Zodiac Chronicles

Capitulo:6

La luz que emanaba de la cueva pareció envolverlos, penetrando cada rincón hasta disipar por completo la oscuridad. Leona, Aries, Escorpio y Géminis sintieron una oleada de poder y energía recorrer sus cuerpos mientras la Guardiana de los Secretos Antiguos los observaba con una seriedad implacable. Cada uno de ellos experimentaba una mezcla de sensaciones: fuerza, determinación y algo que parecía un llamado desde las profundidades de su propia alma.

—Para descubrir el verdadero propósito del Cetro del Destino —dijo la guardiana, su voz como un susurro antiguo— deben enfrentarse a las sombras que acechan en sus corazones. Solo aquellos que reconocen sus propias sombras pueden proteger la luz.

Leona la miró, un destello de comprensión cruzando sus ojos. No se trataba solo de batallas externas; el verdadero desafío era enfrentar sus propias debilidades y temores. La sombra del pasado se cernía sobre ella y sus amigos, como una prueba ineludible que no podían evitar.

—¿Por qué nos haces esto? —preguntó Aries, su rostro reflejando una mezcla de desafío y desconcierto—. Hemos peleado contra la Sombra Antigua, hemos demostrado nuestra valentía. ¿Por qué necesitamos enfrentar algo tan… personal?

La guardiana lo miró con ojos llenos de sabiduría y compasión. —La valentía exterior no es nada sin la claridad interior. Para proteger el cetro, deben entender qué los impulsa y aceptar aquello que temen enfrentar.

Sin previo aviso, el entorno cambió. La cueva desapareció y cada uno se encontró solo, sumido en una visión que les mostró un momento crucial de sus pasados. Cada prueba sería única, hecha a medida de sus almas, enfrentándolos a lo que realmente los definía.

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**Leona: Los Ecos de la Traición**

Leona apareció en el salón del antiguo castillo de su padre. Las altas columnas de piedra y las antorchas encendidas le resultaban familiares. Había crecido en esos salones, y allí fue donde había experimentado la traición que aún la perseguía. Al fondo del salón, reconoció la figura de su madre, una mujer imponente y fría, que la observaba con una mezcla de desaprobación y distancia.

—Leona, siempre tan obstinada —dijo la figura con voz cortante—. Crees que puedes liderar, pero solo traes caos. No sabes ser una verdadera reina.

Leona sintió la punzada de aquellas palabras, el dolor de ser juzgada por alguien que debía amarla. Recordó cómo la había cuestionado en cada decisión, y cómo sus dudas la habían marcado desde niña. Había intentado huir de esas inseguridades toda su vida.

Pero esta vez, enfrentándose a esa sombra del pasado, Leona sintió una nueva fuerza brotar de su interior. No era la misma joven indecisa. Con voz firme, le dijo a su madre:

—Puede que cometa errores, pero he aprendido de cada uno. Ser fuerte no significa ser perfecta, y liderar no significa tener todas las respuestas. Ya no eres mi sombra.

La figura se desvaneció, y Leona sintió un peso liberarse de su pecho.

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**Aries: La Carga de la Culpa**

Aries se encontró en un campo de batalla desolado. El eco de gritos y el olor a ceniza y sangre le eran demasiado familiares. Este era el lugar de su mayor fracaso, la batalla en la que perdió a sus mejores amigos por una decisión impulsiva que aún le atormentaba.

Frente a él, aparecieron las figuras de sus camaradas caídos, con ojos llenos de reproche y dolor.

—Nos abandonaste —susurró uno de ellos, su voz como un cuchillo clavándose en el alma de Aries—. Por tu decisión, perecimos.

Aries sintió que el remordimiento lo sofocaba, pero al mismo tiempo, comprendió que no podía cambiar el pasado. Las palabras de la guardiana resonaron en su mente: debía aceptar su propia sombra.

—Sé que fallé y que siempre cargaré con esa culpa —dijo Aries, su voz quebrada pero firme—. Pero también sé que aprendí de ese error. Me hice más fuerte para honrar su sacrificio, y seguiré adelante por ustedes.

Las figuras desaparecieron, y Aries sintió una paz que no había experimentado en años.

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**Escorpio: El Temor a la Soledad**

Escorpio estaba en una habitación oscura, rodeado por las siluetas de sus antiguos aliados y enemigos. Se movían a su alrededor, burlándose, murmurando traiciones y engaños. Escorpio, conocido por su lealtad y su habilidad para leer las intenciones de los demás, siempre había temido la traición más que nada.

—No puedes confiar en nadie —susurraban las sombras—. Estás destinado a estar solo. Todos te abandonarán.

Escorpio se sintió tentado a creerles. Había sido traicionado muchas veces, y había aprendido a confiar solo en sí mismo. Pero, al recordar a Leona, Aries y Géminis, comprendió que esta vez era diferente.

—No estaré solo —murmuró, alzando la cabeza—. Hay quienes han demostrado su lealtad y su amistad. Mi poder radica en saber a quién confiar mi vida, y esta vez no fallaré.

Las sombras se desvanecieron, y Escorpio sintió una nueva claridad en su mente y corazón.

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**Géminis: La Dualidad del Poder**

Géminis estaba de pie frente a un espejo, viendo reflejada una versión de sí mismo que le era familiar pero inquietante. Su otra mitad, la parte de él que siempre dudaba, que le decía que su poder no era suficiente, lo miraba con una sonrisa irónica.

—¿Realmente crees que puedes salvarlos a todos? —se burló el reflejo—. Sabes que tienes una parte de ti que ansía poder, que disfruta de la ambigüedad y la manipulación.

Géminis miró a su reflejo y sintió la tentación de alejarse. Pero en lugar de eso, aceptó la verdad: esa ambigüedad era parte de él, y era lo que le permitía adaptarse y ver más allá de las apariencias.

—Sí, soy ambas partes —dijo, enfrentando a su reflejo—. Y esa dualidad es lo que me hace fuerte. No necesito negar quien soy; solo debo usarlo con sabiduría.

El reflejo se desvaneció, y Géminis se sintió completo, como si hubiera encontrado el equilibrio que siempre había buscado.




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