73. La historia de Yowta

No estaré tranquilo sabiendo que Ashtaria podría estar en peligro de muerte, y menos ahora que no tengo el poder de Zen conmigo. Si la pierdo la perdería para siempre, porque estoy seguro que Handul no hará nada para regresarle la vida, y menos cuando ella le ha dejado claro a todos que ha odiado regresar de la muerte.

Ashtaria va caminando directo hacia Trox, parece haber comprendido su nuevo poder de invisibilidad, pues ahora Trox puede verla, cosa que hace un par de segundos no era posible.

Estoy por creer que, luego de consumir el Zenfrex, este da un poder relacionado con lo que más se anhele en el momento, así como pasó con Neefar, su deseo más latente en aquel instante era poder sanar la herida en su rostro, y de aquel deseo nació su poder —el regenerativo—. Pasó igual conmigo, mi afán por actuar rápido frente a la tortura que enfrentaba Ashtaria, necesitaba llegar rápido hasta ella, y así fue como el poder de super velocidad llegó a mí. Y ahora Ashtaria, quien ha consumido el Zenfrex, ha obtenido un extraño poder, parece que ella puede hacerse invisible y también puede hacerlo con las personas que ella quiera, su mayor prioridad en ese momento era desaparecernos de la vista de Polh, y de ahí salió su poder.

—Primero le dices a Handul que en el futuro has visto su muerte… —Ashtaria se detiene frente a Trox con mucha valentía, con el rostro levantado y de forma retadora—, ¿y ahora regresas diciendo que en ese mismo futuro viste la mía? ¿A quién quieres engañar? Está claro que estas mintiendo, solo quieres aprovecharte de los miedos de las personas.

—Acepto que he engañado a Handul, y lo hice solo para que recolectara los Zenfrex para mí. Sobre tu muerte, te estoy siendo sincero cuando te digo que no estoy seguro si Kiharu llora por ti o por alguien más, pero por aquel rostro en agonía que llegué a ver en él, puedo suponer que sí eres tú, pues hasta grita tu nombre —entierra su espada en el suelo y se apoya en ella—… Ojala pudiera ver cada detalle del futuro, pero no puedo, solo puedo presenciar cortos momentos.

—Pues ya no le tengo miedo a la muerte, Trox.

—Si no temes a la muerte, entonces no le temes a nada. ¿La vida ha sido muy dura contigo?

Ashtaria se sonríe con cinismo y luego bufa frente al rostro de Trox.

—Dime, ¿Para qué quieres el Zenfrex? —ella le pregunta.

—Para evolucionar a mi raza.

—Claro, es lo mismo que le dijiste a Handul, o sea, más mentiras…

—Ese detallito de la historia si es cierto…, y por lo que llegué a ver en el futuro, tu y Kiharu tienen el mismo interés que yo.

—¿A qué te refieres? —Ashtaria pregunta arqueando una ceja.

—Ustedes quieren evolucionar mi raza, a los que ustedes han nombrado: Tiakamitas.

Aquella revelación hace que mi cuerpo se erice por completo, que Ashtaria pierda la concentración y que Trox pueda verme parado atrás de ella, parece que no esperaba encontrarme aquí, trata de parecer no importarle y de inmediato regresa la miradas hacia Ashtaria.

—¿Qué estupideces dices, Trox? A simple vista se puede ver la diferencia que existe entre las dos razas.

—Sabes a lo que me refiero, Ashtaria.

—No…

—Esta es la única oportunidad que tengo para preservar la raza de Yowta, somos una raza que está en peligro de extinción y, al igual que ustedes, mi equipo está encargado de preservar la existencia de su raza.

»Nuestra misión es sembrar la vida de esta raza en otro planeta, ya que Yowta empezó a convertirse en un lugar inhabitable para los seres vivos que habitaban en ella. La atmósfera Yowta fue contaminada producto de unas armas químicas que fueron detonadas durante una antigua guerra interna. Luego de aquel suceso nuestra única esperanza de vida era encontrar un nuevo hogar, y este planeta fue el mejor candidato que pudimos encontrar; lastimosamente, para cuando llegamos aquí, los Crooler ya habían habitado el planeta con sus horripilantes y primitivas bestias reptilianas.

—¿Enemigo de los Crooler? Qué coincidencia… —se sonríe de medio lado.

—¡¡Ashtaria, no le hagas caso, trata de engañarte!!

—Sí, esos malditos llegaron primero, así que nuestra próxima acción era deshacernos de ellos. Estos seres eran unos monstruos difícil de combatir, en aquel momento nos retiramos, y durante mucho tiempo planeamos su extinción. Años después regresamos a este sistema estelar y, mientras cruzábamos el cinturón de asteroides, desde nuestra nave nodriza lanzamos un pequeño disparo contra una de las rocas, con el único propósito de desviarla y estrellarla contra este planeta. Tenía que parecer un accidente cósmico, no queríamos iniciar una guerra entre razas, pues aún no nos reponíamos de la anterior. Para nuestra desgracia, los Crooler tenían a un portador de la singularidad, uno que podía viajar a través del tiempo espacio, él vio el futuro y de algún modo supo quienes eran los responsables de aquel acto.

Las palabra de Trox suenan tan real, es increíble lo bien que le sale mentir, aquella historia fue tan fluida, de seguro la estuvo planeando desde antes.

—No podemos creerte —voy caminando hacia él, quedando delante de Ashtaria y frente a Trox—… ¿Sí recuerdas que querías matarme para quedarte con mi singularidad?

—¿Cómo no querer matar al último rostro que veo al final de mi futuro?... No sabes cuantas veces he viajado entre las diferentes líneas del tiempo solo para encontrar una donde yo no muera, he creado nuevas líneas, y aún así en todas ellas sigues apareciendo en mis últimos segundos de vida —Trox me observa con desprecio, con rencor y con unos ojos llenos de cólera—. Cada vez que viajo hasta ese punto de mi futuro veo mi sangre salpicada en tu cara y mi espada en tus manos… Tenía que matarte antes de que tu lo hicieras conmigo...