Zenfrex - El Poder De Mantenerte Con Vida

78. Frente al infiltrado

Estamos a punto de perder a dos miembros de la élite, y esta vez no será a causa de Trox, son los Croolers quienes están dispuestos a deshacerse de cada uno de nosotros con tal obtener las reservas de Zenfrex. En estos momentos Klea y Kimku están custodiando el acceso al almacén de Zenfrex, pero algo me dice que uno de ellos está en problemas; me cuesta admitirlo, pero… lo más probable es que el haya sido suplantado ya esté muerto, y si hablamos de una decapitación entonces le habremos perdidos.

 

Neefar da media vuelta y sale corriendo mostrando un rostro sumamente angustiado; yo le sigo los pasos, le veo agregar comandos en el brazalete mientras continúa su camino rumbo a las afueras del asentamiento. No pienso dejarla sola, así que corro tras ella para cuidar su espalda e inmediatamente empiezo a ingresar comandos en mi brazalete para hacer el llamado a una de las naves de la fuerza armada.

 

Un par de segundos le toma llegar a ambas naves, ambos activamos la zona de abducción e ingresamos a la nave, agregamos las coordenadas y nos ponemos en marcha.

 

—Kiharu, caigámosle de sorpresa, dejemos las naves en un lugar que no les sea visible.

 

—No creo que sea necesario. Ashtaria debe tenerlos entretenidos en estos momento, de seguro está repartiendo golpes a diestras y siniestras.

 

—Cierto… Solo espero y todos estén bien.

 

Al llegar al lugar, lo primero que hago es inspeccionar los alrededores del almacén de Zenfrex, desde aquí puedo ver a Ashtaria y a Kimku, están teniendo un duelo contra cinco Crooler y contra… ¿Klea?... Que Klea sea una de las oponentes me asusta tanto que hasta me hace sentir un mi ritmo cardiaco muy elevado.

 

No me permito perder un segundos más y activo el sistema de evacuación desde el centro de control, al instante aparezco bajo la luz que caracteriza a la zona de evacuación que está debajo de la nave. De repente, a un lado mío se ve alumbrada la zona de evacuación proveniente de la nave de Neefar, ella aparece bajo la luz y de inmediato sale corriendo en dirección hacia donde están batallando Ashtaria y Klea. Puedo llegar antes que Neefar, así que lo primero que hago es entrar en modo ataque, utilizo mi poder de supervelocidad para ir a ayudar a Ashtaria y a Kimku, y mientras voy hacia ellos empiezo a crear tres extremidades metálicas tras mi espalda; soy letal, con gran facilidad empiezo a tumbar la cabeza de cada uno de los Crooler, cuatro decapitados en un segundo, uno de ellos logra escapar al transformarse en un ser vivo de cuatro patas y colmillos largos. Mi veloz recorrido culmina frente a aquella usurpadora que tiene el rostro de Klea…, una que derrama sangre color verde… Su perfecto parecido logra que el cuerpo se me tensione, se me dificulta blandir mis extremidades metálicas contra su cuello, y eso lo aprovecha ella para darme un fuerte puñetazo en el rostro, pierdo el equilibrio y termino cayendo sobre el suelo.

 

¡Maldición! Sí que tiene mucha fuerza… Al parecer esta nueva raza de Crooler es más fuerte y más ágil que la que conocíamos en Mikadea.

 

—¡Somos tres contra uno, jamás ganarás! —es la voz de Ashtaria. Volteo a verla y la veo venir hacia mí junto con Kimku, pero antes les detengo levantando la palma de mis manos frente a ellos… Este duelo es mío.

 

Regreso mi atención hacia los ojos violetas que caracterizaban a mi amiga, son tan hermosos como los de Klea.

 

—¡¿Por qué no muestras tu verdadera forma?! —le grito mientras sigo tumbado en el suelo.

 

—Porque me conviene usar el cuerpo de la difunta…

 

Sus palabras provocan un estallido dentro de mi corazón, me da valor para levantarme del suelo e ir contra ella; blando una de mis extremidades contra su cuello y, justo en aquel momento en el que intento cortarle, siento como el metal se estremece por completo hasta romperse en varios pedazos, haciéndome perder una buena cantidad de nanopartículas.

 

—¡Mierda, no le hice nada! —grito con amargura al no encontrar ni un solo rasguño en su cuello.

 

—¡Kiharu, su piel es impenetrable! —me grita Ashtaria.

 

—¡Ella ha consumido un Zenfrex! —agrega Kimku.

 

—¡¡¿Por qué no lo dijeron antes?!! —grito enfadado.

 

Aquella usurpadora estrella otro puñetazo sobre mi mentón, es un gran golpe que me manda a volar a varios metros de distancias, ruedo sobre el suelo y quedo regado boca arriba, con el sol incandescente empeorando mi visión y con la cabeza dándome vueltas. Mientras voy recuperando mi estabilidad empiezo a pensar en alguna posible forma para acabar con ella, pero no se me ocurre nada. Estamos en graves problemas, si no podemos tumbar su cabeza, ¡¿entonces cómo rayos acabamos con nuestra rival?! No puedo hacer lo mismo que hice con Rid, pues no tengo conmigo el poder de la singularidad de la vida, así que tenemos que pensar en otra solución.

 

Una sombra se posa sobre mi cabeza, no necesito enfocar mi visión sobre aquella oscura silueta, ya que fácilmente puedo reconocerla: es Neefar quien aparece a un lado mío y en modo defensa, me extiende su mano y me ayuda a levantarme; fijo mis ojos en los suyos y la veo muy molesta, en ella puedo encontrar una mirada que fácilmente podría hacer explotar todo un mundo. Ella desintegra sus guantes y toda la manga de su nanotraje hasta dejar al descubierto sus hombros, seguido levanta la palma derecha de su mano y así empieza a crear gravedad frente a ella.

 

Esto se pondrá muy peligroso...

 

—Toca mi hombro izquierdo y no te sueltes —me dice en tono bajo, yo obedezco al instante.

 

El punto gravitatorio empieza a hacerse más grande, es comprensible que el dolor le haga más fuerte, pues el coraje que recorre nuestro cuerpo y el temor de haber perdido a Klea, en estos momentos, es nuestra fuente de energía.




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