Zero Date

Epílogo

Día 421:

 

Abrí mis ojos lentamente.

La luz del sol me segó haciendo retraer mis retinas y cubrir mis ojos con la mano alzada.

Aun no era del todo consciente, además, tenía la impresión de haber tenido un sueño hace poco, pero no podía recordarlo bien. Como fragmentos dispersados de un rompecabezas.

Comencé a escuchar pisadas, las cuales iban aumentando.

Recuperé la vista, pero cuando lo hice no lo podía creer.

 

— ¿Es una alucinación?

 

Frente a mi estaba Hanako.

Como los primeros días, tenía esa mirada curiosa sobre mí. Inspeccionando cada detalle.

No pude evitar sentirme feliz. No tenía mente para nada más.

 

— Hana… — Murmuré ligeramente emocionado, pero me detuve — ¿…ko?

 

Otra Hanako cruzó caminando entre la otra Hanako que vi por primera vez.

Estaba confundido. Pero eso solo era el principio…

A mi alrededor estaban Hanakos.

En las calles estaba Hanako. En la ciudad, las tiendas, los hoteles, las piscinas, parques, centros comerciales, metros, enfermerías, colegios…

Ella estaba en todas partes al mismo tiempo.

 

— ¿Qué demonios significa esto…? – Murmuré con los ojos bien abiertos.

 

Creí estar preparado para lo que viniese. Es decir, mi cerebro había generado muchos posibles castigos. Pero esto… esto sobrepasaba el entendimiento humano.

Habian grupos de Hanako por allí, por allá, aquí también, cerca, lejos, este oeste, norte, sur...

Estaban por todos lados. Y no exagero con esa declaración.

Hablaban entre ellas, otras caminaban, otras exploraban en soledad.

Fue tal lo extraño de todo que mi cabeza hizo corto y caí sentado.

Estaba tan abrumado y confundido. Mi cabeza estaba dando vueltas.

 

— ¿Este es tu castigo? ¡Maldito “Ángel”!

 

Me calmé después de unos segundos. Ya no cometería los errores de control de mi yo anterior.

 

— Bien Hiro, piensa con claridad, que la situación no te domine. Si tengo que buscar a  la verdadera Hanako, debo pensar detenidamente. Para empezar, la auténtica no aparecería frente a mí, así ha sucedido desde que rompí la primera regla — Murmuré con la mano en mi quijada — No. Eso tampoco es del todo cierto. Nada me garantiza que ella no esté cerca, entre alguna de estas falsas. Debería buscarla en un lugar simbólico para ella… ¿El parque Kuriyama quizás?

 

Después de cavilar un poco, me decidí.

Monté en la Harley y comencé mi búsqueda. Aunque podría decirse que sería imposible no encontrarla.

Puede que no me haya dado cuenta cuando desperté, pero me sentía débil y me costaba respirar.

Al llegar al parque, me tambaleé un poco. Mi pecho se sentía presionado por una tonelada de peso.

Caminé y me acerqué en donde normalmente estaría Hanako.

Había muchas de ellas.

 

— Es como encontrar una aguja en un pajar.

 

Me dirigí a la más solitaria.

De nuevo me presenté como las anteriores veces.

Hablamos como siempre. Reía como ella lo sabe hacer. Le hice preguntas que solo la Hanako real podría responder.

Era ella, sin duda era ella, o por lo menos así parecía.

Pero desde nuestro encuentro, tenía una sensación de que algo no andaba bien.

Estuvimos juntos todo el día. No parecía molestarle tanto la presencia de otras chicas con la misma apariencia de ella.

 

— Si funciona como con las primeras reglas, modificaron sus recuerdos para que todo fuese normal para ella.

 

Me aferré a ese pensamiento y continué con nuestra cita.

Al llegar la noche, ella y otras más se dirigieron al templo.

A primera vista parecía una protesta, pero con lindas y tímidas chicas de 16 años.

Con solo mirar la cantidad, se podría calcular cerca de 500 o más Hanakos.

El resto de ellas estaban en la ciudad, dejando volar su curiosidad y causando estragos como niñas pequeñas.

 

Miré directamente al centro del templo tratando de encontrar algo que la hiciera diferenciarse de las demás.

 

— La verdadera debe de estar allí.

 

— (¿Pasa algo Hiro?) — Me pregunta la Hanako que estuvo conmigo todo el día y me saca de mis pensamientos.

 

Sus movimientos, expresiones, personalidad…

Todas hacían exactamente lo que la Hanako verdadera haría. No era posible encontrarla al primer intento.

Pero, esa sensación de no sé qué oprimía mi pecho.

 

Hasta el momento, no pude encontrarla. Sin duda, sería un trabajo muy difícil de hacer.

Aun así no me rendiría.

Si tenía que encontrarla de entre todas estás réplicas de ella, entonces lo haría de algún modo, sin importar nada.

La buscaré.

 

00:00 am

 

El día volvió a iniciar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.