Zenfrex - El Poder De Mantenerte Con Vida

64. Una solución para un problema

Hace un rato que Neefar volvió a contactar a la elite para cancelar su solicitud de refuerzos, ya la situación se ha calmado, los mineros y la fuerza armada empiezan a despejar la zona minera, ambos permanecemos sentado sobre el césped mientras les vemos regresar al asentamiento, la busco con la mirada y la observo contemplar el cielo nocturno, con su rostro levantado toma un gran respiro, su expresión melancólica me deja claro que está extrañando Mikadea.  

—Dice Ashtaria que entre esas dos estrellas está nuestro hogar —Neefar señala tres estrellas alineadas—, la que está en el centro es la gigante roja.  

—No me había percatado de la rareza que hay en este cielo, esas tres estrellas tiene un brillo muy parecido, como si hubieran nacido de una misma madre, parecieran compartir vida.  

—Es cierto —se sonríe, sus ojos neones parecieran brillan aún más cuando disfruta del paisaje estelar. 

—Desde aquí la estrella de Mikadea se ve hermosa.  

—Si los Tiakamitas logran evolucionar como razas, de seguro que en algún momento se les ocurrirá darle un nombre a nuestra estrella.  

—Si ellos evolucionan… —me quedo pensativo, trato de acomodar una idea que, de seguro, solucionará nuestros problemas.  

—¿Qué paso, que piensas? —me pregunta algo extrañada.  

—¡La solución!... ¡Esa es! —quedo de rodillas frente a ella, y le tomo de las manos mientras le sonrío.  

Neefar igual me sonríe, en sus ojos puedo notar que acaba de descifrar mi idea, y parece encantarle.  

—¿Quieres que usemos los Zenfrex para evolucionar a los Tiakamita?  

—Sería lo ideal, ahora mismo los Tiakamitas no tienen la capacidad intelectual como para realizar los trabajos de los minero, pero si los evolucionamos, ellos podrían entender y acatar ordenes. 

—Pero…—su rostro a cambiado, algo no le agrada—, eso sería como esclavízalos, no deberíamos aprovecharnos de ellos.  

Sostengo sus mejillas y conecto con sus ojos.  

—No vamos a esclavízalos, podemos darles algo a cambio de su trabajo —dejo de sostener sus mejillas luego de caer en cuenta sobre otro inconveniente—… El problema es que no ponemos entendernos entre raza… ¡Maldición!  

Vuelvo a sentarme a un lado de ella y termino recostado sobre el césped, dando un gran suspiro hacia el cielo. 

—Tranquilo, ya nos podemos entender —al escucharle decirlo, volteo la mirada buscando su rostro, ella me está sonriendo, y ahora creo que hay algo que yo no sé…  

—¿Cómo es eso posible?  

—Brawn logró terminar el aparato de conexión vocal, la cirugía y todo los procedimientos de implantación que hicimos fuer un éxito, todo salió bien.  

Esa es la sonrisa que provoca un completo alboroto de latidos en mi corazón, esa serenidad con la que da las buenas noticias me hace suspirar como un tonto. Enseguida me levanto del césped hasta quedar sentado a un lado de ella, acercamos nuestros rostros mientras mis dedos empiezan a jugar con su ondulado cabello.  

—Tu increíble belleza es lo menos interesante en ti —le digo y de inmediato se sonroja—, eres una mujer de admirar, Neefar. 

Sus labios sobre los míos se siente tan suave y tan cálido, con cada beso puedo sentir lo mucho que me ha extrañado, sus labios se mueven lento, como si deseara que nunca termine, lo disfruta con temor de que fuese el último. 

9 deja de besarme y luego se levanta del césped: 

—Quedé en reunirnos con la élite para ver posibles ideas al problema en las minas —Extiende su mano y me ayuda a levantarme.  

—¿Qué tal si, antes de ir a la reunión, los analizamos solo tu y yo en mi habitación? —le propongo mientras la abrazo por la cintura.  

—Estas disfrazando una propuesta… —me sonríe viéndose algo coqueta.  

¡Me excita ese lado coqueto!... Su mirada no puede descartar su timidez, su sonrisa atrevida le da ese grado de sensualidad que solo ella podría lograr, ella me encanta por donde sea que la mire.  

Ambos activamos la zona de abducción de las naves, nos posicionamos en el centro de la zona señalizada, y de inmediato somos transportados al interior de la cabina. De inmediato activo los controles y conecto con el sistema de transmisión.  

—Ya vamos saliendo de la zona minera, nos vemos en un minuto en la sala de reuniones del Dominio Élite. —envío el mensaje a toda la élite.  

Agrego las coordinadas del asentamiento, y enseguida las naves se ponen en marcha; no demoramos cuando, en pocos segundos, llegamos al Dominio Élite.  

—¡Kiharu, te extrañe, maldito! —es la voz de Klea, volteo la mirada tras mi espalda, y la veo subir las escalinatas corriendo de manera atlética.  

—¡Mi loquita! —le extiendo los brazos y ella se abalanza haciéndome perder el equilibrio—… ¿Pendeja, me quieres muerto otra vez? Podría haber rodado por las escaleras.  

—Aquí está Nee, nada podría pasarte —va y abraza a su amiga, Neefar igual le abraza con mucha alegría.  

—Es verdad, con mi poder podría levitarte. 

—Tendrías que usar mucho poder, se nota que le pesa  —es la voz de Ashtaria, al encontrar su rostro, de inmediato me sonríe de manera burlesca. 

—No exageres, mi trasero no es tan grande—le digo sonriente. 

Klea curiosea sin discreción. —Concuerdo con Ashtaria. 

Las tres chicas se echan a reír, pues para ellas le resulta divertido hacerme sonrojar. 

Los cuatros caminamos hacia la sala de reuniones, al llegar abro la puerta, le doy paso a las chicas, y al entrar nos encontramos con Brawn, dejándose ver como el chico solitario que es, al parecer ha estado esperando mientras lee una tableta electrónica, muy raras veces se le encuentra acompañado de alquien. 

—¡Kiharu, bienvenido! —levanta sus ojos y luego los regresa a la tableta electrónica—. Me alegra verte con vida. 

—Gracias, Brawn —todos nos sentamos alrededor de una mesa ovalada—. Vi el excelente trabajo que hiciste con los rieles.  

—Sí, pero por lo que me dijo Neefar, los mineros dañaron varias de ellas, tocará repararlas.  

—Si… —Neefar y yo respondemos unísonos y en tono deprimente.  

Unos pasos se escuchan entrando en la sala, volteo la mirada hacia la puerta y mis ojos encuentran a Handul, Kimku y Polh. 

—Es como si esos desgraciados no quisieran salvar su planeta —Handul viene chispeando relámpagos. 

—Handul, luego de salir de aquí, tu yo tenemos un asunto pendiente… —digo sintiendo mucho desprecio hacia mi hermano, y él solo me sonríe con cinismo.  

—Antes, me gustaría hablar contigo, Kiharu —Ashtaria usa un tono serio, es obvio que no va a permitir que le haga daño a mi hermano. 

—Bien, Ashtaria. Hay cosas que debes explicarme.  

No había notado lo Incómodo que se ha tornado el ambiente entre los presentes, Kimku y polh se miran entre ellos como si presintieran que algo más ha pasado entre nosotros tres, Brawn ha agachado la mirada como en todas las ocasiones en que de siente incomodo, Klea se le queda viendo a Neefar, pues su amiga… se ve algo enojada.  


 




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