Zenfrex - El Poder De Mantenerte Con Vida

86. Un regreso inesperado

La tarde se ha puesto candente, y no lo digo solo por el clima, sino también por todo aquel fuego que se alza sobre las edificaciones que están dentro del asentamientos. Los tiakamitas inocentes están huyendo fuera de la barrera en busca de un lugar más seguro, y lo que están en nuestra contra ahora están siguiendo las ordenes de los Crooler, son ellos quienes queman sus propias residencias, sus cultivos, todo lo que construimos para los tiakamitas, ellos mismos lo están destruyendo.

 

Tengo dos prioridades: proteger a Neefar y asegurarme de que el cuerpo de Ashtaria esté lejos del todo este caos, por tal razón he dado la orden a Rauzet para que vaya al centro médico, tome el cuerpo de Ashtaria y, en una de las naves de la fuerza armada, vuele hacia la nave nodriza.

 

—¡Kiharu, el fuego está alcanzando el Dominio élite! —Brawn es uno de los pocos mikadeanos que está ayudándome a detener esta fatídica revuelta, en una mano porta un largo arpón creado a partir de nanopartículas, lo balancea con gran agilidad y apuñala el pecho de los tiakamitas que atenten contra su vida.

 

—¡Tranquilo, el Dominio ya está siendo evacuado por Neefar y Kimku!

 

Esta guerra se ha convertido en una de las más difíciles que hemos enfrentado, el enemigo usa rostros tiakamitas y mikadeanos, nos pasan a un lado haciéndonos creer que están huyendo del fuego, pero cuando están tras nuestras espaldas muestran sus verdaderas intenciones. Los crooler pueden convertir parte de su cuerpo en poderosas armas, justo como lo hacían sus antepasados; son demasiados para solo tres miembros de la élite, por primera vez no estoy seguro si podamos ganarles.

 

—¡Kiharu, tras tu espalda! —Foxer es otro del equipo élite que está combatiendo a mi lado. Su advertencia llegó justo a tiempo, me dio tiempo de agacharme y de tumbar al enemigo con el giro de una zancadilla.

 

—¡El que se me acerque lo aniquilo! —tiro mi amenaza para todos aquellos que están a mi alrededor.

 

Con las tres extremidades que he creado tras mi espalda voy tumbando cabezas, la mayoría, al caer al suelo, toma forma reptiliana; otras decapitaciones dejan mis nanopartículas manchadas del rojo oscuro característico de la sangre de Tiakam, son tiakamitas traicioneros que merecen sentir el yugo de mi ira, es por ellos que Ashtaria se encuentra entre la vida y la muerte.

 

El grito doliente de Brawn me hace buscarle con la mirada, mi compañero ha recibido un fuerte golpe en una de sus piernas, pierde el balance y cae al piso, y desde el piso veo como su contrincante se prepara para degollarle, algo que jamás permitiría, no puedo perder más gente. Rápidamente, con las nanopartíclas de mi traje, creo una puntiaguda lanza, no me doy tiempo de afinar la puntería, la lanzo contra el adversario de Brawn y, de manera magistral, logro dar en su cabeza, era un crooler.

 

—¡Brawn, dególlalo! —le recuerdo la acción que pone un final a la vida de un crooler, y así lo hace. Aún desde el suelo intentan levantarse, pero sigue quejándose del dolor, de seguro tiene la pierna rota.

 

—¡No puedo levantarme! —grita al ver que varios tiakamitas van contra él.

 

Corro para socorrer a Brawn, algunos tiakamitas se interponen en mi camino, pero eso no me detiene por mucho tiempo; sin embargo, el tiempo para salvar a Brawn es corto, cada segundo que pierdo batallando contra todos estos crooler es un paso que lleva a Brawn a la muerte. Varios tiakamitas se me tiran encima y sin problema alguno me encargo de ellos usando mis extremidades metálicas.

 

Otro grito ahogado en calamidad y espanto se alza en bajo el cielo de Tiakam… ¿Estamos perdidos?… ¿Este es nuestro fin?... Foxer ha perdido un brazo, un tiakamita le da una fuerte patada contra la espalda y lo tumba al suelo, otros más se le acercan y se suman a la golpiza.

 

Yo solo no puedo librar esta guerra, mis dos compañeros están siendo gravemente heridos al no poder levantarse del suelo, y es que nuestros nanotrajes en modo ataque no son tan resistentes frente a los letales golpes de los crooler, pues la fuerza que poseen es algo descomunal.

 

Me está faltando las energías, cada golpe que recibo sacude mi estabilidad y me deja vulnerable frente al enemigo, la cabeza me va a estallar al no poder resistir tanto dolor, mi cuerpo difícilmente se mantiene de pies, son muchos los crooler que batallan contra mí.

 

De repente, a un lado veo pasar corriendo a un mikadeado de larga y lacia caballera, lleva puesto un nanotraje en modo defensa y en su mano lleva empuñado un sable creado de nanopartículas. Me distraigo tanto con aquel individuo, que termino recibiendo un fuerte puñetazo en mi mentón y me deja tirado en el suelo.

 

—¿Handul? —le observo con una visión distorsionada.

 

«¿Aquel que blande el sable frente las cabezas de los crooler es mi hermano?».

 

Handul no está en este planeta, ¿acaso es solo una ilusión producto de mis últimos segundos de vida?, ¿es esto un inconsciente grito de socorro? Aquel sujeto blande la espada igual que mi hermano, sus patadas son a la misma altura, la rudeza en su rostro es idéntica como cuando tumbaba cabezas crooler en Mikadea, es habilidoso y esa particular agilidad está protegiendo las vidas de Foxer y Brawn.

 

—¡Kiharu, levántate de una maldita vez y ayúdame! —su tono de voz es idéntico, sus ojos brillan con el verde neón que antes me pertenecía.

 

Un momento… La voz y aquel tono neón de los ojos son cosas que un crooler jamás ha podido imitar.

 

Entonces si es él, Handul ha regresado.

 

Voy levantándome con la poca energía que me queda, y es tan poca que hasta siento que un sorpresivo poder gravitatorio empieza a arrastrarme con facilidad. Al parecer, Neefar está usando su poder, sinónimo de que está en aprietos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.