Zero Date

Capítulo 9: 100%

De nuevo, él estaba a mis espaldas. Como mi propia sombra. Esperando a que yo cometiese un error y devorarme.

 

— Tú… - Murmuré.

 

Su sonrisa me inquietaba. Me provocaba asco, era ver el vómito de un perro ser tragado por ese mismo perro y mientras lo dirigiere verlo sonreír.

 

— Hola Hiro, de nuevo cometiendo infracciones — Negó con la cabeza a modo de decepción.

 

— ¿Por qué? ¿Por qué tu otra vez? ¿Por qué no me dejas despertar? ¿No he sufrido suficiente?

 

Rió un poco. En verdad lo disfrutaba el maldito “Ángel”.

 

— Es un juego Hiro. Y en los juegos, alguien debe perder y otro debe ganar.

 

Sus palabras me confundían. Carecían del mínimo sentido de la lógica.

 

— ¿Ganar? ¿Qué se supone que ganas tú?

 

— Entretenimiento por supuesto.

 

— Entonces solo soy un personaje al que puedes manipular a tu antojo — Murmuré — Si es así, ya no quiero jugar más. Si no puedo ganar, me rindo.

 

— Para eso debes perder el juego, ¿Estás seguro?

 

— Ya he muerto, me he rendido con ella, he roto las reglas, entonces… ¿Cómo pierdo el juego?

 

La desesperación me estaba llevando a la opción más viable y fácil.

No seguiría siendo la rata de laboratorio de este sujeto tan detestable.

 

— Es simple. Solo tienes que entregarme tu corazón. Los Ángeles no tenemos permitido tomar vidas, sin embargo, si los humanos nos la ofrecen, podemos quitarlas. Entrégame tu corazón y yo lo aplastaré frente a tus ojos. De esa manera morirás definitivamente.

 

— ¿Mo…rir?

 

Sus palabras y la tranquilidad con la que las pronunció fue algo macabro. Para colmo, sonreía con total naturalidad, como si fuese algo normal.

¿Tomar mi corazón y aplastarlo? Es perturbador el solo imaginar que aun sigues vivo y ves a alguien sostener tu órgano vital en una mano para luego machacarlo.

 

— ¿Me está diciendo que todo para lo que luché en este mundo solo sirvió para entregarle mi vida? Qué situación y mundo más mierda. Mi dolor y sufrimiento se resume a esto ¿verdad?

 

Pero, ¿acaso importaba en realidad? ¿No sufriría más si seguía avanzando en un camino circular?

 

— Estás bromeando ¿verdad? — Pregunté con la última gota de esperanza. Debía estarme gastando una broma, sí, eso debía ser.

— Hiro… ¿En qué momento de todo el tiempo que hemos interactuado, he bromeado?

 

¿Qué es esta sensación? Como si la carne de mis huesos se cayera como trozos podridos.

¿Qué clase de ser se satisface con el sufrimiento de alguien más? ¿Acaso realmente es uno de esos ángeles que describen en libros y mitos religiosos?

 

— ¿Tengo que morir otra vez? ¡¿Es una puta broma?! Duele… morir duele… no puedo imaginar el dolor que causaría sentir que te destripan el corazón. Quizás duela 100, no, 1000 veces más que mis ataques cardiacos. ¿De verdad él me pide que me entregue así como así?

 

Reí irónicamente. De solo pensar en la acción de ver mi corazón en las manos de alguien más, generó un escalofrío horrible por mi cuerpo. Tenía miedo, mucho miedo. Pero…

 

— Es la única forma de perder ¿verdad? — Murmuré con la vista al suelo. En el borde de la locura.

 

— Ah hahaha… claro. Lo había olvidado. No importa en qué mundo esté, sigo siendo una persona lamentable. Un humano débil y moribundo que no puede hacer nada más que observar.

 

No solo en el mundo real. También en este bucle lo hacía todo mal. Mi existencia debía ser un error.

¿Dolor? ¿Sufrimiento? ¿A quién engañaba?

Desde que soy consiente he tenido que vivir de esa manera, soportando las decepciones y esforzándome para nada. Todo era en vano. Soy un asesino que provocó la muerte de su propio padre. De su propio héroe.

¿No es así? Si yo no hubiese intervenido eso no habría ocurrido. Quizás papá habría escapado ileso.

 

— Morir no es tan malo. Lo he hecho unas cuantas veces en este mundo. El dolor parará en poco tiempo.

 

Mis músculos temblaban. Pero ya no había marcha atrás. Había que aceptar la realidad.

 

— Eso es, ganar este juego es imposible. Desde el inicio lo fue ¿Por qué pensé que podría siquiera enamorar a alguien tan hermosa? Desde el principio he tenido que sufrir y morir múltiples veces. Es hora de marcharme y descansar en paz. Por alguna razón que ahora no recuerdo me aferré a la vida. Debo soltarme… es suficiente de toda esta locura.

 

Antes, había intentado salvar a mi padre y terminé fallando.

Hanako me pidió ayuda desde la terraza del edificio y la rechacé.

Ahora estaba intentando salvar mi vida que pende de un hilo.

Lo intenté todo. Lo di todo. Y no pude salvar a nadie, ni a mí mismo. ¿más queda?

 

— Entonces yo te entre-

 

— ¿Estás seguro que deseas rendirte?

 

— ¡…!

 

Por alguna razón él me preguntó eso.

¿Aún quería verme sufrir? No lo entendía en lo absoluto.

 

— ¿Por qué me pregunta algo como esto? ¿Qué si estoy seguro? Estoy 99% seguro que quiero morir. Quiero rendirme. Quiero descansar. Quiero cerrar los ojos y no ver más. Quiero que me dejen en paz. Quiero… dejar de sufrir en este maldito mundo. No quiero repetir todo otra vez.

 

¿A qué demonios jugaba?

Desde luego estaba tirando todos mis esfuerzos a la basura. Ya nada tenía sentido. No pensaba claramente, pero tampoco era necesario hacerlo. Era Game Over.

 

— No eres el único atrapado en este mundo, ¿lo olvidaste?

 

— Hanako… — Murmuré.

 

— Si mueres, ella no podrá ganar el juego y quedará encerrada en este mundo para siempre. Sin amigos. Sin familia. Sin nada más que la soledad. Una eternidad para ella sola, solo hasta que decidan desconectarla de la cama de ese hospital en el que se encuentran.




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