un gran campo, rodeado por un monte que alcanza hasta mis hombros, es difícil moverse aquí y poder encontrar a Neefar en un lugar como este, necesito pensar rápido, debo protegerla.  

—¡¡Neefar!! —grito su nombre entre respiraciones agitadas mientras voy cortado la hierva con las extremidades de mi nanotraje . 

Esa arrastrada me ha costado un rostro raspado, puedo sentir como arde mi mejilla derecha y cómo la sangre se desliza hasta gotear en mi mentón. Eso que nos atacó es muy peligroso, debe tener algún tipo de propulsores avanzados como para poder moverse a esa velocidad.  

¡Maldición! Necesito encontrar a Neefar. 

Doy un gran salto y soy atrapado en el aire por ese ser sumamente veloz, me tomó del cuello y, volando por encima del campo, ya cuando está perdiendo altura, me lanza contra el suelo. Al estrellarme, el dolor hace que me queje, es que me ha lanzado con una gran fuerza que ni el nanotraje podría salvarme de eso; esa bestia no es fácil de lidiar. 

—¡Kiharu! —es la voz de Neefar, me ha encontrado. 

—¡Neefar!, me encontraste..., gracias —me ayuda a levantarme del suelo, ella parece estar bien. 

—¡Qué momento más conmovedor! —es una voz desconocida—. ¡Lamento haber arruinado su momento romántico! —la voz parece provenir de diferentes partes—, pero es que, ¡encontrar a dos singularidades en un mismo lugar es una ganga! 

«¡¿Qué dijo?!... ¿Singularidad?... Es alguien igual que nosotros, ni siquiera he podido ver su rostro». 

—¡¿Quién eres?! ¡¡Muéstrate, cobarde!! —grito furioso. 

—¡Mi nombre es Trox! —sigue usando su velocidad—. Tengo el poder de una singularidad, la singularidad del espacio-tiempo. 

Esto es muy problemático, eso se escucha como un gran poder. 

—¡Ven, hablemos! ¡Dime qué quieres! —grito al cielo. 

Entonces se digna en aparecer, nunca había visto a un ser como él: su piel es bastante oscura, ojos amarillos neón, no tiene cabellera y es casi de mi estatura, su ropa blanca se amolda a su robusto cuerpo y tiene unas botas metálicas que parecen ser bien pesadas. Viene acercándose..., así que, de inmediato todos entramos en modo defensa. 

—Soy del planeta Yowta..., también me sorprende verlos a ustedes, es primera vez que me topo con alguien de su raza. 

—Somos del planeta Mikadea. ¿A qué planeta le llamas Yowta, a este o a otro? —pregunto aún en defensiva. 

—No, este planeta no es Yowta, mi planeta está a millones de años luz de aquí. 

—Eso es mucho, ¿Cómo llegaste aquí? 

—Solo puedo decirte que puedo moverme a través del tiempo y el espacio, ahora estoy aquí y en un segundo puedo estar en algún otro punto del espacio que conozca. 

—¿Conocías este planeta? 

—No, es un lindo planeta, la hermosura de lo primitivo… Es primera vez que llego aquí. 

—Entonces…, ¿cómo nos encontraste? —Neefar le exige que dé más detalles, que aclare. 

—Rastreando sus potencias de atracción, veo que desconocen que cada singularidad se atrae entre sí.  

—¿Potencia de atracción? —lo pregunto rápidamente y busco la mirada de Neefar, sé que eso pudo haberle devastado. 

—Encontrar a un portador de singularidad es difícil, pero encontrar a dos portadores es más fácil. Cuando dos portadores permanecen juntos sus potencias de atracción van aumentado, se van mezclando y forman una única potencia que llega a millones de año luz. 

—Esto no puede ser cierto... —Neefar está impactada, su rostro demuestra que le lastima toda esa información.  

—Sí que lo es, guapa. No creas que lo que ambos sienten es amor o algo por el estilo, es solo potencia de atracción, mientras más tiempo estés cerca de él, más crecerá tu potencia y más vas a ser deseada por él... Justo ahora no tienes idea de lo mucho que te deseo, linda. 

—¡¡Ya cállate!! —grito furioso y sumergido en todo esa cólera que solo había experimentado al ver morir a Ashtaria, toda esa furia ha regresado por un único motivo...  

«No quiero perderte, Neefar». 
 




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