Zenfrex - El Poder De Mantenerte Con Vida

61. El dios de Tiakam

Tiakam ha recorrido la mitad de su orbita, la temperatura se está elevando y nuestros cuerpos exigen refrigeración inmediata, esto es demasiado para nuestras raza, pero debemos resistir todo lo que esta naturaleza nos presente. Por lo menos, el suave viento ayuda un poco a mantenernos frescos, el bosque por completo es refrescante, este ha sido un buen lugar para llevar a cabo un mis planes, hemos construido el templo en una ruta por donde transitan algunos Tiakamitas, ya varios de ellos nos han encontrado; estoy preparado para convencerles de que soy su dios, que puedo darle todo lo que me pidan siempre y cuando cumplan conmigo.

 

Mandé a Polh al asentamiento para que buscara a Nod, es hora de que él le explique a su pueblo quien soy yo y que cosas espero de todos ellos. Justo acaba de llegar en su nave, desde aquí abajo puedo ver el rostro asustado de Nod, es la primera vez que su primitivos ojos observan este mundo desde esas alturas.

 

La nave de Polh baja por completo y permite que Nod baje de ella dando un gran salto.

 

—Y dime, ¿Cómo se lo quitaste a Ashtaria?

 

—Ashtaria no estaba con Nod, él andaba solo por los alrededores del asentamiento.

 

—¿Y que hacía ella?

 

—La verdad, no sé…

 

—¡Muerto! —le interrumpe Nod —… Taira.

 

—Creo que Taira es Ashtaria —me dice Polh.

 

—Y muerto es Kiharu —agrego.

 

—¡Kiaro, Kiaro!... sí —aclara emocionado por nuestro entendimiento.

 

—Kiharu es maligno, Nod —le habló con seriedad—. No permitas que Ashtaria este cerca de Kiharu, él es el mal de este mundo, hace daño a todos los que le adoren, todo aquel que le siga terminará quemado, arderá en el fuego por siempre.

 

Polh intenta reprimir una carcajada, pues el rostro del Tiakamita nos deja claro que se ha creído todo el cuento, es muy ingenuo, fácil de controlar, y eso me agrada.

 

—Pero no te preocupes, Nod, porque yo soy el bien, puedo protegerlos de Kiharu, puedo darles todo lo que me pidan, siempre que crean en mi. Para demostrar la fe que me tienen, solo necesito de algo. Deberán sacrificar tres almas diariamente —señaló la construcción del templo—, aquí es donde podrán encontrarme todos los días, cuando la gran estrella esté por ocultarse estaré esperando los tres sacrificios en la cima de ese templo. Solo así puedo darles todo lo que ustedes necesiten, si no recibo los sacrificios, el mal de Kiharu podrá alcanzarle, serían muchas maldiciones sobre su aldea.

 

—¡No mal, sí bien!

 

—Ve con tu pueblo y háblales de mí —volteo a ver el templo y luego regreso mi mirada hacia él —… Y nada de hablar de este templo con los míos.

 

Nod le da un último vistazo a la construcción del templo y luego sale corriendo perdiéndose entre los árboles del bosque.

 

Todo va tal cual lo planeado.

 

La jornada de trabajo a culminado con éxito, el templo fue terminado en tiempo récord, hay que aceptar que Polh es asombroso.

 

Ya todos los obreros se retiran, regresan al asentamiento para lograr descansar y así volver a trabajar cuando la estrella baje su intensidad. Dormir con estas calores es insoportable, pero necesario, solo así recuperaremos las energías necesarias para continuar trabajando en la misión.

 

Al llegar al asentamiento la encuentro a la distancia.

 

—Ashtaria…

 

Está sentada bajo las sombras de un árbol y en el borde de un pequeño barranco que está aledaño al asentamiento… Se ve algo pensativa.

 

Ni la atracción que me produce este poder, ni nada en este mundo puede apagar mis sentimientos, porque lo que estoy sintiendo por ella ha sido verdadero… en cambio, ella solo ha sabido mentirme todo este tiempo.

 

¿Lo que siento, tan siquiera puede entenderlo?... Acepto que puedo ser muy nocivo cuando me enamoro de alguien, pero esta es la única forma que conozco.

 

—¿Estas esperando que regrese Kiharu? —le pregunto mientras voy acercándome a ella.

 

—¿Por qué debería responder eso? Entiende que no quiero entablar conversaciones contigo, así que mantén tu distancia.

 

Desde la parte baja del barranco levanto la mirada y le pregunto:

 

—¿Vas a confesarle tus sentimientos a Kiharu?

 

—Déjame tranquila, Handul. Ya lárgate de una maldita vez.

 

—Kiharu y Neefar están juntos, nada puedes hacer, él parece estar enamorado de ella.

 

Ashtaria salta del barranco y cae frente a mí, su nariz están muy cerca de la mía y sus ojos me miran de manera intimidante.

 

—Solo quiero asegurarme de que Kiharu no salga corriendo para matarte en su primer segundo de vida.

 

—¿Te preocupas por él o por mí? —le sonrió con descaro.

 

—Aquí el del superpoder eres tú.

 

—Cierto que te crees su protectora.

 

—Se supone que íbamos a cuidarnos entre nosotros, eso fue lo último que nos pidió mi madre, y tú como que lo has olvidado.

 

Choca su hombro al pasarme a un lado y me deja solo bajo el barranco, recordando aquella invasión donde vi morir a mi madre y a la de ella, y no me gusta pensar en eso, porque sé que les he fallado y eso me hace sentir tan miserable.

 

Entro a mi recámara, cierro la puerta con seguro y me alisto para dormir, en unas cuantas horas la alarma sonará y tendré que levantarme para seguir con la misión. Una vez que termine esta misión seré coronado como el próximo rey de Mikadea.

 

El retumbar de los tambores hace vibrar los ventanales de los edificios que yacen en el centro de Mikadea, este es el sonido de la posesión del trono, y yo no estoy en él, es mi hermano quien luce el singular atuendo propio de esta ceremonia, junto a él está mi madre y es escoltado por la élite, mi padre es quien levanta sobre su cabeza la nueva corona de cristal y platino. Yo no estoy en mi propia pesadilla, y aún así me mortifica.




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